El sol comenzó a caer lentamente, el cielo anaranjado reclamaba que ya era hora de que la luna saliera en el ya casi cielo nocturno junto a sus aún no visibles amigas estrellas.
La gente comenzaba a entrar a sus casas, los dueños de las tiendas, cafeterías y kioskos comenzaban a cerrar para poder ir a sus casas a pasar poco tiempo que quedaba de día con sus familias.Aún quedaba algunas personas en la calle, paseando a sus mascotas o volviendo de sus trabajos.
Todo estaba bastante tranquilo.
En la barandilla de su terraza, Marinette miraba las increíbles vistas de París, pensándo en lo que siempre había estado pensando desde que conoció a ese chico.
Adrien.
Estaba tremendamente enamorada de él, sus increíbles ojos verde esmeralda o su gran sonrisa cálida solo ayudaban a que ella cayera aún más en sus encantos.
Tikki, su compañera kwami, salió del pequeño bolso en el que siempre se escondía para que nadie le viese, para hablar con ella.
-¿Otra vez pensando en Adrien, Marinette?
-Tikki, ya sabes que no puedo evitarlo... es tan....
- ¿Increíble, guapo, apuesto, amable? -interrumpió Tikki- Eso ya lo has dicho mil veces.
Ambas rieron al unísono.
-Lo es, y es lo que me preocupa, una persona así no podría fijarse en una torpe como yo...
Marinette agachó su cabeza, mirando la casa que tenía enfrente algo triste. Tikki, preocupada, se acercó para darle un pequeño beso en la mejilla.
-Estoy segura de que algún día verá lo increíble que eres Marinette.
-No se Tikki, sin mi máscara de Ladybug, solo soy una chica torpe.
-No digas esas cosas Marinette, tú eres Ladybug con o sin la máscara.
-Gracias Tikki, no te preocupes, eres la mejor.
Marinette sonrió y abrazo contra su mejilla el pequeño kwami, que correspondió su sonrisa.
Separándose de la barandilla, se acercaron a la trampilla que llevaba a su habitación.
No muy lejos de ahí, un pequeño mínimo rondaba la ciudad. Supervisando que no ocurriera nada extraño, que nadie fuese akumatizado.
Saltando de una casa a otra, el llamado Chatnoir patrullaba, buscando a su querida Ladybug.
-¿Dónde estará My Lady?...-se preguntó a si mismo el minino- suele estar aquí ya a esta hora...
Algo triste por no verla, siguió su paseo hasta, sin querer, toparse con la panadería más famosa de París.
Esa panadería era propiedades de los padres de su gran y solo amiga Marinette Dupain Cheng, su compañera de clase.
Ya que estaba ahí, ¿podría hacerle una visita no? Después de todo, ya le había salvado alguna que otra vez de las manos de algún akuma.
Convencido por su propio razonamiento, Chatnoir se posó en la casa enfrente a la habitación de Marinette.
Divisó una pequeña ventana.
Ahí estaba ella, sonriendo mirando el ordenador mientras comía un yogur.
Chatnoir se sorprendió, parecía.... ¿Embobada? No lo sabía del todo, pero le hacía gracia.
Con su bastón, se acercó sigilosamente a su ventana.
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El Minino Que Entro Por Mi Ventana (Marichat)
FanfictionTrás una patrulla, Chatnoir divisa la casa de Marinette a lo lejos. Sin pensarlo dos veces decide hacer una pequeña visita a su amiga, sin saber que desde aquella noche, no podrá evitar llamar a la ventana de esa chica todos los días. ¿Pasará algo...