Decidí no entrar al castillo, sino buscar a Ron. En los vestidores no estaba, ni en el campo de quidditch, ni en la lechucería, ni cerca de la cabaña de Hagrid. Sólo podía estar encondido en el gigantescos lago negro o en los invernaderos, porque estaba segura de que se había quedado afuera para no ver a nadie.
— ¿Ronnie? —llamé a lo largo de la orilla— . Ronnie, puedes hablar conmigo...
No tardé mucho en encontrarlo. Estaba escoltado detrás de un árbol, con la cabeza sobre sus rodillas y la mirada perdida en el agua. Sin hablar me senté a su lado y me abracé a mi capa: noviembre estaba especialmente gélido y, como todos los días anteriores, no demoraba en nevar.
— Soy un fraude —susurró.
— Claro que no lo eres—me miró escéptico— . ¡Ron, yo te vi jugar antes de que te presentaras como guardián! ¡Jugué contigo! Sé que no eres malo, ¡en lo absoluto! Sólo debes aprender a controlar los nervios.
— Es que esa canción...
— Lo sé, la peor canción que podrían haber inventado... pero entre más dura es la caída más valerosa es la levantada, ¿no? —me miró dudoso— . Si logras superar el hecho de que toda una casa te esté insultando mientras juegas, serás invencible, ¿no crees?
— Ya, el problema ahora es cómo y cuándo voy a superarlo —soltó con desgano— . Oh, yo sé: ¡nunca!
— Pues con esa mentalidad...
— ¿Qué otra puedo tener, Sirrah? ¡Jugué pésimo! Sólo ganamos porque Harry atrapó la snitch. Si no hubiese sido así seguramente habría cumplido el récord del guardián al que más tantos le metieron.
— Pero ahora tienes la oportunidad de olvidarlo y jugar de nuevo —negó ferozmente— . Ronnie, nadie va a recordar este día. Quedará en la historia como un partido ganado por Gryffindor y ya.
— Pero si sigo jugando mi nombre quedará como el peor guardián que ha pisado Hogwarts —se veía tan triste— . Voy a renunciar mañana en la mañana.
Lo contemplé por unos segundos, intentando buscar las palabras correctas, pero nada se me ocurría.
— ¿Y si jugamos justo ahora? ¿eh? —lo golpeé amistosamente con mi hombro— . Sólo tú y yo. Tal vez te dé confianza recordar cómo juegas realmente.
— Gracias, Rah, pero no estoy de ánimo —sus lagrimales brillaban— ... Apuesto a que mis hermanos están avergonzados de mí.
— Bueno, ¿y eso qué? Dime, ¿en qué te afecta lo que piensen Fred o George? ¿En qué te afecta lo que piense toda la escuela, o todo el mundo? Igual se van a morir, igual te vas a morir. Créeme que lo recordarán por hoy para distraerse de lo miserable que son sus vidas y luego lo dejarán porque ellos mismos son un fraude en otras cosas. Se esfuerzan por olvidarlo al burlarse de otras personas, y los más miserables, como Draco, tienen que trabajar el triple para hacer sentir mal a los demás y sentirse bien consigo mismo. No se lo dejes tan fácil.
Él no contestó.
— ¿Cuál crees que sería la necesidad de que alguien te repitiera lo inferior que eres si realmente lo fueras?
— ¿Recalcarlo?
— Es que si fueras inferior, no valdría la pena. ¿Sabes? Siempre he pensado que Draco te envidia —él rió amargamente.
— ¿Qué envidiaría alguien como Malfoy de mí?
— Para empezar, él quería ser amigo de Harry desde antes de venir a Hogwarts y Harry te eligió sobre él. Públicamente.
— Pero ahora se empeña en molestar a mi familia de cualquier forma posible.
— Bueno, yo envidio tu familia... y estoy segura que él siente algo parecido, aunque no lo entienda.
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Sirrah Black & la Orden del Fénix | SBLAH #5
ФанфикLord Voldemort ha vuelto y Sirrah Black se ve envuelta en un terrible dilema entre su familia, que se ancla al lado oscuro, y su relación secreta, que amenaza con salir a la luz. Sin embargo, pronto se dará cuenta que no sólo son el amor y la lealta...