Alma rota

"Estoy aquí"

es por ella que estas aquí y aún sigues dispuesto a sacrificarte una vez más tu estupidez te condenará, serás mi alimento volverá a hacerlo y estaré ahí para consumir sus almas rotas...

desapareció tras ese halo de luz que emanaba del interior de mi pecho la joven no estaba más de algún modo había vuelto a este lugar la nada -¿Cómo llegue aquí?, no recuerdo haber cruzado con el destello verde.

estire mis brazos hacia el mundo humano quería volver y cerciorarme que ella estaba bien que aún vivía, ¿Por qué me importa tanto?.

-has conseguido encontrarla al fin-

ésa voz me resultaba familiar parecía emanar de mi interior desde mi pecho era de ahí de dónde provenía la luz y también la voz -¿quién eres?

-lamento no poder ayudarte con eso, pero en tanto tengas este sentimiento puro dentro de ti él no podrá tocarlos.

se que he escuchado esa voz antes y también se que me he encontrado con él devorador de almas en él pasado fue por un engaño suyo, fue por un engaño suyo...

me lo repito a medida que camino sin rumbo, por ella...lo he hecho por ella, pero ¿Qué?.

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ha dejado de hablar, incluso con las paredes Serena Tsukino no habla con nadie tras haber recibido la noticia, sus piernas no responden y es posible que no vuelvan a hacerlo al momento de la caída uno creería que caer en el agua significaría amortiguar el impacto pero todo depende de la altura.

quizás con una operación vuelva a caminar pero las posibilidades son remotas, aún así ¿hay imposibles para alguien que ha burlado a la muerte dos veces ya?, a penas y come y a medida que se acerca el día de su alta su rostro se ensombrece más.

contrario a él, su tutor luce ansioso por ponerle las manos a Serena Tsukino es una joven de diecisiete años de edad quien pareciera estar cargando el peso del mundo sobre su ser.

-si tan sólo pudiera quedarme unos meses más aquí- la escuché murmurar con la vista fija en la ventana la cuál ha sido sellada por precaución a que la joven quiera saltar de nuevo, ¿por qué una chica joven hermosa y heredera de una gran fortuna querría quitarse la vida?.

-te juro que lo he visto entre las sombras siempre al acecho de ella, y temo que al marcharse de aquí aquella sombra se intensifique...

-los cuentos de Kaede cada vez desvarían más - soltó entre risas Rei.

permanecí en silencio después de todo aquella noche juraría que también la vi a través de los aterrados ojos de Serena Tsukino.

ten cuidado con lo que se oculta en las sombras dijo ella y después todo se salió de control, y si lo que ha hecho que Serena llegará hasta este lugar es aquella sombra que se cierne bajo sus pies.

a veces siento temor tal como una pequeña niña de mirar bajo la cama; cuando mis ojos se dirigen a la sombra bajo de ella, me invade una sensación terrible de vacío e inmensa soledad.
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cerré mis ojos adormilada esta será la última noche en este lugar y después volveré a las pesadillas.

esta vez se que no podré correr lejos y tampoco saltar hacia mi muerte me he prometido vivir por él, por sus palabras suplicantes

¡debes vivir!

pero la vida que me espera me aterra de mil maneras si solo estuvieras aquí.

mis lágrimas resbalan hasta las sabanas el dolor se hace presente y vislumbro la oscuridad proveniente del otro extremo de mi cama siento un frío que cala mis huesos y esas ideas en mi cabeza dan vueltas.

una voz se hace más clara,  -nadie puede salvarte sólo en la muerte podrás ser libre- 

han pasado los días y yo no puedo ver nada extraño a medida que llega la noche espero despierta que aparezcas entre las sombras, ¿te has marchado ya?, ha sido todo causa de los sedantes alucinaciones nada más...

no dejo de repetir tu nombre entre susurros nocturnos Darien, ¿será que puedes oírme?.

tengo esta sentimiento metido aquí en mi pecho algo diciéndome que yo te conozco, ¿pero tus ropas no pertenecen a este tiempo? y de haberte visto antes tengo la certeza de que me seria imposible olvidarme de tu rostro...

ahora solo deseo prolongar mi estadía con la esperanza de volver a verte en algún sueño nocturno y esta sensación de vacío me resulta particularmente familiar.

-¡Estoy aquí!-  te digo al oído tratando de rozar tus mejillas con las puntas de mis dedos regreso a buscarte y te sigo a cada instante pero ahora que no estas más en la línea de la vida y la muerte es imposible que tú puedas verme.

aun así me aferro a permanecer contigo; y contemplarte, a la tenue luz de la luna que se cuela por tu ventana, me es imposible alejarme y me es imposible tocarte.

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