Capitulo 27

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Tony cayó de hinojos al lado del cuerpo de Stephen y repitió su nombre con desesperación mientras colocaba ambas manos sobre su pecho, tratando inútilmente de contener la sangre.

En sus últimos segundos de vida, Stephen hizo un esfuerzo por hablar, pero la sangre que brotaba de su boca con cada respiración, no le permitió emitir más de una palabra:

— To...Tony

Fue un susurro; un doloroso susurro y la mano de Stephen que intentaba alcanzar el rostro de Tony cayó duramente. Se había ido.

— ¡No! — Tony imploró en vano. Tomó la mano caída y la pegó a su mejilla. — Por favor...

Pero al no recibir respuesta alguna, se cubrió el rostro con las manos ensangrentadas y empezó a lamentarse.

— Dios mío,— dijo lentamente — dios mío,dios mío, dios mío.

En un momento, levantó la mirada hacia nosotros y me adelanté sin importar la opinión de los demás. Otras veces había acudido a mí y sabía que yo comprendería su dolor. Pero su mirada vacía pasó más allá. En aquellos momentos, pareció que yo jamás hubiera existido para él.

Tony volvió la vista nuevamente hacia Stephen y hundió el rostro en su pecho, el cadaver se movía sacudido por sus sollozos. Nadie se atrevía a acercarse.

Thor me rozó el hombro y me dijo suavemente:

— Háblale tú.

Menee la cabeza. No quería que apartara los ojos del muerto y me viera a mí. No quería que me recordase en ese doloroso momento.

— Ven, Tony, —  Natasha se acercó vacilante, su voz estaba a punto de quebrarse  — No puedes quedarte aquí.

Loki se aproximó y ambos lo ayudaron a ponerse de pie. Al principio, él se resistió buscando la vida que creía todavía podía haber en el cadaver, pero finalmente se dejó llevar como un sonámbulo. Tenía el rostro todo espantoso: todo lleno de sangre.

Le ayudaron a bajar hasta los vagones. Fui tras de ellos y una vez dentro, los Alfa que habían sobrevivido se acercaron formando pequeños grupos.

— ¿Está herido el amo? — escuché que preguntó un Omega. Cuando giré para mirar en su dirección, sentí un vacío en el estómago al ver a lo lejos los cuerpos sin vida en los vagones frontales.

Llevaron a Tony hacia su habitación. Me quedé estático en el marco de la puerta sintiéndome inútil. Tony se arrojó sobre la cama sin siquiera quitarse la ropa manchada, pero Natasha le obligó a reincorporarse. Un Omega le alcanzó una esponja y ella le lavo las manos. Estaba conteniendo las lágrimas, porque sabía que Tony sufría más que ella. Después le volvió la cabeza y le limpió el rostro.

Tony la atrajo hacia sí y le preguntó:

— ¿Qué estás haciendo?

— Limpiando la sangre — repuso con un nudo en la garganta. Tony apartó su mano.

— Jamás lo conseguirás, — se había serenado, pero lágrimas habían dejado un rastro sobre sus mejillas dándole un aspecto vulnerable — Es mi culpa, es mi culpa...

Lo repitió tantas veces que perdí la cuenta. Se escucharon pasos sobre el techo, debían ser los Alfas  que estaban retirando el cuerpo.

— Tony... — Natasha lo miró llena de angustia.

— No quiero nada — repuso — Váyanse todos. Déjenme solo.

Thor y Natasha se miraron mutuamente y se dirigieron hacia la puerta. El resto de Alfas, que habían venido preocupados, se marcharon dudosos. Yo me quedé de pie esperando atenderlo.

Descompuesto STONYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora