~6- El monstruo~

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— ¡Escuchad! -Dijo Popplio- La parte que todos conocemos del Lago Brutal es bastante inofensiva, pero de ahí en adelante, las corrientes son mucho más fuertes. Es impredecible donde acabaremos si nos atrapan los rápidos, así que mucho cuidado

Tras esa advertencia, entramos al territorio y comenzamos a avanzar. No tardamos en llegar al lugar donde Comfey perdió la flor. Ahí, nos tomamos un bien merecido descanso.

— Que molesto es lidiar con los Pokémon de los territorios... -Murmuró Litten

— Es parte de la gracia. Si no, sería muy sencillo y aburrido -Dijo Rowlet

— Tsk... -Litten se giró dándonos la espalda- Avisadme cuando estéis listos para seguir

— Litten... -Susurré negando con la cabeza

Descansamos un poco, comimos unas manzanitas para recuperar energía y tiramos los objetos que no nos hacían falta.
Hecho eso continuamos.
Nada más entrar notamos la fuerza del agua. Incluso a Popplio, que era del tipo Agua le costaba avanzar.
Por si fuese poco los Pokémon que aquí había eran peligrosos para todos nosotros. Llegados a cierto punto, recurrimos a la estrategia de utilizar objetos para avanzar cuanto antes. Semillas de Teletransporte para huir en callejones sin salida, Semillas Sueño para dormir a los Pokémon enemigos, todo con el fin de aguantar y conservar las energías.

— ¿Cómo vais, chicos? -Pregunté fatigado

— Cuesta mucho... -Dijo Litten fastidiado

— Aguantad... Queda poco... -Nos animó Popplio

Y tal como dijo Popplio, al cabo de poco tiempo llegamos al final del territorio.

— ¿Y ya está? El agua se ha calmado -Se alegró Rowlet- ¡Es el final!¡Hemos completado el territorio entero, como los mayores!

— ¿Y dónde está ese tal Vaporeon? -Preguntó Litten mirando a su alrededor- Necesitamos ese fragmento

— ¿¡El fragmento!? -Chilló una voz grave desde Dios sabe dónde. Una voz retumbante y que daba miedo

— ¿Q-quien anda ahí? -Pregunté retrocediendo un poco

— ¡¡Da la cara, bastardo!! -Chilló Litten

— ¡¡Debo proteger el fragmento azul!! ¡Nadie debe tenerlo! ¡Nadie! -Gruñó la misma voz

Las aguas comenzaron a arremolinarse frente a nosotros y una sombra empezó a emerger. Unos penetrantes ojos rojos se hicieron visibles entre la espuma y las ondas. Comenzó a ascender. Su cuero segmentado y azul. Unos bigotes retorcidos y una cara de mal genio. Sus aletas blancas como la propia espuma

— ¡¡GRWAAAAAAAAAA!! -Rugió aquel monstruo

— E-es... -Tartamudeó Popplio- ¡Es Gyarados!

— Oh, ¿Este es el señor Gyarados? Es más feo de lo que jamás habría imaginado -Dijo Rowlet sin valorar la situación

— A-ay señor... -Murmuré

— ¡¡¡GRWAAAAAAAAAA!!! -Rugió Gyarados de nuevo antes de comenzar a atacarnos

— Ay... Me parece que vamos a tener que pelear... -Dijo Popplio

— Al fin algo de acción -Sonrió Litten confiado

— ¡E-en guardia! -Grité para darme ánimos

Y la batalla comenzó. Gyarados era visiblemente más poderoso que nosotros, pero le superabamos en número.
Atacabamos como podíamos, usábamos objetos y comíamos bayas para recuperar salud. Gyarados atacaba con furia, destruyendo gran parte de los árboles y las rocas de la zona.
Tras una larga batalla, Gyarados se quedó inmóvil.

— Ugh... Argh... -Jadeó Gyarados- Debo... Proteger... Lago... Intrusos...

— ¡Escucha, Gyarados! No buscamos hacer daño -Dijo Popplio

— Pero... Queréis el fragmento... Vaporeon dijo... -Gruñó- Debo proteger...

— E-escuchanos, n-no tenemos malas intenciones -Le dije- Todo lo contrario. Solo queremos ayudar

— Ayer fuimos de excursión y vimos... -Siguió Popplio- Lo que creemos que puede ser oscuridad

— ¿Cómo...? -Preguntó Gyarados alarmado

— Que si, hombre. Somos buena gente... Al menos tres de nosotros -Añadió Rowlet

— ¿Por qué me siento dado por aludido...? -Gruñó Litten

— ¿Es eso verdad? -Gyarados nos miró uno a uno- Parecéis buenos chicos, bien mirado. Si es verdad que la oscuridad ha vuelto... ¿Por qué nadie se ha dado cuenta?

— Creemos que es por qué ahora solo ataca a plantas... -Explicó Popplio- Mi madre habla con la vecina de plantas marchitas

— ¿Qué pruebas tenéis?

— Pruebas... -Pensó Litten- ¡Oh, si! -Sacó la flor negra que recogió Rowlet y la dejó en el agua- Rowlet trajo esto cuando hicimos una apuesta

— No se si creeros -Murmuró Gyarados

— Pero yo si le creo -Dijo otro Pokémon apareciendo en escena

— Maestro... -Murmuró Gyarados

— ¿Tu quien eres? -Se molestó Litten

— Mi nombre es Vaporeon. Soy el guardián del Fragmento Azul... -Miró alrededor- Gyarados, ¿Haciendo de las tuyas? Voy a tener que limpiar todo esto para que no afecte al ecosistema

— Perdón...

— No pasa nada, pero procura no hacerlo más

Vaporeon continuó regañando a Gyarados por un rato. Era extraño ver a un Pokémon tan fiero siendo intimidado por uno tan... Amigable como lo era Vaporeon. No pudimos evitar sentir lástima por el pobre monstruo marino.

— En cuanto a vosotros -Dijo Vaporeon mirándonos- ¿Decís que la oscuridad ha vuelto y necesitáis mi fragmento?

— Así es, señor Vaporeon -Dijo Popplio

— Bien, pues os lo daré. Se nota que tenéis buena intención

— ¡Hala! ¿Así sin más? -Se sorprendió Rowlet

— Digamos que por cómo habéis tratado a Gyarados he visto vuestra alma pura... -Dijo Vaporeon- Un malhechor que quiere hacer daño habría acabado con Gyarados cuando estaba indefenso, pero vosotros habéis tratado de calmarlo y hacer las cosas por las buenas

Miré con admiración a Vaporeon. ¿Cómo sabía tanto por tan poco? Se me hizo muy respetable y admirable.
Vaporeon se sumergió en el agua y salió al poco con un cristal de color azul. Nos lo dió con una sonrisa

— Muchas gracias, señor Vaporeon -Agradeció Rowlet

— Si, y gracias a Gyarados por no matarnos y eso... -Protestó Litten

— No es nada. Gracias por venir al daros cuenta del problema -Sonrió Vaporeon- Ahora iros, antes de que os echen en falta en casa. Se hace tarde y no es bueno estar por la calle por la noche

Asentimos y volvimos al Poblado Croma. Popplio guardó el fragmento junto con el libro en su casa.
Yo le conté nuestra aventura en el Lago Brutal a Lurantis, omitiendo todo lo relacionado con los fragmentos y la oscuridad. Ella me miró alarmada, pero se tranquilizó al ver lo capaces que éramos.

Elegido o no, no podía negar que me estaba divirtiendo mucho.
Pero aún quería saber... ¿Que pasa conmigo? ¿Quién soy en realidad?

La gema del ArcoirisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora