Hannibal [Jookyun]

5

[Jooheon]

Una risa escandaloza salio de sus labios al escuchar lo que la presentadora de las noticias había pronunciado. Tomo su teléfono para verificar la hora de su celular, era exactamente el momento donde su nueva carta seria recibida por el tipo que intentaba capturarlo, una sonrisa se posó en sus labios recordando cada una de las letras de esta, esperando que el detective sintiera ese amargo sabor en la boca al leer detalladamente como fue asesinado ese hombre.

El sólo pensar que le había ganado otra ronda del juego hacia que su corazón se sintiera pleno. Volvió a dejar su teléfono sobre la mesa de centro mientras apagaba su televisor, porque ya era hora de recopilar información de su próxima víctima para comenzar con su trabajo a la perfección y buscando la forma de burlarse del dective que tanta ilusión tiene en atraparlo. 

[Changkyun]

{Hola detective,  creo que si estás recibiendo esta carta denuevo me escape de tus manos ¿te encontrarás bien al momento de leer esta carta o sentirás frustración por que denuevo logre que la sangre corriera y tu no lograste hacer nada? Ya que termine con la formalidad te contare lo que he estado haciendo estos días antes de matar a esa persona...}

Golpee la mesa con asco, el escalofrío que había sentido en mi cuerpo cuando abrí la carta se volvió en asco, me levante apresuradamente para correr hasta el baño y descargar mi estomago. Aun no entendía como las letras plasmadas en las cartas podían crear esa sensación en su interior, soy detective, he visto más de mil asesinatos y ningún cadáver logra hacer que mi estomago se revuelva ascetismo tal manera ¿miedo? no lo creo ¿asco? tampoco.  Ese hombre Está suelto y tiene que pagar por todos sus crímenes y cuando estuviera en la silla eléctrica esperando su condena lo miraría directo a los ojos y le preguntaría cual es su motivación para cometer menudos actos.

Los teléfonos de la estación estaba sonando escandalosamente y la cantidad de trabajadores que se encontraban en la estación no podían responder a cada una de sus llamadas, cada vez que con estaban una el escuadrón completo se dirigía al lugar de la emergencia. Esa lentitud de acción fue la misma causante de que sus padres murieran a manos de el desquiciado asesino.

Salí del baño y me dirigí hasta uno de los teléfonos, al momento de contestar la voz temblorosa de una niña hizo aún su corazón palpitara a una velocidad impresionante, luego de pregunta la dirección salió en busca de la pequeña niña. Cuando llegó a la dirección indicada entró porque la puerta se encontraba abierta, mientras caminaba por la casa se dio cuenta que las paredes se encontradas manchadas de sangre siguió caminando hasta aueieo encontró a la niña llorando en un rincón, una señora presionando la herida de un hombre que se encontraba en el suelo, llame a la ambulancia por mi radio y luego de diez minutos ya estaban en la escena socorriendo al hombre.