Era día domingo y el despertador de Marinette empezó a sonar a las 5 de la mañana.
La chica tenía pereza pero aún así, detuvo la alarma y se levantó.
Ése día era muy especial y no se podía dormir.
El día anterior su padre hizo un dramita por que hoy sería el día del padre y supuestamente Marinette le daba más empeño a los regalos del día de la madre.
Ése día dejaría a su padre con la boca abierta y llorando de alegría por tener a una hija tan perfecta.
¿Qué le dará Adrien a su padre?
Bueno, los demás no importaban ése día, ése día sólo importaba su padre y nadie más.
En secreto estuvo trabajando medio tiempo para ahorrar y comprarle un reloj bastante caro a su padre.
Ésa mañana sería perfecta.
La chica se puso a preparar el desayuno para los tres pero principalmente para su padre.
Tom era un hombre amable, respetado y algo bromista, muchas chicas se avergüenzan de sus padres si les hacen pasar vergüenza delante de sus amigos pero ella no, ella siempre se le unía a sus payasadas.
Mientras exprimia una naranja para hacer jugo natural, recordó cuando su padre le enseñó a andar en bici, cuando en las noches de tormenta junto con su madre le contaban un cuento para que no tenga miedo.
Sus recuerdos estaban borrosos pero más o menos decía que las tormentas eran provocadas por que en el cielo, las familias felices que se encontraban jugaban al momento de su reencuentro. Los resplandores eran las risas y el agua las lágrimas de alegría.
Gracias a éso, nunca le tuvo miedo a las tormentas.
Cada vez que se golpeaba o se enfermaba, su madre tenía que calmarlo por que lloraba por no cuidar bien a su bebita.
A los cinco años, él fue quien tuvo que llevarla a su primer día en el kinder.
El hombre casi se puso a llorar al ver que su pequeña estaba creciendo tan rápido y Marinette, pasé a no querer dejar a su padre, fue con los demás niños y se esforzó en integrarse rápido para que su padre quedé tranquilo.
Él siempre era su compañero en las locuras, quien siempre terminaba en el rincón cuando su madre los castigaba por romper algo, quien la volvió algo adicta a los videojuegos, quien siempre sonrió pasé a que ella sabía que estaba mal.
Recordaba una vez, que el negocio no iba bien, a la hora de comer, su padre dijo que no tenía hambre, sólo para que ella y su madre puedan comer en ésos duros días.
No sólo era su padre, era su amigo y quien la castigaba cuando hacía algo malo (su madre sólo lo hacía cuando rompía algo)
Definitivamente, le daba las gracias a su padre por cuidarla, educarla y soportar sus berrinches.
-Marinette.
Oyó la voz de su madre y se volteó a verla con una sonrisa.
-El desayuno casi está listo.
Dijo con una sonrisa orgullosa.
-Marinette... tu padre no abre los ojos.
La vida es igual de frágil y delicada que una flor.
A todos en algún momento les llegará su hora, pero nadie sabe cuando será.
Todos perdemos a seres queridos que siempre vivirán en nuestros recuerdos...
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¡Hola!Muchos suelen lamentar la pérdida de alguien cercano cuando ya es muy tarde, es una triste realidad por que luego se siente que algo falta y que no será fácil de curar sin dejar cicatrices...
Bueno, momento sad del día, logrado.
Espero que les haya gustado el capítulo.
Gracias por su tiempo.
Volveré...