Fictober 2018

Canción

Por las calles de New York caminaba un mono araña de 28 años llamado Lazlo, era delgado como en sus mejores años, pero con una musculatura mas marcada, iba vestido con una sudadera verde deportiva igual que sus pantalones, sus deportivas eran negras y su pelo alborotado era igual a antaño, solo una pequeña barba podía verse en su mentón, era común verlo alegre por la calle mientras hacia su día a día. Como solía hacerlo todas las semanas, Lazlo entro a una tienda de antigüedades que estaba cerca del gimnasio al que solía ir.

-Bienvenido a la tienda de Raj, que po...- el elefante hindu de figura regordeta, bigote frondoso y gafas cambio su rostro a uno de molestia fingida, iba vestido con camisa floreada de color rojo y pantalones de vestir negros- solo eres tu, pensé que eras un cliente- Lazlo solo le sonrió a su amigo que de inmediato volvió a sonreír-

-Lindo bigote- Lazlo decidió picar a su compañero hindu que solo puso cara de molestia-

-Perdona... profesor Lumpus, no sabia que la barba de chivo estaba de moda otra vez- ambos comenzaron a reír por el comentario-

-Ese fue un golpe bajo Raj, pero no fue mi nariz la que lo albergo en su luna de miel- Raj sintió un escalofrió en su cuerpo al recordar aquello-

-Ni me lo recuerdes, aun tengo baba de caracol en algunas partes- Raj recordaba que incluso Banano estuvo atrapado ahí-

-Tienes lo de siempre Raj?- Lazlo decidió cambiar de tema para ir directo al grano de su visita-

-Aquí lo tengo Lazlo- Raj saco un ramo de rosas, se veían bastante bonitas y parecían estar envueltas para dárselas a alguien-

-Gracias amigo, nos vemos, suerte con el negocio- Lazlo dejo dinero a su amigo mientras se iba de ahí bastante contento-

-Pobre Lazlo- Raj cambio su cara a una melancólica mientras seguía esperando clientes-

Lazlo continuo su camino atraves de la multitud de animales que le impedían el camino, el solo seguía sonriendo y le pedía permiso a cada transeúnte que parecía tener mucha prisa, que era la mayor parte de la ciudad a decir verdad. Lazlo al fin llego a su destino...

-Hola Patsy, te traje rosas- Lazlo sonreía nervioso mientras jugaba con sus pies- se que siempre te traigo flores, pero hoy es nuestro aniversario, así que traje mas rosas esta vez- Lazlo dejo el ramo en la tumba frente a el mientras se sentaba a ver el grabado en piedra con una sonrisa- traje una rosa extra por cada año que ya no estas, una por... cada año que te extrañamos- Lazlo seguía sonriendo, pero no podía mas, todo su llanto contenido había salido sin poder controlarlo-

Paso frente a la tumba por horas sin poder hacer nada que no fuera llorar con una sonrisa temblorosa y el corazón roto. Al fin Lazlo volvía a su casa, pero aun había lago que debía hacer...

-Ya estoy aquí Clam- un rinoceronte pigmeo albino abrió la puesta, su tosca complexión intimidaría a cualquiera a pesar de su bajo tamaña, excepto a sus amigos-

-Lazlo... llego- aun le costaba trabajo comunicarse, pero nunca lo necesito para dejar en ridículo a esos estúpidos animales roñosos ricos de wall street-

Una pequeña mangosta café con el cabello naranja se acerco corriendo a los brazos de Lazlo, la pequeña no parecía ser mayor de 5 años y vestía con una playera blanca y un chaleco que parecía ser color beige en el pasado, ahora parecía gris, igual que su falda, un pañuelo rojo adornaba su cuello y una gorra de exploradora.

-Esa ropa fue de la que te di de mamá?- Lazlo recordó aquella ropa por un momento, pero nunca había roto a llorar frente a su pequeña y no iba a empezar ahora-

-El tío Clam dijo que me parezco mucho a ella- Lazlow solo sonrió mientras le afirmaba con la cabeza-

-Vamos a casa Betty- Lazlo se escuchaba bien, pero Clam conocía mejor a Lazlo, sabia que mentía, le ponía ver mal a su amigo, pero lo mejor era dejar lo superar solo la muerte de su esposa, y para eso su hija era la única cura en ese momento, al menos eso pensaban Raj y Clam-

Hace cinco años Lazlow había perdido a su esposa Patsy, hace cinco años había recibido aquel producto de su amor, una hermosa niña, hace cinco años perdió al amor de si vida dando a luz al fruto de su amor, hace cinco años aprendió a ser fuerte por su niña, por que eso hubiera querido su esposa, eso hubiera querido Patsy Smiles.