Yume no Sekai

Capítulo 13: Parálisis del sueño

Me he despertado a las dos de la mañana, no sé exactamente a qué hora pero fue extraño, primero estuve hasta las once de la noche intentando descargar un juego, al final no pude y decidí intentarlo mañana. Me fuí a dormir dejé todo listo y quice que mi gato me acompañara, fuí a traerlo, vaya gato flojo o le agrado mucho o ni resistencia a venir tiene. Apagué todo y dejé mi teléfono a dos metros de mi. Empezó como un sueño raro en primera persona, lo que más recuerdo es cómo ....empezó eso...
Aparecieron varias fotos de lo parecía era algo paranormal frente a una puerta y cada vez era más notorio con cada foto en un punto las solté y pues por alguna razón levanté una caja con un taladro sin esas cosas que se usan para hacer los agujeros con la ya mencionada herramienta. Y la caja de cartón en el fondo pasó a tener una ventana sin el cristal, habían dos personas en ese lugar. Una era una chica y un sujeto con pechos de mujer semidesnudo. Puse la caja mostrando uno de sus pechos y agarré el taladro sin esas cosas y lo presioné obviamente sin encender sobre él, el reaccionó y agarró la parte que hace el trabajo de girar para taladrar y la bajó mientras sonreía.

-en este tejido

Dijo, mientras sentía que la puso cerca del lado izquierdo de mi intimidad, lo aparte con las manos y lo siguiente que supe fue que incluso dormido realicé esa acción y tenía la boca abierta, eso fue extraño,mi gato dormía apasiguadamente. No podía moverme y miré hacia mi gato y la ventana antes de taparme el rostro y quedarme totalmente inmóvil. Es insoportable, siento muchas ganas de ir al baño y no dejo de buscarle un sentido a todo eso, sentí que me punsó incluso después de despertarme. Pensé..

-( esperaré a que se ilumine por el día)

Pero no sabía que hora era, sólo podía mirar a la ventana al lado derecho de mi cama, todo estaba oscuro, fuí reuniendo valor para levantarme y encender la luz.
A duras penas lo hice y me costó abrir los ojos por el brillo pero una vez hecho eso me fuí calmando un poco... pero eran las dos y cuarenta y dos minutos pero el miedo me quitó el sueño. Me acosté sin apagar nada y mi gato se elevantó en animo de jugar mordiendo mi mano y la sábana con la que estaba tapadándome. Lo raro es que no parecía hacerlo en un hábito de sólo jugar o salir, lo sentí como un... "relájate fue una pesadilla, vamos a dormir" ese gati tiene una mirada triste, sus ojos estan en tal forma que parece triste si no está ocupado intentando cazar o ha visto comida pero de alguna forma es lindo incluso con su pelaje blanco no se ensucia. Pero dejemos de hablar de mi gato.
Tres y diez y nueve minutos y mis ojos pesan, tengo miedo de volverme a dormir pero mi gato pareciera decirme que lo hago y cuudará de mi. Si me levanto me seguirá y se acostará cerca de mi luego.
Intentaré hacerlo... quiero dormir, hay cosas importantes para mañana.
Funcionó pero quedé con miedo, me dijeron que escucharon algo justo antes de que me fuese arriba a dormir... obviamente a mi cuarto, no recuerdo haber dejado abierta la puerta del cuarto... esa misma noche con miedo de apagar la luz... miré la ventana y sentí mucho miedo. Al despertar mis dos gatos estaban ahí acompañándome.
Hace tiempo que no sucede una paralisis del sueño en la que pudiese sentir algo al despertar... la primera vez sucedió hace tiempo cuando aún dormía con mis padres pero en otra cama, en el mismo cuarto, sentía que una mano me tocaba pero no sabía de donde provenía.
Esta vez fue algo punzante.. tuve miedo.

--lector esto no es tanto parte de la historia... esto acaba de suceder y lo escribí a las tres de la mañana del día 28 de octubre del 2018. Pensé que debía incluirlo en la historia, tu almenos lo entenderías más que mi familia.
Tengo miedo de la oscuridad y rayos no a la oscuridad en si... sino a lo que se oculta en ella, imaginación o no.. algo acecha ahí, y se alimenta no de nuestros sueños o quizas sí dejando pesadillas pero también se alimenta del miedo que produce su mera presencia en tu habitación o casa, espectros, críptidos, demonios o presencias desconocidas que buscan dañar su cabeza rondan en la hora que somos más vulnerables... cuando dormimos.