Como las cosas pueden terminar de esta forma, cuando no esperas algo, es cuando sucede.
—Puedes contarme lo que te sucede —dijo de repente —¿Cómo estás con tu mamá, al fin se irá?
—Debe estar tomando el avión Justo ahora. Y ni me despedí de ella—respondí desalentada.
—Siempre hay solución, sabes
—Pues no conozco ninguna.Por un momento él se quedó en silencio y yo solo pude pensar en el olor a tierra que entraba a la cabaña por la lluvia.
—Sabes, hace mucho no te veía por tanto tiempo cerca —comentó.
De inmediato disminuí el movimiento de mi mandíbula, estaba comiendo papas y sus palabras me tomaron desprevenida.
—Toma —me entrego una bebida que llevaba con él creo que me vio algo atorada.
—Gracias —dije suavemente.
De repente me levante, y comencé a dar pequeños saltos y a mover las manos tratando de hacer ejercicio.
—¿Qué ...qué haces Ana?
—¡Ejercicio tengo frío!
—¿No estás cansada? —me pregunto extrañado mientras me seguía moviendo.
—Si algo, pero tengo frío.Él me quedo mirando por un momento y sonreía, luego se levanto, se ubico justo en frente de mí y me coloco su chaqueta.
—¡No tienes porque hacerlo! —afirme. Estaba frente a mí y no se movía.
—¿Por qué no tendría? Si... si cuando te miro deseo que nuestros ojos se vuelvan a encontrar como ahora. Si deseo estar cuando tengas frío o calor o no puedas hacer algún trabajo o solo necesites que te escuchen —puso sus manos sobre mis hombros y me acerco más a él.Yo no podía reaccionar y solo me dediqué a escucharlo.
—Eres más grande que tus tristezas, amo tu sonrisa, aunque pocas veces he podido verla últimamente.
—¿Por qué me dices todo eso? Deberíamos apartarnos un poco, no crees.
—No, no lo creo —dijo de inmediato.
—No te besare, si así no quieres, más no dejaré que te apartes, no en este momento.Nos quedamos mirándonos y me acerque a su pecho y lo abrace. Fue silencioso, solo se escuchaba la lluvia y podía sentir su aroma.
Al soltarlo me dirigí a la ventana y por detrás tomo mi cintura, abrazándome y colocando su mentón en mi hombro. Nos quedamos mirando cómo caía la lluvia.
—¿Por qué eres tan cruel? —le pregunte.
—¿A que te refieres?
—¡A esto! Sabes que aún te quiero, sé que aún me quieres, pero una vez más te irás de mi lado. Se supone que quedamos en ser amigos... No te entiendo —tome sus manos y las solté suavemente.
—Deseas que te cuente sobre Luna, no es así.
—¡Si! con ella aclaras mis dudas —le respondí algo inquieta.Él se volteo y recostó su cabeza en una de las paredes.
—No es ella a quien yo quiero, solo te puedo decir qué hay una desafortunada situación con su salud y no puedo dejarla.
Recordé muchas situaciones donde ella parecía enferma, pero para mí, solo representaba manipulación por parte de Luna. Y eso me enojaba y más me enojaba saber que Sam caía en su juego.
—No puedo creerlo. O sea estás con ella por eso, ¿entonces si me enfermo vuelves a mi lado?
—No es así de sencillo.
—Me dices tantas cosas, pero resulta que igual volverás con ella. Siento que no te conozco.
—Crees que yo me siento bien cuando Eddie está cerca de ti, pensé que eran solo amigos pero resulta que terminaron siendo pareja ¿Cómo crees que yo me sentí ese día que se besaron en mis narices? ¿Acaso yo me he besado con Luna en frente de ti? Y me dices a mí cruel.
Me aparte de él.
«¿Y todo lo que ha hecho él ¿Qué? no cuenta?» Pensé
—Tu la preferiste a ella sobre mí —me quede en silencio un momento —solo dejemos así.—Me senté en el piso donde estaba antes.
—No quiero más esto en mi vida. Hiciste una elección, ya está.
—Mi elección siempre has sido tu... recuerda que te dije que si escogías a otra persona no me opondría estaría para ti, y Eddie...—¿Qué?... ¡No sé qué ideas tengas, pero te equivocas! —le interrumpí.
Se acercó y levantó mi brazo y señaló la manilla que me había dado.
—No me imagino nada que no sea real —respondió algo sobre exaltado.
—¿Y yo? Acaso lo mío si es fantasía ¿por qué te cuesta admitir que ustedes tienen algo?
—¡Porque no hay nada Ana! —afirmó alzando la voz—. Tus sentimientos han cambiado hacia mí y lo puedo notar."Cómo pueden cambiar si has estado en mi corazón desde siempre" pensé
—No han cambiado en nada —respondí mirando al piso.
—Te contaré todo pronto... si no han cambiado, espera.
—¿No crees que espere lo suficiente?
Acercó su cabeza a la mía, y tomó mi cabello.
—No quiero más esto de verdad. Esta podría ser tu última oportunidad, si de verdad me quieres —afirmé tornándome sería y me aparte, dirigiéndome a la ventana.
Él se quedó en silencio, y deambulaba por el pequeño espacio de la cabaña.
—No sé cómo comenzar —dijo inquieto.
—¿Realmente le crees que está enferma? ¿Por qué tienes esa certeza? Y si la tienes por qué no solo la dejas en el hospital.Me levanto las cejas, se notaba que no le gustaba la forma en la que le hablaba y solo guardo silencio por un tiempo.
—Dime como la conociste ¿De verdad fue en un parque de diversiones? —nunca me creí esa historia.
—Fue hace un tiempo, y no... no fue en el parque de diversiones, fue en el hospital donde tenían a mi mamá, ella era una paciente.Por un momento quede en blanco.
—Cuando la vi en el colegio pensé que se había recuperado, sin embargo me enteré por sus padres que la habían desahuciado, y solo tiene unos cuantos meses.
—¿No hay nada que puedan hacer por ella?
—Hay una cirugía pero es tan riesgosa que podría quedar allí, así que la descartó y me pidió que me quedara a su lado.Él se sentó y tomó su cabello, su rostro simplemente era de preocupación.
—Ella era mi única compañía los días en que estuve con mi madre y días después también me acompaño, no me dejo solo... Ahora debo hacer lo mismo por ella.
—Ahora entiendo —dije acercándome.—¿Por qué no me contaste?
—Ella me pidió que no lo hiciera, no quería que más personas se enteraran.Lo abrace al ver su cara de preocupación, al fin podía ver su verdadero rostro sin incógnitas. Sabía lo traumático que fue para él, la muerte de su madre y aunque no sabía cuánto significaba esto para él, sabía que era importante.
—Perdóname por no contarte, es mi culpa el que nos hayamos separado, pero esperaba que confiaras en mí.
—Es difícil confiar, cuando ella me hacía creer que ustedes tenían algo —le dije con remordimiento.—Quédate a mi lado... ¿puedes? —me miro a los ojos —como antes, cuando sin esperarlo eras mi compañía —me comenzó a tocar mi cabello—, extraño tanto tu aroma en mis cosas, en mi sacos, tus cartas, tu sonrisa que a veces era de timidez —acercó su rostro un poco más a mí—. Cuando me tocabas el cabello y me pintabas las uñas. Extraño tanto caminar juntos, el olor de tu pelo —por un momento se quedó en silencio—. Sobre todo extraño tus besos —de repente, su boca estaba tan cerca que yo me quede paralizada. Finalmente se acercó y me regalo un beso.
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Si le creen a Sam, que Luna está enferma ?
Acuérdense que me gusta leer sus comentarios!
No olviden votar por este capítulo! ⭐️

ESTÁS LEYENDO
Ella es mía
RomanceAna Miller lleva mucho tiempo detrás del chico que le gusta Sam White, para Ana, ella no existe en el mundo de Sam, pero todo cambiara cuando el resulta estudiando en su mismo salón de clases. © Todos los Derechos Reservados. Prohibido su plagio Tot...