Pág. 12

13 1 0
                                    

~~~•~~~~
Samanta

7:30am
Veo en la pantalla del móvil al abrir los ojos.
- Gruño-
No hay manera que no valla al colegio y despierte tan jodidamente temprano.

Me levanto de la cama y me siento a darme un pequeño estirón, hoy será un buen día Samanta, se positiva;
Me dirijo al baño a cepillar mis dientes y arreglo un poco mi cabello.

Mi panza gruñe y no me tendrá que avisar dos veces para bajar a desayunar algo, bajo dándome unos pequeños estirones y al pasar por la sala me encuentro a Yei completamente dormido en un sofá.

- ¿Yei? Despierta perezoso

Tome su hombro y lo moví delicadamente.

- ¿Qué pasa? sam, déjame dormir.
- gruñe-.

Río y salgo de la sala, no sé por qué razón mi hermano se a quedado dormido ahí y no en su habitación, tal vez se quedó viendo sus películas de autos.

En la mesa había una pequeña nota me acerco y la tomo:

"Cariño salimos de la ciudad por una junta del trabajo no quise despertarlos los veo en la cena, los quiere: mamá y papá".

Valla, que gran novedad en que estos dos no estén en casa.
Prepararé unos panqueques en lo Yei despierta seguro tendrá hambre, habro la nevera y al girar hacia el comedor veo a Katerinne entrando,
Se congeló al verme.

- ¿Katerinne? ¿Tu qué diablos estás haciendo aquí?.

En mi rostro se reflejó furia, es que cómo se atreve a pararse en mi casa después de lo que le hizo a mi hermanito.
Esto tenía que ser una jodida broma.

- Disculpa Samanta, yo ya me voy.
- Tartamudió y se dio la vuelta-

Pero claro que se va, al verla sólo puedo recordar como Yeiner sufría y como lo encontré aquella tarde en su habitación, Enfurecí.
Ella salió de la casa y al acompañarla a la puerta escuché como Yei se acercaba.
Cerré la puerta y al dar la vuelta ahí estaba él.

- ¿Qué está pasando Sam? ¿Dónde está Katerinne?

- Ella acaba de irse.
- Asentí con la cabeza-

- ¿Qué? ¡Qué le dijiste Samanta!.

Esto tenía que ser una broma, una broma pero muy estúpida.

- ¿De qué hablas Yeiner? ¿es que acaso ya olvidaste todo lo que te hizo?
Ella cree que puede venir aquí y hacer como si nada paso no, no, no y no.

- Samanta tu no sabes nada y no tenías porqué haberla hechado ¡eres entromentida!.

Al escuchar eso sentí como la respiración se me corto, sentía demasiado rencor y la Samanta impulsiva apareció.

- Yeiner ¿A caso ya olvidaste que te engaño? Que se acostaba con otro tipo mientras te decía "te amo"
¡se embarazo de otro estando contigo!
¿Ya olvidaste eso?.
- le grité con un gran coraje-

Él no dijo nada, pude ver como sus ojos se llenaron de lágrimas y sólo salió por la puerta dejándome de lado.

Muy bien Samanta, querías hacerlo mierda pues lo obtuviste. Subí tan rápido como pude a mi habitación secándo mis mejillas con la manga de la pijama. Me quebrante de llanto cubriendome con la almohada, Era como si dentro de mi habitación pudiera desahogar todo lo que sentía, como si pudiera dejar de fingir ser fuerte y ahogarme en lágrimas, me sentí tan fríamente jodida.

Dejé que pasaran las horas désde mi cama viendo por la venta como el viento movía los árboles de un lado a otro, como si el viento fuera una melodía y los árboles bailaran alegres al escucharlo.

¿Cuándo dejaré de ser tan débil? Cuándo las palabras no me lastimarán y dejaré de quebrantarme en llanto.
- Respiro y cierro los ojos-

Trato de conciliar el sueño cuando escucho que alguien llega a casa y cierra la puerta de un portazo, no creo que sea buena idea tratar de hablar ahorita con Yei, estoy tan molesta. Aúnque sé que no debí haberle dicho todas esas cosas.

Me levanté de la cama y abrí la puerta saliendo a pasos cortitos y silenciosos, sólo bajaré a ver si puedo acercarme a él.
Llego hasta abajo y no se encontraba en la sala ni tampoco en la cosina, me dirijo a su habitación y toco tan sólo para que pueda escuchar.

- ¿Yei?

- ¡Déjame en paz Samanta!.

No dije más y salí de ahí me fui a cambiar y pronto salí de casa, me sentía terrible y Yei no dejaba de ser un completo inmaduro.
Sólo sabía que no quería estar más ahí, llame a Chris mientras caminaba alejándome de casa, tenía algo de frío y mi cabeza no dejaba de dar vueltas, creo que empiezo a sentirme mal.

Chris me dijo que me quedara donde estaba y que ya salía de su casa para venir por mi y sí, no tardo ni 5 minutos cuando pude ver al final de la calle su auto color gris, me detuve y se acercó emparejandose conmigo.

- ¿La llevo señorita?

Me robó una sonrisa y no pude evitar sollosar, subí al auto y el dejó el volante para abrazarme.

- ¿Estas bien?
- Me miró tomando mi mano fría-

- Eso quisiera, estoy tan casada de toda está mierda.

No soporté y me quebrante en llanto otra vez.

- No sabes como me mata que llores Sam, daría lo que fuera por siempre verte con una sonrisa.
- dijo mientras limpiaba mis mejillas-

Lo abracé y sentí el calor de su cuerpo, algo me decía que estaba segura y que quería seguir teniéndolo como refugio.

- Y bien ¿Quieres comer algo?
- Sonrió-

- Sí, muero de hambre
-Reí-

Me llevó a un restaurant fuera de la ciudad, nos sentamos cerca de una ventana y empezó a escucharme. Y por si fuera poco la lluvia hizo presencia en este melancólico día,
le conté todo lo que estaba pasando, ahora el sabía todo lo que era y todo lo que podía derrumbarme.

- Ya no quiero sufrir sabes.
Estoy tan cansada de todo, estoy tan cansada de que el amor tenga que doler.
- Miré a sus ojos y dije entrecortada-

- No tiene que ser así Sam, eres tan hermosa. Déjame hacerte ver que el amor no es una mierda, déjame ser yo quien cuide de ti y no tengas que sentirte sola nunca más.
- Dijo mientras quitaba mis cabellos de mi rostro-

En su mirada había un pequeño brillo que quería ver cada vez que me sintiera apagada, tenía un jodido miedo de volverlo a intentar, pero sabía que él me hacía ¡tan bien!.

- No pienses más Samanta, déjame demostrarte. Hoy de regreso a tu casa hablaré con tus padres para que te des cuenta que estoy siendo sincero contigo.

Me acerqué lentamente hacia él y le respondí con un delicado beso, tomó de mi pequeño rostro con sus manos y me correspondió de una manera jodidamente tierna.

No quiero olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora