Capítulo XVII

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Unas horas de baile, repetir las mismas canciones unas varias veces hasta quedarnos sin energía. Dormimos aproximadamente a la media noche, vaya suerte que el autobús sale a las cinco y media de la mañana.
<Esa es mi playera>le susurro al castaño al verlo con mi playera.
<No hay tiempo, ponte una mía>apresurado señala el ropero frente su cama.
Sin quejarme tomo una playera blanca con un estampado que no sabría describir.
<¿Qué hora es?>acomodo la playera, me peino un poco y me apresuro por mi maleta.
Frank mira el reloj en su muñeca, por la poca luz entrecierra los ojos y después los abre de golpe<Cinco quince>al igual que él, me exalto por lo que mis movimientos se vuelven torpes.
Ahora ambos nos encontramos en una carrera hasta la puerta, Frank se despide de sus padres con un grito, yo le sigo con un "¡Gracias por todo!"
Abrimos la puerta, el violento frío de invierno pega en nuestros cuerpos recién levantados.
<Carajo>maldigo, está nevando ligeramente<Solamente a nuestra escuela se le ocurre hacer viaje en invierno>pronuncio con la voz cortada a causa del frío.
El castaño sin responder, comienza a correr por la calle, arrastra su maleta de ruedas, yo sostengo la mía por las asas y le sigo el paso, al menos eso intento.

Unos cuantos metros a lo lejos, podemos ver el camión, no hay nadie al rededor de este.
<Joder están arrancando>Grita Frank, voltea hacia atrás donde yo exhausto intento correr<¡Corre!>gira su cabeza de nuevo hacia el frente y aprieta el paso.
Y en efecto, el autobús ya está en movimiento, pero aún podemos alcanzarlo.
<¡Alto!>pego un grito con el poco aliento que me queda. Frank copia mi acción y grita de vuelta.
Por suerte el conductor es un anciano por lo que va a diez kilómetros por hora.
Ahora el castaño se encuentra ya muy cerca al autobús, grita de nuevo que se detenga y alcanza a darle un golpe en el costado. Pero al parecer nadie logró escucharlo.
<¡Paren!>grito quedándome sin aliento. El chico golpea de nuevo el autobús y esta vez se detiene.
Frank sonríe y me hace con la mano que me apresure, desaparece de mi vista y yo me apresuro.
El chico sube los pequeños escalones y yo le sigo con una gran sonrisa de tonto.
Algunos chicos se burlan de los dos, otros simplemente no nos toman importancia. Antes de que las puertas del autobús se cerraran, miro hacia afuera, un hombre me mira directamente a los ojos, lo único visible de él es su cigarrillo consumiéndose.
<Ande, no tenemos todo el día>la profesora toca mi hombro moviéndome. Extraño.

A falta de sueño, el castaño y yo quedamos rendidos a mitad del viaje, este se recostó en mi hombro y yo en su cabeza, nuestras manos se entrelazaban por debajo de la cobija que hicimos con nuestros suéteres.
Soy el primero en despegar el ojo, el chico sigue recostado sobre mi hombro, ya hay luz de día, bastante a decir verdad, me asomo por encima de mi asiento para mirar el reloj del conductor. Ocho y media. Bastante luz para ser tan temprano.
Estiro mi brazo hacia la ventanilla del lado de Frank, hago un esfuerzo para abrirla lo suficiente y ver aún más. Pero lo único que logro es despertar al chico.
<Hola>habla suavemente tallando su rostro. Le sonrío de vuelta<¿Hemos llegado?>recarga su cabeza en el asiento.
Me alzo de brazos, ahora sin cuidado me estiro hacia la ventanilla y abro las cortinas.
Ya se pueden ver unas que otras casas y tiendas de conveniencia.
El chico simplemente sonríe, cierra sus ojos unos momentos más y recopila la postura, extiende su mano hacia las cortinillas.
<Déjalo así>interrumpo sin quitarla mirada del exterior<Quiero ver>Frank tuerce la boca y baja los brazos.
En realidad me encuentro en la búsqueda de un lugar solitario.

Una hora más tarde, el autobús se detiene, la mayoría de la gente dentro suspira de alivio, toman sus cosas y comienzan a salir. El castaño y yo hacemos lo mismo.
<Hagan una fila para que les demos sus llaves>la maestra levanta la voz y con ayuda de la asesora logra poner orden. Una fila de niños y otra de niñas.
<Los cuartos de los hombres están por la derecha y los de las mujeres por la izquierda>mientras reparte las llaves explica<No queremos atraparlos escapándose a las habitaciones de las chicas>advierte.
Miro hacia Frank quien ya se encuentra mirándome, sonreímos ligeramente.
<Creo que en eso no hay problema>me susurra en el oído y seguido a eso toma una llave, después mi mano y me hace correr de nuevo.
El chico ríe mientras corre por los pasillos, busca en los pequeños señalamientos en la pared el número de nuestra llave.
<Por ahí>señaló hacia uno que dice 256-270, tenemos la habitación 264.
El castaño ríe de nuevo, toma mi mano y corre.
Al encontrar la habitación, Frank abre de prisa, deja caer su mochila al suelo y yo hago lo mismo.
Ambos sabemos lo que viene.
Sin decir nada, con nuestras respiraciones agitadas, nos abalanzamos hacia nuestros labios.
Poco a poco nuestras prendas se fueron desprendiendo de nuestros cuerpos. Frank se encuentra sobre mí, me muestra una gentil sonrisa y procede a introducir su miembro en mí. Suelto un pequeño suspiro de dolor, el castaño mueve aún más su cuerpo aumentando la velocidad de las embestidas. El dolor se transforma a placer.

Por suerte, el resto del día es nuestro, nos quedamos unas horas dormidos desnudos y abrazados.
Despierto, miro el reloj junto a mí y después hacia las cortinas de la habitación.
Nueve y media.
Con cuidado de no despertar a Frank, me levanto; en silencio pongo mi ropa de nuevo en mi cuerpo y finalmente tomo la llave.
Cauteloso de no encontrarme con la asesora, logro salir del hotel, el cielo comienza a tomar un tono más oscuro.

Camino unos metros más, rendido me decidí por volver y olvidar este asunto del plan. Pero es simplemente difícil, me enamoré ciegamente sin aviso, es algo que no puedo hacer sin dudar.
Y justo cuando doy la vuelta, me encuentro con una casa algo desgastada y una antena de televisión algo colorida; el césped está bastante crecido, es posible que esté abandonada.

Será mejor volver mañana, Frank ya debe estar despierto y no necesito que la gente diga que he estado haciendo cosas raras. Más de lo normal.


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La escuela! No puedo seguir por la escuela, Perón:( ya seguiré

&quot;Psychotic Kid&quot; [frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora