Aquella mañana fue diferente, llegue al colegio sola, llegue sin la intención de esperar a Sam frente a su puerta. Pase todo el fin de semana compartiendo con Eddie y disfrute de una forma diferente la compañía de Martina y Flora, ahora sentía verdaderamente que podia llamarlas mis amigas y aunque no recibí noticia alguna de Sam, gracias a ellos pude soportar su ausencia.
Entre con la sorpresa de que tanto Eddie como mis amigas, me esperaban dentro del cole, los tres me sonreían.
Sabia que debía llegar el momento en que mis ojos se toparían con los de Sam tal vez entrando con Luna, cosa que ya no me sorprendería, aunque no calculaba lo incomodo y extraño que seria. Así que antes de que empezara la clase me concentre en hablar de los trabajos y prestar atención a cualquier cosa que me dijeran con tal de no mirar la puerta. Seguido a eso, por un rato me concentre en el escaso paisaje que me brindaba la ventana que me quedaba al lado de mi puesto hasta que llegara la profesora.
Extrañamente lo consegui, pues entro la profesora, dio la clase y no tenia ni la menor idea si habían llegado juntos o si simplemente habían llegado.
Por whatsapp, le pedi a Martina que apenas terminara la clase llegaran a mi puesto y me sacaran de la clase, pues no sabia como actuar si lo veía.
Me concentre tanto en la clase que creo que esta vez si aprendí.
Apenas termino la clase Martina y Flora me sacaron rápidamente y nos fuimos al baño
—¿Él llego? —pregunte incomoda.
Ellas asintieron.
—Solo dime que hacemos y lo hacemos—dijo Flora, relajándome los hombros.
—Deberías enfrentarlo lo más pronto posible asi no seria tan incomodo.
—Deberías enfrentarlo pero solo cuando estes preparada —corrigio Flora.
—Aun no estoy preparada —no sé porque pero de repente me llene de nostalgia y mis ojos se pusieron algo llorosos.
Ellas me abrazaron hicieron que me limpiara los ojos y salimos.
Al entrar al salón, repentinamente estaba Sam en frente de nosotras mirándome. Yo inmediatamente le quite la mirada.
—Ella no quiere hablar contigo —dijo de inmediato Martina, vi como lo apartaba de mi haciéndose entre Sam y yo.
—Tenemos que hablar —afirmo
—Pero no ahora —respondí de inmediato tratando con fuerza que mi mirada fuera de desinteres.
—Te apartas guapo —añadió, Martina corriéndolo.Al finalizar ese día, termine cansada mentalmente, ya que trataba de eliminar la mirada de Sam y su voz de mi cabeza y me obligaba a concentrarme.
La mamá de Flora me acerco a mi casa para así no tener que cruzarme con ellos.
Me dispuse a bloquear a Sam de todas las cuentas, era lo mejor o por lo menos lo que me había recomendado una revista. Así evitaría contestarle sus mensajes, si es que en algún momento se le ocurre enviarme uno, cosa que dudo.—¿Quieres a Sam? —Pregunto Martina.
Me comunicaba con ella por teléfono, mientras observaba desde una de mis ventanas su ventana con la luz prendida.
—Sé que tal vez a Flora no le guste lo que te voy a decir, pero si lo quieres no te lo puedes dejar quitar por una manipuladora, porque eso es lo que Luna es. Si de verdad lo quieres no te rindas, aun no han terminado oficialmente, lo significa que sigue siendo tuyo. Y si él de verdad es para ti al final terminaran juntos.
Su voz era determinada y animada, por un momento sentí que me había convertido en una de esas novelas que ella suele ver con su mamá.
—Pensaré esta noche en tus palabras. Descansa, adiós.Mi noche fue fatal, me la pasé dudando, dando vueltas en la cama a causa de Martina y no estaba segura de nada, no estaba segura ni siquiera que él me quisiera, pero de lo que si estaba segura era que yo si lo queria.
En la madrugada Flora me recogio y llegamos al cole juntas.
—¿Estás bien, desayunaste? —pregunto reparándome de arriba a abajo.
—¿Creo que no, o si? —Me pregunte en voz alta.
—¿Tu mami por lo menos te sirvió el desayuno?
Hace mucho aquello no sucedía. A veces no sabía si siquiera estaba en la casa.
—Si, como siempre se levantó temprano, me despertó y me preparo el desayuno —respondí con algo de sarcasmo.
Se quedó un momento en silencio y abrió su maleta.
—Toma, mi mamá cree que nunca es suficiente y me suele empacar más de lo que necesito —dijo pasándome un emparedado.
Sentí algo de vergüenza así que me negué, sin embargo, ella lo destapó y me obligó a comerlo.Estando en clase aún me seguía dando vueltas lo que me había dicho Martina, aunque no podía durar mucho mirándolo, por lo que la misma rutina del día anterior prosiguió, me consentre tanto, que hasta los profesores inesperadamente me felicitaron.
Al finalizar el descanso entre al baño allí, estaba Luna que me miro con una sonrisa, aunque no una de empatía.
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¿Qué creen que sucederá?
¿Qué opinan de este capítulo?
Esta historia aún continúa!
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Ella es mía
RomanceAna Miller lleva mucho tiempo detrás del chico que le gusta Sam White, para Ana, ella no existe en el mundo de Sam, pero todo cambiara cuando el resulta estudiando en su mismo salón de clases. © Todos los Derechos Reservados. Prohibido su plagio Tot...