Capítulo XX: Feorge & Gred

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¡Hola, lectora/es! En caso de que les interese, pronto sacaré un tráiler de esta historia. Lo comunicaré todo en mi perfil. Me encanta ese movimiento entre los ebooks, así que, eso. :)

Ahora, si me permiten, estaré llorando luego de escribir este cap ;-;
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Con Hermione tuvimos que aturdir a las gemelas Carrow cuando llegaron corriendo a la biblioteca en busca de estudiantes que se hubiesen escapado y sólo nos retiramos cuando cerraron todas las instalaciones del castillo. Ambas comenzamos a caminar por los pasillos cuando vimos a veintenas de retratos cuchicheando y gritando como locos: "¡Dumbledore ha escapado!" Con mi mejor amiga nos miramos estupefactas.

— ¿Cómo? —pregunté hacia uno de los retratos. No obstante, fue el fantasma Nick Casi Decapitado el que nos informó:

— Han venido por él el ministro de Magia, dos aurores y su asistente junior, ¡y los ha burlado a todos! —rió tan fuerte, que su cabeza quedó colgando—. ¡Incluyendo a la Inquisidora! Sangre Gryffindor, sí, señor —hizo un asentimiento hacia Hermione y se retiró.

— ¡Espere! —le gritó ella en vano. Se volvió a mí—. ¿Que ha escapado? ¿Por qué? ¿Hacia dónde?

— Como consecuencia por su intento de formar su propio ejército personal en conspiración al ministerio —contestó el retrato de un lord con unas patillas muy largas.

— ¡¿EJÉRCITO?! —gritamos las dos. 

A lo lejos escuchamos pasos y un maullido de la gata de Filch, por lo que decidimos separarnos y hablarlo mañana con los chicos. Me dirigí hacia las mazmorras muy afligida, no podía creerlo, todo lo que había podido salir mal, ¡salió mal!

— Aut viam inveniam aut faciam —dije hacia al muro y entré. 

Sólo cuando di un paso adentro me preocupé porque me vieran llegar, pero de inmediato fui recibida por Blaise, Theodore y Astoria.

— ¿Te vieron? —interrogó de inmediato Theo.

Me lancé sobre el sofá esmeralda en el que estaban.

— ¿Daphne te alcanzó a avisar? —añadió Blaise. Asentí.

— ¡¿Sí te vieron?! —se escandalizó Nott, haciendo saltar a unos chicos de segundo.

— ¡No! No —recogí mis piernas y empecé a morderme las uñas como maniática, con los ojos fijos en el reloj—. ¿No escucharon que Dumbledore huyó?

— ¡¿QUÉ?! —exclamaron ambos, llamando la atención de toda la Sala Común—. ¿Por qué?

— Fudge... Umbridge, aún no lo sé —lancé una mirada hacia el muro—. ¿Desde cuándo estaban siguiendo el... grupo? ¿Quiénes son? ¿Cómo nos encontraron? —los dos se encogieron de hombros.

— No sabemos mucho más que tú —informó Theodore—. Hace una semana Draco me dijo que si me interesaba ser parte de un grupo seleccionado de Umbridge, pero como no me quiso decir de qué iba, no acepté y no me dijo más —enarqué una ceja, escéptica—. ¡No miento!

— Es cierto, yo estaba ahí —asintió Blaise vehemente. 

— ¿Y por qué tú no aceptaste? —inquirí— ¿No decías que estar del lado de Umbridge era beneficioso?

— Sí, pero Crabbe dijo que era muy indiscreto —rodó los ojos—. ¿Que no puedo guardar un secreto? ¡Pero claro que sí! —lo miré incrédula—. He guardado el tuyo, ¿o no?

— Touché —recosté mi cabeza en el espaldar, estaba desesperada porque fuera mañana y hablar con mis amigos— ¿Y cómo se enteraron de lo de hoy?

Sirrah Black & la Orden del Fénix | SBLAH #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora