¡Hola!
A quienes siguen esta historia desde que comencé a escribirla, les pido disculpas. Decidí re-escribirla porque definitivamente, leyéndola nuevamente me di cuenta que estaba terriblemente redactada. Faltas ortográficas terribles y la narrativa... Bueno... En fin.
Les iré dejando capítulos por si quieren leerla nuevamente, de todas formas, según como va esto, habrá demasiadas modificaciones.
Les agradezco la atención y si eres nuevo por aquí, disfruta.
Besos. ♥
Se asoma un nuevo día en New York con temperaturas de 28 grados. ¡Será una mañana bastante calorosa!
Estiró su mano por entre las cobijas y lanzó el despertador a algún punto de la habitación, era el quinto despertador roto esa semana. Intentó moverse, pero sintió un peso sobre su cuerpo. Comenzó a abrir poco a poco los ojos, tratando de acostumbrarlos a la luz; cuando lo logró, no pudo evitar sonreír al ver una larga cabellera rubia. Habían instalado esa costumbre de pasar sus fines de semana junto a Henry ya que Emma libraba esos días. Comenzó a acariciar los suaves cabellos tratando de despertar a su novia y luego de algunos minutos lo logró. La mujer soltó un enorme bostezo haciendo sonreír aún más a la rubia.
—Buenos días – saludó Emma.
—Buenos días... – respondió la otra mujer, incorporándose para atrapar sus labios en un beso tierno y calmo que poco a poco se fue intensificando.
En un movimiento, Emma invirtió las posiciones con una sonrisa victoriosa, apresándola con las manos a ambos lados de su cabeza.
—Parece que alguien se despertó juguetona.
—Cuando estamos así, juntas, es imposible no querer hacerte el amor hasta perder todas mis fuerzas.
—Lamento desilusionarte, amor — habló la rubia mientras hacía énfasis en la última palabra — pero le prometimos a Henry que iríamos al Zoológico, así que ¡a levantarse! — dijo saliendo de encima. Mal hizo una mueca de desagrado al ya no sentir el peso de su novia y a regañadientes se levantó.
Emma se dirigió al cuarto de Henry y para su sorpresa lo encontró duchado e impecable, sentado en la cama con la mirada clavada más allá de la ventana.
—¡Hola chico! – lo saludó revolviéndole el cabello mientras se sentaba junto a él – estás bastante emocionado eh... – Henry le regaló una pequeña sonrisa haciendo que la rubia frunciera el ceño – ¿qué pasa chico? ¿No estás contento de ir al Zoológico? – el pequeño asintió.
—Sí, mamá, solo estaba pensando... – su mirada se posó en la de la rubia durante unos segundos y después volvió a la ventana – ¿Cómo era ella? – preguntó. Emma entonces le regaló una sonrisa triste.
—Era hermosa, muy buena y te amaba mucho, Henry – habló mientras comenzaba a acariciar suavemente la espalda de pequeño. Entendía las preguntas de su hijo y sabía que un día querría saber más sobre su madre. El pequeño la volvió a mirar y Emma pudo ver un pequeño brillo en sus ojos.
—¿De verdad? – preguntó con su mirada llena de ilusión y la rubia asintió – ¿y tú... Tú me amas...? ¿No te importa que no me hayas llevado en tu panza? – hablaba mientras le acariciaba el abdomen a su madre, quien solo sonreía.
—Yo te amo más que a mi vida, chico – su dedo se coló debajo de la barbilla del pequeño y lo obligó a mirarla – Henry, fuiste deseado, planeado y amado desde muchísimo antes de ser concebido. No importa si no te llevé en mi vientre, siempre te llevé en mi corazón – sus ojos no se movieron de su hijo. Henry sólo pudo sonreír. El pequeño se lanzó a los brazos de la rubia y escondió su rostro en su cuello.
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Heartbeats (En Edición)
FanfictionCuando Emma pierde a quien creía el amor de su vida decide mudarse a New York donde cree haber encontrado una estabilidad junto a su hijo y su novia. Pero la vida tiene otros planes para ella y la cruza con Regina Mills. Una mujer marcada por un pa...