Capitulo 5: Cena y reunión con el Consejo

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Desde que había oído la voz de su compañero y mejor amigo Shikamaru haciéndole aquel comentario sobre no molestar al Kazekage, su burbuja ambiental se había convertido en una de silencio total. Llevaban ya un par de minutos caminando, no sabia cuantos, pero si sabia que eran algunos y, en aquel silencio, casi desesperante, el tiempo transcurría muy lentamente.

No se atrevía a decir palabra alguna para iniciar conversación y mucho menos a voltear a su derecha para ver a aquel enigmático pelirrojo, había algo muy fuerte que se lo impedía... ¿No quería que el la notara nerviosa, tal vez?... Bah, tonterías. Ella no estaba nerviosa, no, no y no.

El tampoco parecía tener la intención de decir algo como para alivianar el ambiente, era tan silencioso que, de no ser por el oído de sus pisadas y de los monosílabos que pronunciaba a los valientes que se atrevían a saludarle con respeto y/o miedo, además de sentir cierto... magnetismo que manaba de el, ella dudaría que el estuviera aun caminando a su lado.

Buscando alguna distracción paso su mano derecha por su flequillo, peinándolo luego de que paso una caliente corriente de aire por ahí y pudo ver un par de granos de arena caer de este - Maravilloso - pensó, un poco molesta. ¿Cómo rayos haría Temari para mantener su cabello libre de arena? Aunque pensándolo bien ella no tendría tantos problemas por que sus cabellos no eran muy largos que digamos, además de que no lo tenia tan bien cuidado como ella. Sonrió al pensar que su propio cabello era el mas bonito que había visto en su vida.

El kazekage, mientras tanto, disfrutaba de los momentos casi a solas y pacíficos que estaba teniendo, nunca pensó estar tan a gusto en compañía de una mujer, una mujer que no fuera su hermana, y tal vez Matsuri.

Aquel silencio le parecía relajante y bello, además de que con la ayuda del viento podía percibir el dulce aroma que venia de la kunoichi revolotear alrededor de el, junto con una espectacular vista de los largos cabellos de su coleta danzando por el viento, los cuales obviamente observaba de reojo.

Todo lo maravilloso del ambiente se esfumo al reparar en los shinobis y aldeanos que le saludaban con algo de temor, además de respeto. El respeto era bueno, si, muy bueno... pero ¿El miedo?. A pesar de que había luchado hasta la muerte para proteger su aldea y a sus habitantes, además de haber dejado de ser el contenedor del Shukaku, las personas seguían flaqueando ante su presencia.

Fue cuando se dio cuenta de lo extraño del silencio con ella. Por lo que sabia, cortesía de sus hermanos, Naruto y quizá hasta de Shikamaru, esa rubia se la pasaba hablando sin parar, hasta había escuchado una de las... peculiares peleas que tenia con Hyuga. Sintió un vacío en el estomago al pensar en la posibilidad de que ella también le tuviera miedo, ya que aquella fémina ocasionaba lo opuesto en el, a pesar de hacerle sentir muy extraño, era un tipo de extrañeza agradable en su interior.

Volteo en su totalidad, sin reparar en que aun había gente que le miraba con cierto miedo, para ver el fino perfil de la muchacha. Esa seria la única manera de saber si su sospecha era cierta o no.

Sintio un gran alivio al encontrársela con un semblante tranquilo y una pequeña sonrisa plasmada en sus finos labios. Ella no le tenia miedo. Ella también, probablemente, se sentiría a gusto con su compañía. ¿Qué otra razón tendría para sonreír, si no?

La rubia sintió un escalofrió recorrerle toda la espina dorsal. El pelirrojo la estaba mirando, podía sentir su mirada aunque no volteara ni de reojo.

O tal vez no, ¿como rayos podía saber si el le miraba o no?. Esas debían de ser imaginaciones tontas suyas, el calor propio del desierto estaba comenzando a hacerle alucinar. Presiono sus labios un poco y tomo aire profundamente, tratando de calmarse y pensar claramente... pero era inútil.

Lisianthus y CactusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora