Capítulo 7

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Capítulo 7

Después de una semana de haberse presentado con el regalo para el Peque, como cariñosamente Germán lo llamaba, se había vuelto muy unido a este, cada vez que llegaba del jardín corría a los brazos de Germán, después de saludar a su padre.

Tomás no lo veía del todo bien, no estaba muy seguro de cuanto quería que esa amistad siguiera creciendo.

- Mañana viene los inversionista, si todo sale bien te darán el dinero para abrir más sucursales y volver nuestro pequeño local en una de las cadenas más grandes del mundo en venta de videojuegos. – Comentaba Luis muy contento.

- ¿Nuestro Local? ¿Más grande del mundo? ¿No estás exagerando?

- ¡Yo cuando me imagino las cosas me las imagino en grande!

- ¿O sea que te gustan las grandes? – Interrumpió Germán con una sonrisa.

- ¿Y a ti quien te está hablando, terminaste de barrer la vereda?

- Si, ahora estaba por limpiar los vidrios como el Sr Jefe me lo había pedido.

- Te lo pedí horas atrás, ¿Todavía no lo terminaste?, estas muy lento. Y sabes que no me gusta eso.

- Si Jefe – dijo mirando para abajo y yendo a buscar las herramientas para empezar con la limpieza de los vidrios.

- No entiendo a ese tipo, ¿Sigue con su otro trabajo? – Pregunto Luis.

- Termina las presentaciones para mañana, todo tiene que estar perfecto, voy a ir a buscar a Santy al jardín y de ahí me voy a ver con Marcelo, quiere que vaya a ver unas casas con él. – Dijo ignorando la pregunta de su mejor amigo.

- ¿y Die? ¿Por qué no fue él?

- Me dijo que no podía, en serio necesito una niñera.

- Recuerda Mañana viene los inversionista a la misma hora que sale Santy, lo va a poder ir a buscar.

- Sí, Me confirmo que si – dijo Tomás, tomando las cosa para salir a buscar a su hijo.

Cuando salió del local vio a Germán limpiando el vidrio, se veía tan malditamente sexy, muchas de las personas que pasaban por la calle se paraban a mirarlo, tanto hombres como mujeres, eso lo ponía un poco celoso.

Al día siguientes todos estaban corriendo de un lado para otro, tenia que tener todo listo antes de la llegada de los nuevos inversionistas, el local debía que verse lo mejor posible, Tomás estaba tan metido en los papeles de la presentación que ni en la hora se había fijado, si no hubiese sido por Germán que le hablo.

- Tengo un regalo para el Peque, espero que no te moleste.

- Para nada – dijo sin levantar la vista y atendiendo el teléfono que había empezado a sonar.

- ¿Hola? ¿Cómo?, ya voy para allá – dijo gritando, provocando que todos en el local se acercaran para ver qué pasaba.

- ¿Qué paso? – Digo Luis algo asustado.

- Tengo que ir al jardín, hubo un problema, un niño hizo llorar a Santy.

- No te podes ir, los inversionistas están por venir – lo freno Luis.

- Santy está en el jardín llorando pidiendo por mí, me importa una mierda los inversionista tengo que ir por mi hijo y hacerle pagar al niño que lo hizo llorar.

Mi TaxiBoy - Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora