Capítulo 7

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Ladybug salió por la ventana de su casa, quería dar una vuelta y despejar su cabeza de todo lo sucedido anteriormente.

Su corazón latía con fuerza, no sabía exactamente por qué razón.

De un lado a otro, con su yoyó.

Echaba de menos patrullar, hacía un par de días que no lo hacía, y a su vez, hacía tiempo que no había aparecido ningún akuma.

¿Acaso lepidóptero se rindió?

Si ese fuese el caso, ya Paris no necesitaría héroes.

Se posó en un tejado ,mirando al horizonte francés, intentando descifrar todo lo que estaba pasando por su mente.

Si Paris no necesitase héroes... No volvería a ser Ladybug, no volvería a ver a Tikki, no volvería a luchar juntos a chatnoir. Nunca acabarán sabiendo las identidades del otro.

Definitivamente ella quería seguir junto a Tikki, junto a su amiga kwami.

Bajo la cabeza algo deprimida. Ella no querría dejar de ser Ladybug.

Entonces vio caminar a un chico por las calles de París. Un chico alto y de cabello rubio. Parecía algo engreído, pero al mismo tiempo era bastante mono. Parecía necesitar ayuda, así que se bajó del tejado y se acercó a preguntar.

  -Holaa, soy Ladybug, veo que estás buscando algo ¿Necesitas ayuda?

  - No necesito ayuda de ninguna heroína con superpoderes, puedo encontrar lo que sea solo.

Ladybug se cruzó de brazos, algo enfadada, pero siguió insistiendo.

  - Como seas tan arrogante con todo el mundo, acabarás haciendo que alguien se akumatice.

  -Pues mejor para ti, así tienes trabajo que hacer. Ahora, déjame en paz, me molestas a la vista.

Ladybug pega un pequeño salto de rabia, miró mal al chico rubio, y se dió la vuelta.

  - Tú sabrás lo que haces.

Ladybug volvió a marchar en dirección contraria al chico. Ella solo quería ayudar, no tenía derecho a hablarle así.

Con el ceño fruncido, vió un akuma volar hacia ella.

Lo miró fijamente.

No, no podía dejarse llevar por las cosas malas que sucedían en su vida.

Sacó su yoyó y agarró a la pequeña mariposa.

  -Vaya My Lady, parece que has estado trabajando sin mi, ¿Acaso ya no me quieres?-dijo un minino acercandose sonriente a Ladybug-.

  - Ah, hola chatnoir, solo daba una vuelta, y encontré este akuma por aquí- Ladybug se dio la vuelta mientras abría el yoyó para dejar volar la mariposa, mirando a chatnoir a los ojos-.

  - Esto es muy raro, Lepidóptero lleva mucho tiempo sin dar señales de vida, está es la primera en mucho tiempo.

  -Si que lo es, pero solo podemos esperar. Bueno me voy, adiós.

Ladybug volvió a tirar el yoyó para volver a su casa, pero no terminó de levantar los pies del suelo cuando Chatnoir agarro su muñeca. Ladybug miró hacia atrás confusa.

El minino bajo la mano le lentamente, acariciando la mano de la heroína de París. Ambos corazones dieron un brinco. Un brinco similar. Los ojos celeste de la peliazul se adentraron en la cabeza de Chat como un tsunami. Inundó su mente los mismo colores que ya reconocía. Los había visto antes... En alguien...

El mundo se paró. No existía nadie más que ellos dos. Las manos se unieron un poco más.

  -¡¡¡AHHH!! ¡¡¡Es Ladybug!!!-interrumpió una pequeña niña- ¡¡¡mira mami mira, es ella!!!

Rojos como tomates, ella se separó al instante, de un tirón alejo su mano de la de Chat, mientras el seguía buscando en su recuerdo dónde vio esos mismo colores que vio en sus ojos.

Alargó la mano, volviendo a buscar su tacto, pero ya era tarde, ella ya no estaba.

Se había ido.

El Minino Que Entro Por Mi Ventana (Marichat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora