—Y desperté aquí en este hospital—
—¿Eso es lo último que recuerda?—
—Sí agente—
—Bueno, su declaración concuerda con la de Miguel y Javier, así que ahora es libre de irse, pero antes, hay dos personas que quieren hablar con usted—
—¿Quién...?—Dos personas entran en la sala sonriendo y el agente se va—
—¡Alejandro! ¡Estás bien!—Me dice un rostro muy familiar, es el de William—
—¡Iván! ¡William! ¡Están vivos! ¿¡Como!?—
—Resulta que la lancha se hundió cerca de la isla de Tobago, William y yo fuimos arrastrados por la corriente hasta allá, mientras que a ti, Miguel y Javier, los llevó hasta una pequeña islita de apenas unos siete kilómetros al norte de aquí—Explica Iván—
—Esa islita esta a veinte kilómetros de aquí, por eso no se veía esta desde aquella, una noche se empezó a ver un punto brillante en el horizonte, fuego y los guardacostas fueron a ver que pasaba y los encontraron—Continuó William—
—¿Cuánto tiempo estuve dormido?—Pregunté—
—Tres años—
—¿¡QUÉ!?—Digo muy impactado—
—Tranquilo, solo fueron tres días—dijo William entre carcajadas—
—Está bien divertido el chiste - dije mientras se me escapaba una risa—
Afuera nos encontramos con Miguel y Javier, que tenía la mano vendada, los cinco estábamos felices de volver a vernos, pero en el fondo, más que feliz de haber vuelto a la civilización, estaba feliz de haber luchado contra la isla y haberla vencido, pero sentía que una parte de mi se había quedado en esa isla, durante muchas noches tuve sueños en los que regresaba a esa isla.
Pero cuando mi parte aventurera tenía esas ganas de volver, mi parte tranquila y calmada me recordaba la paz del hogar.
Y la imágen del hogar es algo que jamás se debe olvidar, sea como sea la situación o dificultades que te encuentras, siempre podrás superar las adversidades.

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La Isla
AventuraUnas vacaciones entre amigos se tornan en una pesadilla cuando un paseo en yate termina en naufragio en una isla, los supervivientes tendrán que aprender a sobrevivir si quieren mantenerse con vida hasta que llegue la ayuda.