Yume no Sekai

Capítulo 39: Canción de Hanabi I

La existencia del que fuera el mundo de los sueños se existinguió, no quedó mi un baku... ni su madre.
Fue un largo periodo de tiempo en el que las personas no soñaron nada ni tubieron pesadillas, atribuyeron todo eso al estrés o crecer. Sin embargo que esto deje algo en claro, si murieras ahora, el mundo no cambiaría. No notarían tu falta ni se detendría todo por ti. Puede llegar a sonar deprimente o como algo que diría un adolescente al descubrir frases por internet aunque aveces extrañemos lo que fuimos seguimos siendo materia y debemos cambiar almenos así se nos ordena por leyes naturales, nadie te dirá como avanzar ni como cambiar, solo mostrarád qué puedes hacer.
¿Sabes por qué este mundo de sueños desaparece y aparece al antojo del escritor?. No tiene mucho que ver pero esto haríamos si fuésemos creadores, en respuesta a la pregunta, quién te asegura que ese es su realidad original. Siento que muestro un poco de mi alma e imaginación al escribir esto sobretodo cuando me siento frágil y que podría desaparecer en cualquier momento, es horrible sentirlo cada mañana y que poco a poco se opaque regresando ténuemente hasta ser más fuerte. Aveces se siente mágico y frío imaginarme todo lo que escribo, sobre todo Andrómeda. Su fría mirada siempre está privada de los demás. Se siente bien que este historia no tenga limitantes, pero basta de mi. Sigamos... veamos que pasará.

Hanabi: las luces... de esta gran ciudad no son como las de casa, pese a que todos estemos juntos se siente vacía... me siento pérdida como si no perteneciera a un lugar así aunque es muy hermoso por las noches.

Ella observaba desde la ventana mientras bebía algo de té.

Hanabi: aveces he pensado en teñirme el pelo y recortarlo, abandonar todo, empezar una nueva vida lejos de aquí. No... sería un bonito sueño pero carezco de dinero.

Sin darse cuenta, estaba sacando la poca ropa que tenía y poniendo cosas en una mochila morada. Salió del pequeño apartamento.

Hanabi: sería divertido.

Compró dos tintes y una tijera. Dirigiéndose a un baño público quizo teñirse pero se equivocó en los tonos y se tornó asi anaranjado. No salió de ahí en unas horas, cuando vinieron a sacarla porque pensaron se había quedado dormida, salió alguien distinta, sonriente, de cabello en tono extraño pero rubio, el pelo corto pero estilizado.

Hanabi: gracias.

Pasaron los días, cambió de nombre y partió sin rumbo viviendo de su suerte, aunque aveces no podía comer. Por las seis de la tarde decidió entrar a una iglesia para pasar la noche sin que se dieran cuenta. Una tormenta comenzó, el sacerdote fue a cerrar las puertas y la encontró dormida entre los bancos, la despertó.

Sacerdote: buenas noches hija. ¿por qué te has quedado aquí?.
Nozomi: lo siento, no tenía donde quedarme, me marcharé si le molesta.
Sacerdote: no pueda sacar a nadie de este hogar además con la tormenta menos, sería buena idea que te quedaras pero no tenemos camas suficientes, mandaré a que traigan algo para ti.
Nozomi: gracias padre...?.
Sacerdote: no te preocupes tu dime Ameno.
Nozomi: gra..cias?.

Se retiró y a pocos minutos, una monja trajo una almohada y sábanas. De igual manera se retiró en completo silencio.

Nozomi: me tienen cuestinando todo y esta tormenta no acaba, espero llegar a mi hogar antes del miércoles, pero no sé donde está... quizá solo estoy cansada.

Se acostó para quedar dormida y soñar con estar recostada en un hermoso campo de flores que solo podría ser llenado si no es por ellas, con su ego.  Se sentía perdida pero feliz.
Levantó la mirada para encontrarse con una niña abrazando el cráneo de un cabrio que parecía tener ya unas semanas y lo besó.

-debes volver.

Tras oir esto despertó asustada, un rayo cayó cerca de la iglesia y por instantes se vieron los vitrales de la misma.  Eran varios sujetos, uno en cada vitral; uno alto, pelo negro vistiendo una sudadera, pantalones cómodos y con una bandita en la mejilla derecha, otro con unuforme escolar y cabello rojo, una chica en yukata, pelo morado y ojos cerrados, dos chicas en uno solo pero una rubia mientras la otra lo tenía negro. Al centro de todos ellos estaba una mujer peliroja de ojos azules y vestimenta extraña. Bajo la leyenda de Lilith madre de los súcubos.

Nozomi: ¿donde estoy?.
Sacerdote: vienvenida a casa... solo resta hacer algo para pertenecer a ella.

Todas las velas se encendieron simultáneamente para revelar la presencia de encapuchados por toda la sala.

Sacerdote: estamos aquí reunidos para celebrar la iniciación de una hija perdida entre la pestilencia de estos cadáveres, las imágenes de la madre e hijos.
Nozomi: eh...!!?
Sacerdote:  tu... bastarda serás el sacrificio y ofrenda.
Nozomi: no! Yo me voy de aquí.

Tres personas se pusieron delante de la puerta, no la dejaría salir.

Sacerdote: Lilith! ¿Como deberíamos entregarte a tu hija?...

Millones de moscas entraron al lugar y formaron una oración tras otra en el techo. "Detrípala mientras la ahorcan" " mi linda mariposa".
Eran demaciados para que la pobre chica opusiera resistencia y realizaron lo anunciado, colocaron una soga en su cuello, y tras colgarla abrieron su vientre con furia en un solo corte, sintió ser electrificada en lugar de dolor.
Todo estaba blanco e inexistente de vida por tres segundos, se abrieron puertas y entonces ella despertó en un cuarto extraño.
Tocaron a la puerta.

-Nozomi, Nozomi! Despierta el desayuno ya está, las sirvientas están esperándote.
-les dije que no saldría, tiene el sueño pesado pero gracias por traerle el té, yo se lo entregaré.

Con una lágrima y sonriente corrió a abrazar a sus hermanos bakus tras la puerta sin pensarlo.

Andrómeda:¿ dijimos algo malo?.
Simone: también nos alegra verte.
Nozomi: pensé que los había perdido, todo era sombrío.
Andrómeda: lo dice como si hubieras muerto.. somos incapaces de sentir eso.
Simone: ¿de dónde sacaste esa mochila? Quisiera una igual.
Nozomi: ¿saben... ? Después de morir no hay nada es solo un estado inifito de conciencia.