Una mentira pone en duda muchas verdades

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Cada ser humano cuenta con la capacidad, la libertad y el poder de elegir que hacer, que decir y que no hacer, eso nos vuelve libres, libres de opiniones, de ataduras fuertes sobre esquemas de belleza o estatus sociales.

Pero tenemos el poder de elegir vivir felices sosteniendo una mentira, pero con el miedo de que la verdad se vaya entrelazando en nuestra vida, buscando lugares estrechos en nuestra vida para salir, para ser dicha,  tenemos el poder de elegir amar con mentiras, o elegir amar con la verdad, y es que no hay mentira sin dolor y tampoco vida en una mentira, las mentiras nos hacen esclavos, esclavos de irrealidades, nos hacen simples peones, péndulos en la vida, simples piezas que son movidas por algo que no existe, por retener algo que se va tan fácil como la neblina matinal, por algo que nunca será de nosotros, algo que no nos pertenece, la mentira es solo un acto de cobardía, un acto de egoísmo.
La mentira es algo que no se puede ocultar mucho menos  vivir 100 años con ella, la mentira es como el viento no se mira pero está ahí, se siente pero cuando el viento es grande se lleva a su paso todo lo que encuentra, la mentira cuando es descubierta no importa las verdades dichas ya que una sola mentira una ínfima mentira puede hacer que todo al rededor sea completamente un acto de desamor o un simple acto de egoísmo.

La verdad libera, la verdad te vuelve el capitán del barco, de tu propio barco no un simple marinero, así que ve toma el timón del barco y por más vientos que quieran entrar en tu viaje cambia de dirección y se libre.

momentos inesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora