Capítulo 16

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Pasamos la noche bailando y cantando. Estaba muy feliz. Cuando la noche estaba por terminar, nos fuimos juntos al Metro. Tomó mi mano y no la dejó hasta que llegamos a Sant-Cugat. "Vas conmigo?" - "Sí." - "Pero silencio! Los demás están durmiendo." - "Claro." Nos abrazamos y fuimos a su casa. Llegados, fuimos directamente a su cuarto. No podía esperar más, estaba tan cansada que me acosté a su casa y ni un minuto después dormí. La mañana siguiente me despertó Álvaro distribuyendo besos en mi cara.
"Buenos días, mi amor." - "Buen día" - "Dormiste bien?" - "Creo que sí...creo que es imposible negar esta pregunta después de dormir a tu lado" - "Ahh...pero ya estabas durmiendo cuando vine del baño." - "Sí. El trabajo es duro." - "Te gusta ese trabajo, no?" - "Sí. Y mejor contigo! Me acompañas hoy otra vez?" - "A ver...no sé...puede que hoy no puedo." - "Ayy no! Será aburridísimo sin ti!" - "Espera. Después del desayuno voy a preguntar Marc. Es mi manager." - "Vale...espero que tengas libre." - "Yo también."
Nos besamos y fui al baño para arreglarme. Al mismo tiempo el preparó el desayuno así que cuando volví del baño me dirigí directamente a la cocina y comemos juntos. Después de desayunar nos sentamos al sofá y el llamó su manager. Como habló alemán no podía entender nada pero sus gestos y expresiones me daban la esperanza que tuviera libre. Finalizó la llamada y me daba un beso en la mejilla. "Te amo." - "Y yo a ti." - "Voy a llegar tarde...tengo libre a partir de las 10. Tengo que trabajar de las 6 hasta las 10." - "Vale...voy a acompañarte a tu trabajo y de allá voy al mío. Y me ayudarás de las 10 y media." - "Sí. Ese plan me gusta." - "A mí también. Pero tu me gustas más." - "Vamos?" - "Adónde?" - "Playa?" - "Tienes otra?" - "No. Pero me gusta compartir." - "Vale. A qué estás esperando?"
Me levanté y salí de la casa. Me siguió lento porque buscó sus cosas para nadar. Recogemos las mías de mi casa y nos fuimos por segunda vez a la playa nuestra lejos de todo. La playa virgen de la primera cita. Pero esta vez andábamos todo el tiempo de los manos, sonriendo y sin tener ni un poquito trocito de miedo al pasar por el barrio que no nos gustaba nada. El tiempo pasaba y llegamos a medio día. Álvaro se escondió detrás de una roca para cambiarse y cuando apareció de nuevo sonrió porque vio que yo ya me había cambiado en la playa ya que no había nadie allá.

Cuando le reconocí ya no estaba allíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora