Capítulo 16 Segunda temporada.

1.7K 125 19
                                    

No entendía porque estaba allí, y no le iba a preguntar, obviamente me pregunte si sería por mí, pero aunque una parte de mi quería darse mucha importancia, la otra simplemente me recordaba la realidad.

Trate de comportarme con normalidad, de sonreír como si nada pasará, pero por dentro me sentía algo nerviosa y pensaba hasta en mi forma de caminar, y ni se diga de cómo me movía, me esforcé mucho en mover bien los brazos y de coordinar, disimuladamente me volteaba a verlo, pero me regañaba a mi misma, es que no entendía ¿Por qué sus ojos tenían que encajar tan bien en esa cara?

Hasta que por fin termino el ensayo pude descansar, agradecí no haberme caído, o hecho algo mal.

Saliendo de uno de los baños me encontré con él, aunque de inmediato llego Luna y se lo llevo, ni siquiera estuve tan cerca como para saludar.

Honestamente ¿Para que iba a saludarlo? Que tonta soy de tan solo pensarlo.

Llegue rendida a mi casa y corrí rápidamente y me tire en la cama, después de un rato un extraño pero delicioso aroma me atrajo a la cocina.

No lo podía creer, mi mamá cocinando, ni en mis cumpleaños lo hacía.

Dan entro y nos vimos los dos en silencio por un momento y nos reímos. Lentamente nos acercamos a ella y nos centramos a observarla.

—¡Después de una mañana de clase que llegue el almuerzo! —afirmo Dan contento.

No sé por qué pero no podía evitar sonreír, además que tenía mucha hambre.

—¡Hoy es un día importante! —afirmo ella mirándonos.
—Si me imagino —pensé en voz alta.

—Haré una gira —dijo de repente —varias universidades me han pedido ir a tocar, varias filarmónicas me han pedido participar en sus eventos—termino con una sonrisa haciendo que la mía se desvaneciera.

—¿Y Ana? —pregunto Dan
—Bueno ahora estás aquí —respondió.
—¿Crees que remplazaré a su madre? —suspiró por un momento —.No me quedaré mucho tiempo.

—Vienes y vas y no te puedes quedar si te lo pido—le reclamo mamá alzando la voz.
—No lo pediste, ni siquiera lo conversamos —le refutó Dan alterándose.

Paso sus manos por sus ojos y luego en el mesón.

—Aún no se puede quedar sola —añadió Dan.

La mire pero ella miraba hacia el piso.

—He estado sola, salgo de la casa sola, compro mercado y cómo sola, en las noches solo el silencio y la oscuridad me acompañan. En mi estudio siempre estoy sola en la reuniones de padres sola, porque soy la única que tiene una madre que pide a los profesores los comentarios por correo —me desahogue apretando con fuerza la silla con mis manos para calmarme y no decir nada peor.

Llegó un silencio estresante.

—Si quieres ir, ¡lárgate no te necesito! —termine.

Me levante y salí de la casa corriendo, estaba tan cansada pero el pecho me presionaba de tal manera que sentía que la única forma era corriendo.

Pare en un parque y me senté a respirar profundo, vehía a los padres con sus hijos. Sentía rabia y ganas de llorar pero no podía hacerlo, aunque unas cuantas lagrimas salían de vez en cuando.

Extrañaba a mi padre y la extrañaba a ella.

No se cuanto tiempo me quede allí, sentada en silencio, tragándome todo mi dolor pero empezó a oscurecer y empece sentir frío y mucho sueño.

Me levante pero me sentía algo débil y sentí algo de mareo. Por un momento sentí caer y vi sus ojos mientras me sostenía.

—Vamos te llevo a tu casa —escuché su voz desvaneciéndose.
—No allí no —respondí con esfuerzo.

De repente solo cerré los ojos.

Todo empezó a tomar forma y color, todo me era muy familiar, pero no era mi alcoba.

Era la de Sam.

Me levante de un impulso aunque algo inestable y vi mis cosas en una silla, las iba a tomar para irme en silencio pero escuché unos pasos acercándose y de un impulso me tire en la cama
y me hice la dormida.
Toco mi frente, eran sus manos.
No pude evitar abrir los ojos, como si los estuviera abriendo por primera vez y lo vi muy cerca de mi.

Trate de aguantar un poco la respiración.

—Ya despertaste, estás agitada, no debe ser bueno.

Empezó a tocarme y le retire el brazo, era muy extraño.

—Te... tenias mucha fiebre —dijo algo incómodo, pero reafirmo su voz —.Deberías mantener el trapo en tu cabeza —su voz se volvió imponente y me coloco un trapo.

—Creo que debería irme, ¿por qué no estoy en mi casa?
—Me pediste que no fuera allí —respondió cruzando los brazos. Luego añadió:—No deberías quedarte horas en un parque en el frío, descubierta y sin probar bocado alguno.

—¿Por qué crees que fueron horas?
—Pues... por tu estado era más que obvio.
—Este es el último lugar en el que debería estar.

El me tomó del brazo ayudándome.

—Un Gracias sería más adecuado.
—No pedí tu ayuda —refute levantándome.

Trato de tomar mi brazo pero lo evite.

—Veo que estás más que bien. No deberías pelear de esa forma con tu familia ya no eres una niña pequeña. —Sentí que me estaba regañando.

—No me conoces —le aclaré
—Claro que te conozco, siempre hemos estado juntos.

Negué con la cabeza y me fui rumbo a la puerta pero se hizo Justo en frente de mí y no me dejó pasar.

—Hemos estado juntos, pero nunca te importe, no sabes cuáles son mis problemas, nunca conociste mi vida, viste solo las cosas buenas pero nunca entraste a cuidarme, preferiste otras cosas y a otra persona —le respondí alzando la voz, esperando que me dejara salir.

El se quedó callado y al fin me dejo salir.

...............
Hola!
¿Qué les pareció el capítulo?
Hace mucho, si se habrán dado cuenta que no coloco foto de portada de los capítulos ¿Para ustedes es importante o poco relevante?
Cuéntenme porfis.

Recuerden que si les gusta la historia no se olviden de votar y comentar, de esta forma me animan a continuarla!

Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora