Hannibal [Jookyun]

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[Jooheon]

La noche se hacia presente en el cielo, las estrellas comenzaban a aparecer y el tinte del cielo se volvía de naranjo a negro en cuestión de minutos, el viento corría fuerte mientras esperaba alguna señal para cometer su siguiente asesinato. El frío se posaba en sus mejillas mientras este colocaba su mascara para que no reconocieran su rostro a simple vista, junto a su abrigo negro de gran tamaño y unos guantes que cubrían sus huellas para que ningún cabo quedara suelto y tuvieran una pista para atraparlo. La victima del día de hoy es una persona de que había estado asechando por mas de un mes, sabia exactamente el recorrido que este realizaba hasta su casa, cada parada que este hacia y la cantidad de veces exactas que este volteaba para revisar si alguien lo estaba siguiendo, era curioso el porque le gustaba jugar tanto tiempo con sus victimas antes de matarlas, quizás hacia mas satisfactorio el momento que ellos regalaran su ultimo suspiro al mundo. Se encontraba sobre el techo de la casa esperando que su próxima victima entrara por la puerta de su casa y como de costumbre subiera al segundo piso para regar sus plantas y dejara abierta la ventana del balcón , un error muy común entre las personas que están siendo vigiladas por un sediento de sangre dejar un fácil acceso. Pero quien esperaría que su vida terminaría por una costumbre tonta de ventilar su habitación. Cuando no escucho ruido alguno en la habitación bajo del techo acogido por la oscuridad de la noche la cual lo invitaba a cometer sus actos atroces. Camino tarareando una canción en su mente mientras que iba chocando un cuchillo con la pared mientras cazaba, recorrió la casa en silencio y con calma mientras observaba la cotidianidad de su victima, como de costumbre a las diez de la noche este estaba terminando su cena era gracioso que su rostro no demostrara ningún disfrute de esta siendo que seria su ultima comida aunque el no lo supiera, las ironías de la vida pensó para luego aparecer en el comedor sorprendiendo a este hombre quien grito y clamo por piedad la cual no recibió, luego de unos cuantos cortes este comenzó a correr por su casa tratando de buscar una manera de llamar a alguien que lo ayudara, su risa inundo el cuarto cuando vio que este dejaba un rastro de sangre cada vez que tocaba algún objeto, luego de unos minutos lo encontró hablando con la policía y le dio unas cuantas puñaladas hasta que este soltó el teléfono y su ultimo suspiro era escuchado por la policía, tomo el teléfono y rió leve al escuchar a los policías preguntándose que había sucedido y el solo respondió que era muy tarde para ayudarlo y colgó. Dejo el teléfono sobre el escritorio de este hombre y sin descaro alguno se limpio la sangre de sus oscuros guantes para luego salir por la puerta trasera perdiéndose en la oscuridad de la noche.