Serena y Darien
una vida no basta para amarte...por ti esperaría una eternidad.
él deambula entre dos mundos, sus memorias se pierden a medida que pasa el tiempo hasta que cruza con ella y no resiste verla caminar hacia su perdición. En un inten...
sentí su espada atravesar mi pecho; me gire mientras abalanzaba el filo de la hoja de mi espada hacia su cuello fue un movimiento rápido y limpio el se quedo inmóvil unos segundos antes de caer al suelo.
la sangre me hervía podía ver el rostro aterrado de ella, mi amada Serena yacía bañada en llanto el sujeto que la sostenía me veía con un gesto de pavor en la cara soltó las muñecas de ella solo por unos instantes Serena se deslizó separándose de este - gran error - deje escapar mientras mi espada se alzaba y atravesaba directo a su corazón.
volví mi rostro hacia Alan su semblante había palideció, la sangre comenzaba a brotar al costado de mi espalda no era grave pero si había dolor mismo que era disminuido por el deseo intenso de protegerla.
-Darien- sollozo ella mientras que dos de sus hombres cobraban valor dispuestos a enfrentarme -perdoname por mi culpa...tú- sollozo Serena.
-no tú perdóname a mí, debí tomarte en el momento que lo sugeriste e irnos juntos- dije aquello sinceramente mientras se podían escuchar el choque de nuestras espadas- pero aun estamos a tiempo- Sonreí tras desarmar a uno de ellos.
el otro soltó su espada suplicando por su vida -ella no estará a salvo si uno de ustedes escorias escapa - no era dueño de mi, la sola idea del peligro en el que se encontraba mi persona mas amada me obligaba a no tener piedad.
el sujeto que había tirado su espada retrocedía - yo solo seguía órdenes por favor tengo familia - le escuche suplicar, sus palabras fueron a calladas por aquella espada que le atravesó la garganta desde atrás.
Alan empujo el cuerpo de aquel hombre con desprecio - nunca me han agradado los cobardes, ¿y bien que dices continuamos con esto?- limpio su espada con el cuerpo de aquel quien fuera uno de sus hombres.
enmudecí -maldito cobarde, como osas atacar por la espalda...
no termine la frase el hombre a quien había desarmado sacaba de su cintura una daga se arrojo sobre mí- alce el brazo de manera instintiva y este quedo ensartado en el filo de mi espada.
Alan caminaba despacio moviendo su espada de un lado a otro- no tengo prisa por matarte- me vio arrojar el cuerpo sin vida de aquel hombre - antes te mostraré como se trata a una zorra.
el cansancio y la sangre que había perdido hacían mella en mí la vista comenzaba a nublarse, mi cuerpo se tambaleaba el se acercaba sonriente y victorioso -no tocaras ni uno solo de sus cabellos - hice por mantenerme erguido.
-bien que así sea- se acerco nuestras espadas chocaban a medida que me repetía debo resistir por ella, su espada cayó de sus manos su rostro palideció mis ojos lo miraban llenos de irá - bien lo reconozco me has derrotado limpiamente.
Serena dejo escapar un suspiro de alivio, corría a mi encuentro fue un instante en que desvíe mis ojos hacía ella solo un instante...
él saco una daga y atravesó mi pecho; mi espada cayo de mis manos, lo sujete con fuerza -maldito cobarde- tome de su mano la daga que sostenía y corte su cuello con la misma cayó a mi costado desangrándose y abriendo los ojos tratando de tomar un último aliento.
-te falle- podía sentir como la vida se me iba y ese dolor se instalaba en mi pecho Serena...
-no cumplire mi promesa, pero estas a salvo vive y se feliz que nadie más se enteré de esto- la sentí rodeando mi cuerpo con sus brazos mientras que soltaba gritos de dolor y pena.
quería consolarla; pero ya no pertenecía más a ese mundo - Serena mi amada Serena vive por mí.
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vive por mi, ¿cómo osas pedirme algo así?, volver al palacio y negar lo sucedido ser entregada a otro hombre en matrimonio mientras tú el hombre a quien tanto amo te desangras en mis brazos...
quiero estar contigo Darien aún en la muerte no podría vivir con este dolor atravesando mi pecho no podría hacerlo ya sin ti.
sujete la espada tras besar sus labios por última vez, puedes llamarle cobardía pero no soporto la idea de vivir con el dolor de perderte.
la clave en mi pecho; con movimientos torpes el dolor se hizo presente la agonía se hacía larga me desangraba no soy capaz ni de terminar con mi propia vida...
me lamentaba con lágrimas amargas; ha sido culpa mía insistí en buscarte quede maravillada al verte en aquel torneo enamorada al instante de tu porte del azul en tus ojos de tu dulce sonrisa al saludar al palco de la realeza.
yo una princesa caprichosa corría detrás de los establos para encontrarte e inventar un pretexto para poder mirarte me enamore de ti.
y no pude resistirme tenía que seguirte hasta este puente que da al jardín que cada noche visitas y sucumbir aún ante tus primeros rechazos sentir mi piel erizarse con el sonido de tu voz y besarte al fin.
para volver estos encuentros rutina para amarte cada día y convertirte en la razón de mis días es culpa mía tu no lo querías te resistias a la idea por temor a que algo así sucediera...y ahora por fin comprendo tus palabras
ahora que ya no estas más conmigo; puedo sentir el frío invadir mi ser me desangro sobre ti; la noche se hace cada vez mas oscura estaremos juntos más allá de la muerte.
-oh mi niña mi dulce niña no será así- esa mano fría se posa sobre mí me estremezco y siento como soy tirada por ella arrastrada hacia las sombras caigo en un profundo vacío...
sus ojos o donde deberían estarlo se fijan en mí su voz es siniestra y un temor inmenso se apodera de mi quiero gritar tu nombre con la esperanza de que vuelvas a mí, Darien sollozo mientras soy arrastrada al vacío el frío se intensifica y pierdo la movilidad.
-pagaras por la vida que tomaste, humanos tontos, ¿con que derecho toman algo que no les pertenece?.
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-nací...rota-
le escuche decir a medida que la luz se dispersaba.
-Mi cabeza de chorlito- acaricie sus cabellos -también yo lo estoy
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