- Hola, ¿puedo pasar?
+ ¿Qué? ¿Qué haces aquí?
- Te estaba buscando, me han dicho que necesitas ayuda.
+ Pero, ¿qué? ¿Por qué?
- No te queda nadie que te ayude, ¿verdad?
+ No, la verdad es que no...
- Tranquilo tío, que solo vengo a ayudar. Ven conmigo, que será mejor.
+ No hace falta, puedo arreglármelas solo.
- ¿Seguro?
+ Eso creo.
- ¿No es más fácil venir conmigo? Tío, dos haremos más que uno. Ya me conoces, nos hemos visto alguna que otra vez. Hay confianza, no te preocupes.
+ Bueno, está bien. Como quieras. Pero de verdad, puedo hacerlo solo.
- Venga, que no pasa nada. Así acabamos antes y es más fácil todo.
+ La verdad, me gustaría hacerlo solo, es algo importante.
- Bueno, tampoco importa, ¿no?
+ Hombre, el resultado no va a ser el mismo.
- Pero con lo que yo sé hacer te puedes apañar. Además, ya lo sabes, es más cómodo y a mí no me importa echarte una mano.
+ Bueno... Quizás tengas razón.
- Acompáñame, dentro de poco lo habremos solucionado todo y así no retrasas a nadie con sus cosas.
+ Vale. ¿Puedo hacerte una última pregunta?
- Sí, claro.
+ ¿Para qué es la guadaña?
ESTÁS LEYENDO
Filosofía de mi vida
RandomMis pensamientos. Mis preocupaciones. Mis reflexiones. Mi vida