[PNI] Capítulo 10: Mírame y tócame.

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Mirame y tócame.

Ese día era de los pocos en los que iba junto a Nalem en esos últimos momentos, así que decidió aprovechar la oportunidad. Con entusiasmo tomó su mano al ir a su habitación. Sonrió al sostenerla a pesar de que sólo ella lo hiciera. Tarareó una suave melodía al casi llegar a su destino. ¿Debería preguntarle sobre Sye? No, eso lo enfadaría.

—El cielo está muy bonito.

Dijó asombrada por aquél naranja tan fuerte que lo adornaba, parecía fascinada como una niña.

—Eso es verdad.

Susurró él no sosteniendo la vista en el cielo, si no en la chica que sonreía.

—Lem. ¿Podrías quedarte conmigo todo este día?

Murmuró sonrojada. ¡Él era un hombre ocupado, no debía de perder tiempo en ella! Pero aún así preguntó, porqué quería recuperar lo perdido. Él se sintió feliz, sonrió, no debería de aceptar.

—Claro que sí.

...Pero él era Nalem Cerich, un flexible hombre contra sus debilidades. En todo ese tiempo ella jamás le había propuesto algo parecido, y por consiguiente, en ningún momento lo habían hecho, pero la sola idea lo ponía feliz.

—¿En serio?

Ella lo miró contenta y algo hiperactiva. Era una adolescente bastante animada.

—Hoy no tengo clases de modales.

Ella sujetó su mano con firmeza mientras caminaban, todo parecía como antes, se sentía así por lo menos, eso era fascinante.

—En mi habitación hay una televisión donde podríamos ver algo mientras consigo algo de comer.

Suspiró. Dudaba meterse en problemas por ello, los otros profesores habían hecho lo mismo con varias alumnas sin recibir reprimiendas. Aunque claro, para otras cosas más... entretenidas.

—¿Televisión?

Preguntó frunciendo el ceño. ¿Qué era aquéllo? Él se asombro. ¿Ella no conocía lo que era una televisión? Profirió explicar antes de preguntas.

—Una pantalla que te muestra imágenes, luego podré explicarte mejor cuando lo veas.

Ella asintió viendo sus zapatos blancos mientras caminaba. Allí había cosas que ella desconocía demasiado, por ejemplo, jamás entendió aquél deseo de las chicas de llamar la atención con sus vestidos, largos algunos, la mayoría eran hasta las rodillas con múltiples telas, texturas, decoraciones y demás, eran demasiado elaboradas juntos a sus maquillajes y peinados. Los chicos por otra partes solían llevar trajes igual de trabajados en los detalles aunque unos más simples que otros.

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Ella estaba ahí sentada viendo la televisión, algo asombroso que Nalem le había mostrado. Rió viendo las cosas que pasaban por ella. Era triste para ella pensar que los demás no pudieran disfrutar de aquéllo, debido a que se sentirían tristes si vieran el mundo exterior estando allí y querrían salir, explicó Nalem. Pero ella lo estaba disfrutando con el profesor mientras se encontraba sentada en esa enorme cama como un indio, una posición bastante relajada pero inadecuada, claro, ella lo sabía por sus profesores de modales.

》Nunca, de los nunca estés a solas en una habitación de un hombre con él si no es tu esposo, es indecente e inmoral, debes mantener tu decencia y hacerte respetar como señorita.《

Logró recordar justo en esos momentos, tragó saliva viendo a Nalem disfrutar de aquel entretenimiento despreocupado. Se sonrojó. Lo había olvidado, estaban ellos solos en una habitación. ¿Pero él no era cualquier hombre, no? Sonrió con ese ligero sonrojo aún en sus mejillas, suponía que no habría problemas. Se sintió rara de repente, su cuerpo se sentía raro. Pronto entendió lo que sucedía.

El principe NO ideal. [1# Arco Del Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora