El principe NO ideal. [1# Arco Del Libro]

[PNI] Capítulo 08: Lo mataré.

Lo mataré.

No dejaba de ser vista en ningún sitio, todos parecían verla sólo a ella como el centro de atención y malas habladurías, más específicamente sus vendajes y sus labios rotos eran los que llamaban la atención de todos, los chismes no se hacían esperar, aunque la mayoría de sus moratones o heridas estaban cubiertas por su vestido color celeste que llegaba hasta sus tobillos por lo que no escuchaba tantos murmullos como supondría que oíria si llegaban a enterarse de ellas. Ya no tomaba importancia de ello mientras se concentraba en caminar y no ceder, moverse era tarea difícil mientras intentaba llegar al bosque apenas empezar la hora libre. Se sentó en el pasto dejándose apoyar contra un árbol, su cabeza dolía demasiado como para pensar en algo. Escuchó ruido a lo lejos, no se movió un centímetro a pesar de saber que se dirigían a su posición. Los sonidos eran apenas audibles y se aproximaban a una velocidad lenta. ¿Quién estaría en el bosque? Ninguna de las demás chicas de alta clase se arriesgarían a dañar sus hermosos vestidos, por más que algunas utilizarán hasta los rodillas lo que hacía más fácil la tarea de venir, a ellas no les agradaba la idea de la suciedad.

—¡Caroline!

Quedó asombrada y espantada apenas al sentir los brazos de otra persona estrujarla contra su pecho con firmeza. Aquélla calidez. ¡Era el príncipe!

—S-ye...

Apenas habló mientras no podía verlo porque la seguía abrazando con fuerza, casi como si hubiera pensado que ella estaba muerta. Poco a poco se separó de él dejando a la vista su condición. Sus brazos cayeron a sus costados en seco al ver su estado. Los ojos azules se abrieron con grandeza al presenciar como toda la ropa del príncipe estaba desgastada, la sangre escurría de heridas profundas, estaba totalmente ensangrentado, tenía el labio golpeado y su cabello parecía competir con un nido de pájaros.

—¿Qué te han he-echo?

Habló horrorizada, él parecía estar a punto de desmayarse en frente de sus pies. Entró en pánico rápidamente al ver como él a duras penas conseguía enfocar sus ojos en ella.

—Él me entregó.

El odio se notaba en su voz, carecía de toda amabilidad que había conocido en su amigo en esos momentos. Espantada no supo que hacer.

—Tenemos que llevarte a la enfermería.

Hubiera gritado de poderlo. ¿Cómo pudieron hacerle eso a él? ¿Sye qué había hecho? ¡Él no merecía nada de lo que le hicieron! Sus manos temblaron el sostenerlo contra su cuerpo, intentó no chillar de dolor al sentirse débil, si ella llegaba a siquiera ceder por esa agonía ambos caerían.

—Me van a llevar de vuelta...

Por lo bajó habló, parecía querer dejarse llevar por la inconsciencia del dolor que sentía cruzar lo extenso de su cuerpo.

—No se les ocurrirá buscar en mi habitación, creerán que me escondí por aquí ya que no tengo fuerzas para ir a un lugar más alejado que esto.

Poco a poco su voz perdía potencia conforme hablaba. Ella fue rápida en intentar que él pudiera guiarla. Se esforzó lo más que pudo avanzando a una velocidad lenta y con una estabilidad cuestionable, aveces se balanceaban a tal punto que creía que se derrumbarían pero rápidamente intentaba mantener el control del asunto aunque costará unos gritos comprimidos y un ardor en sus ojos que debía de disipar pestañeando rápidamente. Su respiración empezaba a ser cada vez más pesada mientras llegaban al sitio, habían tardado mucho, tanto que seguramente estaba saltándose por lo menos una hora y media de clase. Mentiría si dijera que no estaba espantada por lo que se vendría, podría empezar a temblar de sólo pensarlo, pero en esos momentos importaba más su amigo que se estaba desangrando en frente de sus ojos.