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Era un día soleado de abril, me levante y mire el reloj de mi celular que marcaba las 7:00 am. 

Me quedé sentada a la orilla de la cama mirando hacia la nada pensando en cuanto me gustaría dormir un poco más.

Después de un minuto, me levanté y me dirigí al baño a darme una ducha, al terminar bajé las escaleras y me senté en la mesa junto a mi madre.

-Hoy tal vez llegue más tarde- dije antes de meter un pedazo de pan en mi boca.

-Mejor no llegues- dijo mi madre con una sonrisa con un toque de picardía en el rostro

-Mamá- dije después de atragantarme con el pan.

Hoy es el cumpleaños de mi mejor amigo, Sam; nos conocemos desde niños, yo tenia 6 años cuando Sam llegó a mi escuela como nuevo alumno, se veía tímido con sus manos juntas y la mirada al suelo pero eso solo era una fachada porque resultó ser la persona más extrovertida que conozco. Sam fue mi único amigo por muchos años ya que soy demasiado tímida como para hacer amigos, a diferencia de él. Estuvo para mí a mis momentos difíciles y yo en los de él, tras 17 años de amistad se ha vuelto parte de mi familia.

 Mi madre siempre ha querido que estemos en una relación de mas que amigos y aunque nunca he visto a Sam con otros ojos, hubo un tiempo en que me pregunté si debía intentarlo más nunca sucedió nada.

Miré la hora en mi celular y marcaban las 7:45 am, casi me atraganto con el trago de jugo que tenía en la boca. Me levanté de la silla y tomé mi saco color gris para después tomar mi bolso y caminar casi corriendo a la puerta.

-Ya me voy- grité
-Que te vaya bien- escuché la voz de mi madre a lo lejos.

Salí de casa con destino a mi trabajo.

Desde siempre me han gustado las artes, pero he estado atraída un poco más a la música, no hay día en el que no escuche música y no hay momento en el que me veas sin audífonos puestos; mi abuelo y mi padre son músicos, por lo tanto, llevo la cultura musical desde pequeña. 

Me enamoré de la ópera después de escuchar la cortina musical de una publicidad. Era un aria de la Reina de la noche, un personaje de La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart. Desde entonces empecé a cantar en el baño y en lugares donde la acústica era buena. Pero siempre sola, porque era muy tímida para hacerlo en frente de alguien.

Conocí una profesora de ópera, y empecé a estudiar. Pero después se volvió muy intenso. Eso fue cuando tenía entre 11 y 15 años. Mis papás estaban preocupados y tuve que parar. Cuando dejé la ópera estaba en plena adolescencia y en la etapa más rebelde de mi vida. Dejé el género clásico para pasarme al heavy metal. Estaba enojada en ese momento. Empecé a fumar cigarrillos y empecé a gritar más que a cantar. Por suerte mi voz no se dañó. 

Ese es mi pasado. Esa experiencia me hizo tener otros deseos, quise experimentar diferentes géneros. Pero al poco tiempo volví a tomar clases de música clásica porque era mi verdadera pasión, extrañaba hacerlo. Sin embargo, recuerdo que no me sentía cómoda en ese entorno. Cuando fui a un conservatorio el ambiente era diferente, no encajaba. Era muy íntima la relación con los profesores. Me acuerdo que cuando estaba en el conservatorio nos enseñaban para ser agresivos y competitivos. Era violento. Querían enseñarnos la competencia, no me gustaba eso.

El salto al rock fue necesario, me ayudó a combatir esa timidez que tanto marcó mi infancia. Hacer mi primer concierto... Fue hasta doloroso subir al escenario. Sentía que me quemaba la panza, como si tuviera un volcán. Es extraño, pero mejoré por cantar rock en el escenario. Porque cuando cantas ópera, tienes que ir por eso, todo tu cuerpo debe cantar. Debes estar completamente conectado con la voz y los instrumentos. En el rock una persona tímida no funciona. Tienes que encontrar una actitud y moverte diferente.

Gracias a mi abuelo pude entrar a este mundo de la industria musical, comenzando por subir videos a YouTube que para mi sorpresa tuvieron más visitas de lo que esperaba.

Logré cumplir mi sueño de hacerme escuchar, de que la gente escuchara mi voz al cantar.

Llegué al  edificio que ponía Nimue Music con letras gigantes en la fachada, ahora tengo una Reunión con el quipo de producción para planear la globalización de mi marca como cantante.

Tras llegar al tercer piso, saludé a Brigitte, la adorable chica con apariencia inocente pero con temperamento de leona que se encaraba de que todo estuviera en su lugar listo para la reunión que empezaría en menos de cinco minutos.

La sala se fue llenando con los miembros del equipo de planificación, relaciones publicas, marketing, los productores, el coreógrafo, el director de escena, director de arte y más personas. Obviamente el CEO de la empresa también estaba presente.

-Bien, que empiece la lluvia de ideas- dijo el CEO

-Podríamos empezar a entrar en platicas con disqueras de países que son potencias mundiales- 

-Eso es muy obvio pero tenemos que hacer que compren nuestro producto, ¿Qué tenemos que hacer para que Emma llame la atención de todas esas disqueras para que cuando entremos en platicas no nos den una patada en la cola?- dijo ahora mi manager, André.

-He estado viendo, haciendo estudio de mercado- habló ahora una de las chicas del equipo de marketing -Y me encontré con un chico, no sé qué edad tiene pero es joven, que participó en un concurso de canto en China y su fama explotó hasta el cielo. Me pareció interesante y tal vez sea una buena estrategia para posicionar a Emma en el mercado de estos piases- continuó y puso su ipad para que todos pudiésemos ver una foto de un chico joven y delgado sobre un escenario mientras sonería ampliamente. La sonrisa de aquel chico me dio tanta paz en cuanto la vi, me hizo saber al instante que él amaba lo que hacia. -él también canta estilo clásico y después de tan solo su primera presentación en el concurso, se posiciono en el primer lugar de búsquedas en China, sus reproducciones en YouTube se multiplicaron más del doble al igual que su numero de seguidores en redes sociales, debo mencionar que él no es chino.- bueno, no voy a negar que estoy un poco sorprendida.

-¿Me estás diciendo mande a mi artista a un concurso de canto en el extranjero?- dijo el CEO serio con las manos entrelazadas sobre la mesa sin levantar la mirada, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

-Ahh..- la chica tomó de nuevo su ipad y lo guardó nerviosa. Hubo unos segundos de silencio que parecieron eternos.

-Porque es la mejor idea hasta ahora- dijo de nuevo el CEO ahora más relajado y con una sonrisa en el rostro -¿como se llama el chico?- 

La chica volvió a sacar su ipad y tecleó algunas cosas -Dimash, señor- dijo tragando saliva.

-Dimash!- dijo el CEO soltando un aplauso -bien, nadie dio una mejor idea y ella parece que es la única que hizo su trabajo, Emma- dijo ahora dirigiéndose a mi -Estados Unidos es el país más difícil así que lo dejaremos al final para tener el respaldo de los otros países - asentí sin más. -bien, preparen maletas, nos vamos a China- dijo el CEO y salió del salón.

-¿En serio estaré en un concurso de canto?- le pregunté a André. una vez que nos quedamos solos.

-Claro que no, te meterá a la televisión pero no a un concurso, ganarás proyección solo si estas en la TV, tenemos contactos en China que usaremos para darte paso.- 

Se llegó a la conclusión de que mi marca se debía expandir más. Empezaríamos a entrar en platicas con disqueras de países que son potencias mundiales como Estados Unidos, Canadá, China, Corea del Sur, Rusia e incluso Japón para firmar un contrato y poder promocionar con más impacto en dichos países...

La voz de un ángel [Dimash Kudaibergen] *En edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora