Capítulo 4

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Le fue extraño encontrar aquella nota, y mas aun que el destinatario era el, la cual lo citaba a la media noche, con una prosa perfecta.
Intentó sacarse la mayor cantidad de manchas de pintura y se amarró el cabello.
Las manos le temblaban más que cuando mostraba sus obras terminadas, entró de nuevo a esa capilla, a la misma hora que todas las noches, pero aquel hombre con una sombra de barba lo esperaba despierto.
Sólo le hizo señas para que subiera a los andamios de madera; sin darse cuenta entre el vino y las risas, que pronto amanecía.

Vaticano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora