Capitulo 5

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Justo cuando salió por la puerta de clase y dio un paso al frente, sonó el timbre.

Marinette notó una suave caricia en su mano.

Se giró lentamente, impaciente por saber quién la había tocado de tal forma.

Adrien estaba ahí, parado justo detrás de ella, mirándola fijamente a los ojos.

Marinette se quedó atónita. Adrien tenía su mano realmente cerca de la de ella y la estaba mirando de una forma muy intensa.

Marinette comenzó a sudar, sin decir una sola palabra, se perdió en la mirada de los ojos esmeralda del chico.

Un mar verde se adentró en su mente, llenando cada una de sus esquinas, cada rincón de su cabeza estaba ocupado por un único color. Se le aceleró el pulso.

Adrien no pudo evitar ir tras ella tras sonar el timbre. No sabía por qué, pero tenía la necesidad de acercarse a ella todo lo posible. Acarició su mano y la miró firmemente a los ojos. El océano de sus ojos lo inundó de cabeza a los pies, olvidó todo a su alrededor y comenzó a identificar cada unos de los pequeños detalles de sus ojos, todos los tonos de azul que conocía, aquellos que tenían nombre y los que no.

Comenzó ha acercar su mano un poco más. Ya no solo era un roce, Adrien estaba casi sosteniendo la mano de Marinette.

Chispas salieron de sus corazones.

Más y más cerca, uno del otro.

Hasta que Chloe se acercó a Adrien, separándolo por completo de ella.

Marinette estaba confusa, mareada; mirando a los ojos de Adrien, salió corriendo del instituto.

Sin saber dónde ir, confusa, acabo en las escaleras donde dibujo aquel bombín.

Comenzó a pensar.

Los ojos de Adrien parecían verdaderos, profundos y suplicantes. La verdad es que esos ojos hacían que Marinette se confundiera. ¿Acaso Alia tenía razón y estaba empezando a fijarse en ella? Si eso es cierto podría valer una fortuna.

Era todo muy surrealista. Además, ¿Que iba a decirle Adrien? Por alguna razón había ido tras ella. Su corazón palpitaba más animado cuando estaba cerca suya.

Sintió algo en su espalda.

Se dio la vuelta.

-Hola princesa -dijo el minino moviendo su cola con su mano- ¿Qué haces aquí tan sola?

Marinette se abrazó a sí misma y miró desafiante a Chatnoir.

-Marinette sabes que lo siento... No quiero molestar, fue sin querer... Te vi sola y pensé que necesitabas compañía.

  -No necesito compañía de un gato tonto y pervertido.

Chatnoir suspiró, se apartó de la pared y se acercó a Marinette, despacio, esperando una respuesta de su parte.

Ella no se movió, se mantuvo en su sitio observando que hacía el minino.

Chat se sentó a su lado, a apenas un metro.

  -Más te vale no acercarte más de lo debido gato tonto, o te las verás conmigo. -sonrió levemente-.

Chatnoir también sonrió al verla más animada, y se acercó un poco más.

  -¿A sí? ¿Qué me harás con esas minúsculas manos?

  -Pegarte tal paliza que no vas a querer otra -dijo más sonriente y levantando levemente el puño-.

  -Eso quiero verlo...

Entonces el minino, con un rápido movimiento, agarró a Marinette de la cintura, y con su bastón comenzó a saltar.

-¡Bajame de aquí gato tonto- dijo mientras pegaba a chat-.

  -¿No ibas a pegarme una paliza? Bueno, está bien, te suelto- chat soltó a Marinette y está empezó a caer desde lo alto directa al suelo-.

Ella comenzó a gritar, en unos segundos estaría en el suelo.

No iba a sobrevivir a esa caída.

A menos que...

Se convirtiera en Ladybug...

Una fuerza enorme consiguió agarrarla a tiempo.

  -No vuelvas a soltarme gato estúpido.

  -Tu lo has pedido princesa, pero no lo  volveré ha hacer, he pasado más miedo que tú.

Marinette abrazaba con fuerza a Chatnoir.

  -Oye Marinette, lo siento, por todo.

  -No vuelvas a soltarme...

Chat se posó en un tejado y abrazo de vuelta a Marinette.

  -Nunca te soltaré...



El Minino Que Entro Por Mi Ventana (Marichat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora