Capítulo 6

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Capitulo 6

Germán se levantó tarde después de una noche dura de trabajo, al girar en su gran cama se encontró solo, pudo haber tenido una noche con muchos hombres pero en las mañanas se encontraba solo, una vez hace muchos años se había despertado con una persona a su lado y cuando la vio dormir se dio cuenta que se había enamorado por segunda vez en su vida, eso lo llenó de miedo. ¿Qué tenía para ofrecerle a ese hombre? Sin pensarlo tomó la peor decisión que pudo haber tomado, años pasaron para darse cuenta que tuvo que haber luchado por él, que no se tuvo que haberse rendido. ¿Era muy tarde para reclamarlo como suyo?

La luz roja del reloj alarma lo volvió al presente, eran las 10:30 de la mañana, de un salto salió corriendo al baño, no podía llegar tarde a su segundo día de trabajo, Tomás lo mataría, además de que no quería dejarlo mucho tiempo a solas con la zorra de Maxi, y tampoco quería darle a este la oportunidad de hablar mal de él, aunque era tarde podría decir que se sentía medio descompuesto por lo que comió o algo por el estilo. Al nunca había trabajado, esperaba que no fuera tan malo llegar un poco tarde.

Al llegar encontró el local con bastante gente, y con la mirada maléfica de Maxi, cosa que ignoró; su mirada buscaba a otra persona por todo el local pero no lo encontró. Lo único que vio fue a Luis que se acercaba.

- ¿Germán? – Preguntó Luis.

- Sí, ¿Vos? –

- Soy, Luis el encargado del local e íntimo amigo de Tom, acompáñame al depósito – lo siguió.

- Llegas tarde, sé que nunca en tu vida manejaste un horario pero eso no es excusa.

- ¿Dónde está Tom? – preguntó ignorando lo que le estaba diciendo.

- ¿El jefe? Tuvo otra cosa que hacer, despreocúpate, él sabe que llegaste tarde y también sabe por qué razón.

- ¿A qué te referís?

- Ayer a la tarde, mi amigo Tom, me pidió que le hable a uno de mis amantes para que te llame y concrete una cita contigo – Germán abrió los ojos tan grande como pudo – ¿no era que querías cambiar?, Tom es mi amigo y está pasando por un mal momento, te aconsejo que tomes tus cosas y te vayas de acá.

Germán lo miró por un momento, entonces sí pasaba algo en la vida de Tomás. Tenía que averiguarlo, era muy obvio que de Luis no iba a sacar más información, también era más que obvio que esta vez no renunciaría a él.

- Lo siento, pero esta vez me quedo- al decir eso salió del depósito y se dirigió a los estantes para acomodar las cosa, y limpiarlas.

Tuvo que quedarse un par de horas más para compensar las que había perdido por llegar tarde, al salir estaba furioso había sido un mañana muy larga y Maxi con ayuda de Luis, no lo dejaron en paz ni un segundo. Aparte no había visto a Tomás y no sabía por qué no estaba ahí.

La Semana no pasó mejor, Germán era tratado como una mula de carga, Luis y Maxi, sobretodo Maxi, le hacían la vida imposible y no le daban tregua, Tomás lo ignoraba, solo le hablaba para remarcarle algunas cosas o saludarlo. Él tuvo su celular apagado toda la semana, pero sí tuvo trabajando con algunos clientes fijos que tenía, a los cuales no podía defraudar, ya que varias veces esos clientes se aparecían con regalos bastante caros, incluso uno de ellos le había conseguido los documentos, otro un celular de última generación, otro una tarjeta de crédito, incluso había logrado conseguir su departamento cogiendo con el dueño del edificio, que se lo dio a pagar en cuotas de demandante sexo y cuotas bastante flexibles. Sentía la obligación de estar cuando ellos lo requerían, esa era su vida.

Al llegar a su apartamento sintió la soledad por todo su cuerpo, esta semana que había pasado no había logrado nada con Tomás y su cuerpo estaba completamente agotado. Se acostó en su cama a pensar. ¿Valía la pena todo lo que estaba haciendo por un hombre que lo ignoraba? Él podía tener al hombre que quisiera, y tenía más de un pretendiente que había prometido sacarlo de esta vida de mierda, ¿Por qué ahora no podía sacarse de la cabeza a ese hombre? Recordó la primera vez que lo vio en la entrada de su departamento, estaba muy nervioso no podía articular palabra, podía sentir su corazón latir, la primera vez que lo vio desnudo tan dispuesto a él, tan sumiso y a la vez tan delicado, tan frágil. Muy diferente al hombre que veía ahora ¿un padre? Esta semana había visto varias veces a Santy en la tienda corriendo de un lado para otro, todos los empleados lo querían, lo llenaban de besos, abrazos y hasta regalos, cuando él llegaba a la tienda Tomás se transformaba en un ser completamente diferente pendiente de su hijo y en algunos caso demasiado sobreprotector, pero ese niño lo valía, los primeros días fue el pequeño el que se acercó para presentarse y para entrar en confianza con el nuevo empleado. ¿Cómo habrá hecho para tener un hijo? ¿M-preg?, No eso no existe, ¿Alquiló un vientre? El nene no tiene rasgos parecidos a Tom, seguramente adoptó. Germán también notó que a la persona que no se había cruzado, era al esposo, había escuchado más de una vez a hablar de unos papeles a Luis diciendo que faltaba firmar esto para que todo acabara y que el tarado no iba a poder reclamar nada, mmmm.... ¿Se habrá divorciado? Esa idea lo hizo levantar de la cama.

- Basta – se dijo – sí vale la pena, y no me voy a dejar intimidar, él va a ser mío y ya sé cómo atraerlo a mí.

Salió de su departamento y caminó a pasos rápidos hasta una juguetería que se encontraba a unas cuadras.

Al día siguiente Germán se dirigía a la tienda decidido a hablar con Tomás y un Transformers para el pequeño, lo había visto varias veces con remeras, hasta gorras de ellos. – en el único momento en que Tomás estaba vulnerable era cuando su hijo estaba cerca. Al entrar al local, rápidamente fue interceptado por Maxi.

-¿Y ese muñeco?

-¿te importa?

- Si piensas llegar al jefe a través del pequeño, te aviso que estás muy equivocado, para empezar no eres su tipo, a él le gustan las personas sin barba, y menos musculosas. – dijo intentando intimidar, era evidente que no sabía toda la historia.

- Mira no tengo por qué darte explicaciones a vos – sonrió - y creo que deberías informarte mejor – Se abrió camino hasta Tomás.

- ¿Y ese Muñeco? – dijo Tomás mirando seriamente a Germán.

- Para mi amigo Santy - respondió, mientras lo guardaba en una bolsa, Tomás lo miro y no dijo nada.

La mañana transcurrió con normalidad, alrededor del medio día, como siempre, llegó un alegre Santy con esa alegría que provocaba que todos quieran abrazarlo, Germán se acerco a él y lo tomó por sorpresa haciendo que el peque saltara de contento.

-Hola peque, ¿Cómo te portaste en el jardín hoy? – Germán le hablaba ignorando todas las miradas, sobre todo la mirada de furia que venía de Diego.

-Bien, hoy la seño nos enseñó a contar – dijo un animado niño mientras lo miraba fijamente a los ojos.

-Muy bien, Te tengo un regalo – Dijo sacando de la bolsa el muñeco Transformers, La cara de Santy se iluminó por completo, tomó el paquete con tanta euforia, que casi lo rompe, Ger ayudó abrirlo y ambos se pusieron a jugar en el medio del local sin importarles nada, ni siquiera se dió cuenta que detrás de ellos estaba Tomás mirando toda la escena con lagrimas en los ojos, y una sensación cálida creciendo dentro de él.

Mi TaxiBoy - Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora