Sollozo. Paso mis manos agitada y fuertemente sobre mi piel para quitarme los bichos rastreros. Quiero ir al baño... ¿qué hago? Todo me pasa por tomar demasiado rápido el agua, aunque todavía me queda un poco.
Grito de nuevo y golpeo los bordes del cajón. Estoy cada vez más desesperada pero no aguanto más. Se me está yendo el aire.
Rasguño mi garganta, como si abriendo esa parte de mi cuerpo me podría llegar más oxígeno. Lágrimas, sudor y sangre. Todo en una sola persona, ¡de tantas cosas está hecho el ser humano! Si es verdad que Dios nos creó, entonces es verdad que él puede acabar con nosotros en apenas unos segundos. Dios, ¡dejame vivir! Todavía no te quiero conocer, todavía no.
Una carcajada se escapa de mi boca y estallo nuevamente. Un día leí en un periódico los síntomas de estar volviéndose loco. ¿Cuáles eran? Mmm... intento recordar.
"La persona se comporta en forma peculiar, habla de cosas sin sentido y tiene percepciones inusuales. Los delirios son creencias inusuales no basadas en la realidad. Por ejemplo, las personas que sufren de esquizofrenia pueden creer que alguien puede escuchar sus pensamientos o controlar sus sentimientos, acciones o impulsos."
Me río cuando lo recuerdo. ¿Marcos puede leer mentes? Yo no me estoy volviendo loca, solo tengo un poco de hambre. Me muerdo las uñas y las trago. Me comería una hamburguesa triple con todos los aderezos existentes... mmm, se me hace agua la boca. O un buen pedazo de pollo, y un postre riquísimo... me encanta, a pesar de que soy vegetariana. Si salgo viva voy a gastar todos mis ahorros en una rica comida, en un restaurante fino con nombres de comida raros... comida, comida, comida. Largo otra carcajada. Soy Morena Rasso, la encerrada en su propia tumba. Todo esto es tan divertido.
No te vuelvas loca, que la comida que te traen aquí es puro líquido y hervido. Un asco realmente, dice Marcos.
—Pero a mí no me van a llevar a esos lugares... a lo sumo me van a mandar a un psicólogo —le replico—. No estoy loca. ¿Vos por qué estás internado?
Porque... ví a mi padre morir, hice justicia de esos hijos de puta y parece que la justicia es estar loco. Siento su risa amarga en mi mente. Por suerte logré matarlos, uno por uno... y si alguna vez salgo de este blanco lugar, voy a matar a los que me internaron.
Me río junto a él. ¿Tendría que planear mi venganza a mi familia, la que me enterró viva? Por culpa de ellos yo estoy acá, muriendo. Me gustaría agarrarlos por el cuello y meterlos aquí, mientras yo me río afuera con sus gritos de ayuda.
—¡Ayuda! —vuelvo a gritar, desgarrándome las cuerdas vocales.
Empujo nuevamente la tapa hacia arriba y creo haberla movido un poco, ya que sentí un poco de tierra entrar por los orificios.
Un líquido caliente se derrama por mis piernas. Oh no, de la fuerza que hice ya no necesito más ir al baño... esto es lo más denigrante que le puede suceder a un ser humano. Ahora tengo todos los líquidos existentes mojando mi cuerpo, ya me había secado de la vez anterior que no aguanté las ganas. Intento no vomitar mientras vuelvo a empujar el techo y se mueve unos centímetros más. La tierra cae en mi cara y tengo que cerrar la boca para no tragarla. Si intento una vez más...
—¡Mami, la tierra se mueve! —dice una nena— ¿Ves?
—¡Ayúdenme, por favor! —pido. ¿Será que no estoy enterrada tan abajo o de la desesparación por querer salir tomé fuerza?
—¿Quién está ahí? —cuestiona una mujer con voz de pánico.
—¡La muerta, idiota! —replico con sarcasmo— ¡Estoy viva!
Tuviste suerte, ahí va el sepulturero con el guardia. Dice mi compañero. Salís viva, Morena.
Lloro de nuevo con una sonrisa tonta en la cara. Es verdad, ya escucho la pala hundirse en la tierra.
Cuando despierto nuevamente estoy en una... ¿camilla? Mi familia está alrededor mío, tengo una intravenosa en mi brazo, hay mucha luz, y estoy limpia.
Salto en el lugar y escucho como se incrementan mis pulsaciones. Me agito y sacudo todo.
—¡Sáquenme! —chillo. Mi hermano me agarra por un brazo.
—¡Ya estás afuera, More! Tranquila. No pasa nada.
—¡Soltáme! Esto es un sueño. Todavía estoy encerrada en ese maldito cajón. ¡Ayuda! ¿Marcos, dónde estás? ¿Marcos?
—¿Quién es Marcos?
Escucho un sonido aturdidor y luego un pinchazo en mi brazo. Me dejo ir nuevamente...
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Catalepsia
Storie breviMorena Rasso se despierta encerrada en un cajón, enterrada en su propia tumba. Solo dispone de tres cosas para sobrevivir: caramelos en su bolsillo, una botella de agua y su propia fe. ¿Podrá salir de allí con vida? ¿Tendrá la capacidad de sobrevivi...