13. Rutina

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XXXVII

El verano transcurrió muy lento. El campamento de verano no fue lo mismo sin Hinata: Yachi insistía en verlos jugar, pero Tobio y Tsukishima no terminaron nunca de congeniar. Cada uno iba por su aire y, al final, la hicieron llorar. Los monitores tardaron en calmarla y les insistieron a los dos niños para que jugasen juntos. Pero terminaron peleados.

Septiembre se presentó como un nuevo reto para Tobio. Era como empezar el cole por primera, como cuando tenía seis años y no sabía hacer amigos. Hinata no estaba a su lado, y se notaba. Por él, había hecho amigos. Por él, jugaba con otros niños aunque no lo tolerasen. Por él, se quedaba en el parque con los demás niños. Ahora, no sabe qué pasará.

-Eh, Oikawa, ¿te dejaron solo? - le dijeron algunos compañeros suyos nada más entrar en clase.

-Y eso que Hinata-kun era el único que te soportaba...

-Tú y Tsukishima deberíais ser amigos, sois los dos igual de gruñones.

Tobio los ignoró por su bien. Se sentó en la silla y miró fijamente la mesa, intentando hacer caso omiso a las burlas de sus compañeros. Era muy difícil dado su carácter fácilmente agitable. Tsukishima estaba delante de él, mirando por la ventana.

-Muy bien, niños y niñas, hoy empezamos un nuevo curso con mucha ilusión -dijo su profesor, a lo que Kei y Tobio suspiraron con desgana. -Empezaremos por presentaros, así os conozco.

El turno de Tsukishima fue tan breve que se ganó burlas. Pero el niño, imperturbable, no les hizo caso. Tobio aún se impresionaba por su actitud despreocupada. Él no podría hacerlo por tanto rato.

-Soy Tobio Oikawa... - dijo, tímido, cuando fue su turno. -Mi cumpleaños es en diciembre y me gusta mucho jugar a vóley.

-Seguro que es malísimo -susurró un niño detrás de él. El profesor no lo escuchó pero Tobio sí.

-Soy más bueno ahora de lo que tú serás jamás.

-Esa no es forma de hablar a tu compañero -le regañó el profesor. -Siéntate, y si vuelve a ocurrir te pondré un aviso.

Tobio se sentó y estuvo enfadado toda la mañana.

A la hora de la comida, el asunto fue a peor. Tobio se sentaba con Hinata, obviamente, pero el niño siempre tenía un grupo de amigos a su alrededor. Los demás querían a Shouyou como las plantas al sol, y Tobio se quedaba al lado como si viniera de adorno. Por eso, no tenía sentido sentarse con ellos si no les hablaba a no ser que Hinata le introdujera en la conversación.

Tenía que buscarse otro sitio, pero las mesas estaban ocupadas. Tembló un poco, la bandeja con su comida peligró un poco así que tuvo que tranquilizarse. No podía causar un revuelo si se le caía la bandeja, lo mirarían todos.

Tsukishima no estaba por el comedor. Aunque no es que lo buscase por algo...

-Eh, tú, ve a sentarte - le ordenó una profesora que vigilaba el comedor. Su gesto de desprecio le recordó muchísimo al que hacía su madre al mirarlo... Como si fuera una molestia constante.

Tobio se asustó y la bandeja que llevaba se acabó cayendo.

- ¿Pero qué haces? -le espetó la profesora y Tobio se fue corriendo, fuera del comedor.

Quiso buscar un sitio dónde estar tranquilo, pero allá dónde miraba habían niños jugando después de la comida. ¿No había escapatoria? Tendría que volver al comedor, dónde se reirían de él...

Súper-papá OikawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora