Capitulo 9

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Tres días han pasado desde que Allen me callo con un beso

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Tres días han pasado desde que Allen me callo con un beso...
No soy capaz de dejar de pensar en ello, ¿El motivo? Me pillo por sorpresa y no entendí por qué lo hizo pero aún así me gustó, y eso es lo que me inquieta.

Ni que decir tiene que me cerré en banda. Una no se arriesga así como así a tener sentimientos por un chico como Allen. No una chica inteligente al menos.
En lo que lleva de semana, he visto a Allen tontear con cinco chicas diferentes. No es un secreto que es un mujeriego y un chico muy deseado por todas las chicas de la universidad. Yo, lamento decir que no seré una más.

Tengo mi orgullo y mucho amor propio como para permitirme sentir algo por un mujeriego como James.

— ¡Hola hermanita!

— Tengo una pregunta... dos preguntas: 1, ¿Como has entrado? Y 2, ¿Como osas interrumpir mi sesión de meditación personal?

— La puerta estaba abierta y no sabía que estabas en medio de una crisis existencial.

Alec se tira encima de mi cama, encima mía y empieza a hacerme cosquillas.

— Christofer para...— Digo entre risas.

Que llamen a Alec por su segundo nombre es algo que siempre ha odiado así que comienza a hacerme cosquillas con más intensidad.

— Para... para.

Le propinó un rodillazo en el estómago pero tampoco le hace mucho, es más, creo que me ha dolido más a mi la rodilla que a él el estómago.

— ¿Estas bien?— Alec cambia radicalmente su expresión y ya veo lo que se aproxima.

— Si Alec, estoy bien.

— Mel, si te vuelve a hacer daño yo...

— ¡Hey!— Le interrumpo colocando mis manos en sus mejillas.— El no me va a volver a hacer nada hermanito, te lo juro.

Alec me abraza con fuerza y yo le devuelvo el abrazo. Hacía tiempo que el y yo no teníamos este tipo de momentos. Nos llevamos muy bien pero no solemos ser muy cariñosos entre nosotros.

— No necesito un guardaespaldas, ¿sabes?

— Eso no es negociable cariño.

Bufo y ruedo mis ojos. A veces papá y Alec pueden ser muy tercos cuando se trata de mi protección. Hace unos años, Alec me llevó con el a una quedada con algunos de su equipo. Un chico llamado Malcom no dejaba de mirarme y Alec empezó a sospechar de el.
Habló con mi padre y le consideraron un chico "peligroso" para la princesita de los Dawson. Como por aquel entonces Alec y yo compartíamos instituto, podía ver como Malcom siempre evitaba mi mirada, parecía asustado y yo no entendía el porque. Casi un año después me entere porque ocurría esto ya que Alec se fue de la lengua. Mi querido hermano y mi padre amenazaron al pobre Malcom  para que no se acercara a mi.

Mi novia hizo un Touchdown © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora