Pág. 6

15 1 0
                                    

Me vestí con la pijama más acogedora que tenía en el armario, entré a la cama y mirando hacia el techo de la habitación suspiré.

Los pensamientos comenzaron a invadir, preocupaciones entraban y salían de mi cuerpo cada vez que respiraba.
Es irónico, es jodidamente irónico.
-Suspiré-

¿Y sí vuelvo a verlo? ¿Y sí vuelvo a ver a Andry?
¡No! que mierda estoy diciendo.

-Tomé mi almohada y cubrí mi rostro dando un pequeño grito de frustración-

¡No hay manera en el jodido infierno!
No hay ni una maldita manera.

¿Por qué no puedo sacarte de mi mente Andry Shelton?

¡Ya han pasado dos años  y cuando más me siento fuerte, vuelves a tropezar en mi camino!
Es inútil, por más fuerte que trate de ser sé que aún lo amo y lo amaré por mucho más tiempo.
-Hicieron presencia las lágrimas bajando por mis mejillas-

Podría cuestionarme una y un millón de cosas y sé que a todas les hallaría una respuesta, soy astuta y terca.
Pero nunca podría entender al amor, nunca.
¿Por qué si es amor duele? ¿Por qué me quita razones para ser feliz?
No entiendo.

El primer amor verdadero, el primer chico que me hizo colocar los pies sobre la tierra, que hizo que me detuviera y fuera más lento, el que hizo que viera que el amor no se busca, llega, el primer chico que me enseño realmente lo que es amar con el corazón y también el primer chico que me está haciendo ver lo que es realmente joderse.

Ya no quiero más de esta mierda, ya no quiero sentir. Ojalá pudiese ser tan fácil, pudiese ser tan fuerte y pudiese evitar que conozcan mi corazón.

Trato de ser fuerte y mantenerme fría, nadie sabe y aún así opinan. Quisiera un día poder irme tan lejos y nunca volver.
-Limpié mis mejillas y abrace mi almohada-

Tengo que olvidarlo completamente y de una buena vez.

Espero mañana sea un mejor día.

~~~•~~~~

Yeiner

Otra jodida noche.

Otra noche viendo su sonrisa en el cielo, en las estrellas, en la luna,
la ventana en mi habitación deja que la noche entre y me refugie en ella.

¿Por qué Katerinne? ¿Por qué me has matado tan cobardemente?.
Le prometí a Samanta no volver dañarme pero realmente no soporto la idea, no puedo estar pensando en ella.
Ayer un viejo amigo del colegio me entrego una dosis más;
¡Mierda! Sé que tengo un problema, sé que Samanta se derrumbaría si volviera a saber que lo voy a hacer.
Ella es lo más importante que tengo, odio hacerle daño, odio estar tan inestable.
- Me levanto de cama y me pongo frente al espejo-

Mirate Yeiner, eres un completo desastre. Mis ojos están completamente cansados de llorar, mi cabello despeinado y mi sonrisa, pues, realmente no sé dónde la dejé.

¡Estoy tan jodido!

Me derrumbo y no quiero saber nada más, quisiera drogarme y no pensar en nada, nada. No quiero que mañana Samanta entre por la puerta de la habitación y me vea así, ¡no puedo hacerle eso!

-Tomé la bolsita de cocaína y me dirigí al inodoro a deshacerme de ella-

¡No más, no haré esto más!

Me recuesto en la cama mirando hacia el techo, iluminado por la luz de la luna que entra por la ventana.
Duele recordar como me miraba, duele saber que ahora ya no está más a mi lado, mi corazón está partido en dos significativos pedazos.
Dos años de hacer de mí la mejor persona para ella, dos años que me dedique a la chica que llevaría al altar, mis sentimientos son una jodida mierda y no veo porqué no me resigno, ¿por qué diablos no acepto esto?.

Quisiera saber en qué momento pasó. En que momento dejó de ser feliz a mi lado, en que momento encontró ese maldito remplazo.

Por más que trato de encontrar una respuesta sólo me hallo más y más preguntas, ¡esa historia acabó Yeiner!
Resignate y sigue con tu vida.

Necesito distraerme, necesito encontrar cosas que hacer para evitar estar pensando en ella, ¡Sí! Eso haré.

Desde mañana vive un nuevo Yeiner, adios chico sentimental y herido.

En eso recordé la vieja tabla de surf. Claro, recuerdo como las tardes se me iban estando dentro del agua, en aquella playa donde las olas te abrazan y puedes apreciar los rayos del sol dentro de ellas, ¡eso me hacía jodidamente feliz!

-Busco el celular por entre las sábanas y empiezo a escribirle a Jake-

"Te veo mañana por la tarde en la vieja playa, lleva tu tabla de surf".

Aún recuerdo como mi mejor amigo y yo pasábamos dentro del mar todo la tarde hasta oscurecer, dejamos de hacer eso que tanto nos gustaba cuando salimos la universidad, desde ahí nos vemos cada fin de semana y eso es sólo aveces, extraño esos tiempos.
Mamá se preocupaba y siempre que salía del agua, el móvil estaba repleto de llamadas y textos. Samanta llegaba por mi y pasábamos a comprar un helado, mí Samanta, tan inocente y dulce. Mi pequeña hermanita, no sé qué haría sin esa niña.

Mañana la llevaré a la escuela y le tendré una sorpresa cuando salga, le encanta el pastel de chocolate
La recogeré, la llevaré a casa y comeremos hasta quedar como unos cerditos, después me iré a la vieja playa con Jake.

No quiero olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora