Epílogo

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— Hola capitán

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— Hola capitán...— Dije al ver su trabajada espalda.

Hace un año que no le veo y tenía tantas ganas de hacerlo. Fue todo tan rápido, me llamaron de Los Angeles para trabajar en una empresa y no tarde en aceptar.

La carta que escribí para James cae al suelo y sonrío. El se gira con los ojos como platos y al verme sus ojos se cristalizan.

Me levanto del sofá y corro para abrazar al hombre de mi vida.
Cuando le tengo cerca puedo ver lo mucho que ha cambiado este año. Sus facciones han cambiado, ahora están más marcadas, son más masculinas y más sexys. Es el hombre más sexy que he conocido. Sus brazos están más fuertes, su espalda más trabajada y su pelo más claro.

Empiezo a notar su cuerpo temblar y a escuchar sollozos. Está llorando.

— Hey... no llores amor...

Acuna con sus manos mi rostro y me mira con los ojos llorosos. Le sonrío y el me sonríe de vuelta.

— Te quiero tanto...— Dice volviendo a abrazarme.— No sabes lo mucho que te he echado de menos. Pero, ¿Que haces aquí? ¿Cuanto tiempo te quedas?

—...¿Para...siempre?

La boca de James se abre haciendo notable su sorpresa.

— ... he conseguido trabajo en una empresa.— Continuo

Me abraza con fuerza y me hace dar vueltas en el aire mientras grita entre risas lo contento que está.

— Te quiero...

Después de un año, al fin puedo volver a sentir sus labios sobre los míos. Esos escalofríos cada ver que nuestra piel se toca. Las mariposas cada vez que dice que me quiere, que me ama...

— Tengo que enseñarte todo esto.— Dice entusiasmado.— Es precioso, te encantará.

— No puedo esperar.

— Oh y... tengo un partido. El más importante de la temporada, ¿vendrás?

— Pues claro que iré.— Rodeo su cuello con mis brazos.— Tengo que animar a mi chico y darle suerte.

— Si estás allí seguro que tendré suerte.— Susurra sobre mis labios.

— Te quiero.

— Y yo.— Me besa con gentileza y luego se separa con una sonrisa.— En fin, acomodemos tus cosas, ¿Traes mucho?

— No, la verdad es que traigo pocas cosas.

(...)

Pasamos la tarde entera poniendo cada cosa en su lugar y hablando de todo tipo de cosas. Lo mucho que echaba de menos hablar con el de esta manera no se puede expresar con palabras.

— No sabes lo feliz que estoy de que hayas llegado a L A.

Me abraza desde atrás mientras me preparo un café. Comienza a besar mi cuello y ese tacto que tanto he echado de menos hace que mi piel se erice demasiado.

Mi novia hizo un Touchdown © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora