Capitulo 11: La Fiesta (Parte 2)

288 20 2
                                    

Luego de la cena la noche continuo. Entre animadas platicas, platicas no tan animadas, temas serios y apuestas de los legatarios y demás ninjas influyentes acerca de los resultados de la primera prueba del examen chunnin. La mayoría de las apuestas corría a favor de los gennins de Konohagakure y Sunagakure, aunque ciertamente, por los informes de los ninjas que se presentarían a las pruebas la situación estaba bastante reñida. Pero que mas daba, cada aldea quería apostar por la propia. Y la vieja Tsunade no era la excepción.

-Confió ampliamente en mis ninjas, así que doblare la apuesta – dijo, sonriente, al viejo Onoki y A.

A se echo a reír y negó con la cabeza – Tsunade-hime… ¿estas segura? – pregunto, con un tono de voz burlón – Corre en ti la peor suerte que he visto, posiblemente apostando tus ninjas pierdan, tan solo por tu culpa – admitió, con una sonrisa que dejaba a la vista sus blancos y perfilados dientes.

Tsunade dio un largo sorbo a su vaso de sake, luego se cruzo de brazos – Ja! Eso esta por verse. – y sonrió con toda la confianza del mundo, como si estuviera 100% segura de que seria la ganadora.

-Entonces si Tsunade quiere aumentar el valor de la apuesta… hare lo mismo – comento Onoki.

-¿Tu también quieres perder, viejo? – A volvió a reir.

Onoki gruño y se levanto sobre su asiento para estrellar los puños sobre la mesa en la que estaban sentados - ¡Ya veremos que dirás, cuando superemos a tus ninjas, Raikage! …. Ah! Mi espalda! – se quejo el viejo, volviendo a caer en su lugar y sobándose la espalda.

-Eso esta por verse, caballeros… Que gane la mejor aldea – musito la voluptuosa rubia, a modo de cerrar el trato. Los demás asintieron.

Y mientras, los respectivos escoltas de cada Kage observaban a sus lideres con una gran gota en la cabeza. En especial Shizune, que temía que la apuesta de Tsunade le diera mala suerte a sus genins

-Chouji – llamo el Nara, acercándose al gordito que comía bocadillos como si no hubiese comido en meses.

-Mh? – pregunto el Akimichi, volteándose hacia su amigo con la boca llena, y unas cuantas migajas sobre su traje. Que bien que no lo había visto Ino, si no le reprocharía fuertemente.

-¿Donde esta Ino? – pregunto con cierto tinte de preocupación el manipulador de sombras, volteando a ver a los lados, esperando encontrar la rubia cabellera.

Chouji trago de una todo lo que tenia en la boca -¿No estaba contigo? – pregunto extrañado e inocentemente, antes de introducir en su boca una ronda mas de bocadillos.

-¿Conmigo? Pero si me dijo que… venia contigo – lo ultimo lo murmuro. Luego miro aterrado al Akimichi – Maldición. Que mujer tan problemática. La dejo unos segundos para ir a orinar y desaparece –gruño, buscándola con la mirada. Después de todo no seria difícil encontrarla, era la única en el lugar, y en muchos lugares, con semejante cabellera larguísima y de color platinado. Se alarmo al no verla en los alrededores. Demonios. En cuanto a Ino le pasara algo e Inoichi se enterara, estaría firmada su sentencia de muerte. Se enfrentaría a la furia del rubio amigo de su padre, casi su tio. Lo colgaría por dejar a su florecilla sola y desprotegida.

-Shikamaru, cálmate – musito un tranquilo Chouji, sin parar de comer – Creo que no estas confiando del todo en Ino, ella es una kunoichi, después de todo… sabe cuidarse, estamos en una fiesta… como si algo malo fuera a pasarle! – defendió a su amiga el gordito, en un intento por calmar al Nara.

Lisianthus y CactusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora