VII

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Entre el segundo  y el tercer encuentro no hubo diferencia de tiempo.

Después del segundo vino el tercero y así consecutivamente.

No fue especial pero merece la pena ser contado.

Te tomaste la libertad de sorprenderme con un beso delicado sobre los labios.

Tus labios tibios paralizaron los míos fríos.

Y no hay mejor resumen que decir que el día pasó rápido, hacía frío y tus labios calentaban los míos.

Los problemas en cuanto a ti tardaron tiempo en aparecer,  en cambio los míos y mis  problemas familiares empezaron al día siguiente.

AnneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora