23.- Adoración de Senos

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Thor entró como siempre de manera intempestiva a la habitación de su hermano, viéndolo frente al espejo en la forma femenina que había aprendido a tomar algunas semanas otras.

- ¿Nunca vas a aprender a tocar la puerta? – preguntó la pelinegra mientras le miraba por el espejo, el rubio vestía solo el pantalón de la pijama.

- No entiendo para qué, igual voy a entrar – explicó el mayor y se acercó a su "hermana" para abrazarla por la espalda.

Loki suspiró pesadamente ante la sincera declaración, entonces volvió su vista al frente, admirando su cuerpo femenino en ropa interior frente al espejo con detenimiento.

- ¿Qué tanto miras? ¿Hay algo mal? – preguntó el rubio mirando también el reflejo.

- Es distinto al mío, pero me gusta, me gusta mucho – se atrevió a confesar mientras delineaba con suavidad su silueta.

- A mí también me gusta – agregó Thor con una sonrisa tonta en los labios, llevando una de sus manos al seno más cercano para presionarlo suavemente.

- ¡Ten cuidado! –exclama ella molesta y se salió de sus brazos – Debes de tratarme con respeto, soy una Diosa, no tu cortesana, rubio tonto.

- ¿Una Diosa? - preguntó el rubio divertido siguiéndola con la mirada para verla sentarse en la cama.

- Una Diosa, sigo siendo Loki, ¿lo recuerdas? – respondió ella desafiante.

- ¡Alabada sea, Lady Loki! ¡Diosa de las travesuras! – exclamó el mayor con una gran caravana, haciendo que su hermana riera. Que hermosa se veía...

- Benditos sean los ojos que te miran, mi señora – agregó y con satisfacción vio que tenía la atención de la pelinegra, sonriente, expectante. Loki era débil a los halagos... Se acercó e hincó una rodilla frente a ella.

- Alabadas sean tus piernas, blancas como la leche – continuó mientras tomaba uno de sus tobillos y besaba su ante pierna.

Parecía que esas palabras ponían de buen humor a su hermana, pues se mantenía sonriendo, algo que regularmente no hacía.

- Alabadas sean tus rodillas, duras como una piedra – dijo besando esa parte de su anatomía y provocando una risa en ella, una risa solo un poco más cristalina que cuando era su versión masculina.

- No sirves de poeta – concluyó Loki mientras le miraba hincarse entre sus piernas.

- Alabados sean tus muslos, suaves como mi almohada – no hizo caso a las palabras de su hermana, y nuevamente besó donde correspondía. Aun cuando no lo dijera, Thor podía ver un particular brillo en sus ojos esmeralda y no era un misterio la razón, Loki siempre había amaba ser venerado.

- Alabada sea tu... - comenzó a decir luego de abrir más sus piernas y acerca sus rostro a la entrepierna de la mujer, siendo detenido por las finas y pálidas manos.

- No – dijo con firmeza, mirándole a los ojos, seria luego de las risas, por lo que sin querer forzar las cosas (de momento), cedió, siguiendo su camino.

- Alabado sea tu vientre, plano como la tierra en el jardín – pronunció y la sonrisa volvió a los labios rojos al sentir el casto beso, sin embargo él no tenía intenciones de tener a esa mujer frente a él y ser casto, por lo que le recostó sobre la cama, agradeciendo que su hermana no se opusiera.

Puso una rodilla entre las piernas de la mujer y se inclinó sobre sus senos, esos que tanto adoraba y que eran una de las pocas diferencias entre el cuerpo masculino de su hermano con este.

- Alabados sean tus senos, redondos como la luna de invierno... - el tono fue más serio, incluso su voz fue más profunda, y le gustó ver mientras depositaba un beso entre ellos, que Loki cerraba los ojos.

- Alabados sean tus hombros, firmes como mi deseo de protegerte... - deslizo uno de los tirantes sobre ellos y sonrió satisfecho ante el suspiro que su hermana emitió al sentir el beso.

- Alabado sea tu cuello, frágil como tu corazón... - esta vez sus labios acariciaron la zona y sintió como bajo ellos Loki se estremecía.

- Que los nueve reinos caigan de rodillas ante mi Diosa, Lady Loki – concluyo sus alabanzas con aquellas palabras que sabía motivarían a su hermana, y con toda intención rozó su rodilla en la entrepierna de la mujer, haciéndola gemir largamente.

- Salve, Lady Loki, Diosa de las mentiras – continuó y volvió a rozar la zona, siendo él quien ahora pasara saliva al sentir la humedad de su parte más íntima en la rodilla. Loki arqueó su espalda y el roce se hizo más firme. Ambos gimieron.

- Salve, Lady Loki, Diosa de la astucia – clamó esta vez con voz gruesa, empujando más dentro su rodilla, mojándose aún más con el deseo de su hermana.

- Salve, Lady Loki, Diosa lengua de plata – aun cuando había pensado ser él quien tuviera a la pelinegra bajo su control, pero para ese momento estaba completamente envuelto en el mismo deseo que la menor, quien tras sentirlo nuevamente estimulando su entrepierna, se abrazó a su cuello.

- Salve, Lady Loki, Diosa cambia formas – pronunció al mismo tiempo que empujaba, y fue tan lascivo el gemido que invadió su oído que no pudo resistirlo más, la jaló consigo para sentarla sobre su necesitado miembro.

La postura hizo a estremecer a ambos, y sin perder ni un segundo, hundió su rostro en el par de senos que se escapaban del desacomodado brasier.

- Alabada seas, mi señora – pronunció entre ellos, moviendo sus caderas y agradeciendo la delgada tela del pijama que le permitía sentir la humedad de su hermana con tanta claridad.

Loki, aferrada a su cuello, comenzó a mover las caderas sobre él, rozando sus deliciosos atributos femeninos contra su rostro.

- Benditos los ojos que pueden llenarse de tu presencia, mi Diosa – gruñó y llevó ambas manos al par de senos para adorarlos.

- Salve, dueña de mi corazón, de cuerpo - pronunciaba mientras lamía los muy erectos pezones, con total conocimiento de que era una zona muy sensible para su hermana, resultado de una íntima confesión de su parte.

Loki gemía tan sonoramente que él estaba seguro el castillo entero podía escucharla, pero no le importaba él estaba en una labor sumamente importante sosteniendo y devorando los pechos de su hermana.

- Alabada seas, Diosa suprema – gruñó cuando la mujer la clavó las uñas en la espalda ante el placer, mientras él se deleitaba con sus curvas.

Por todos los reinos, sus senos eran tan perfectos, que no quería dejar de acariciarlos, tan hermosos, que deseaba ponerles un altar, besar aquellas curvas no era suficiente para adorarlas, en su delirio, Thor pensó con convicción que debían escribir canciones sobre ellas.

Latían en un mismo deseo, vibraban con la misma intensidad, por lo que cuando la pelinegra se llenó de placer y se aferró a él con tanta fuerza, por un par de minutos le dejo sin poder respirar al atraparlo entre sus voluminosos pechos, momento en el cual él mismo no necesito del aire pues era golpeado por su propio clímax. Relajada ante la intensidad del orgasmo, los brazos de su hermana se deslizaron lentamente hacia abajo, soltándole, entonces él le tomó con más firmeza para recostarse con ella sobre la cama, dejándola reposar sobre su pecho.

- Alabada sea, Lady Loki... - dijo la mujer con una sonrisa en los labios.

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Pues aquí esta... otro reto que me costó mucho trabajo, y por lo que me dijeron ni siquiera era como lo hice, pero bueno.... igual espero que les guste. 

Solo pude hacer uno pero espero mañana o pasado adelantar aun par más, las palabras que siguen son un poco más mi estilo o eso creo, jajajaja. 

Gracias por leer, por esperarme pacientemente y por dejarme mensajitos locos, jajaja. 

Saludos :* 

Thorki (Kinktober 2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora