La echaba de menos.
Pero ella no parecía echarme de menos a mi.
Todo era un desastre ahora.
Y de repente me vi en la carretera, caminando sin rumbo y chillando estupideces.
Le grité a ella.
Canté.
Y lloré.
Pero ella ya se había ido, y era tarde para buscarla.
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Anne
RomanceAtrevete a vivir la historia. Entre té i cerveza. Gorros y skates. Sé, por un momento, ella.