-La declaración de Yugyeom fue muy extraña- seguía riendo por la historia- o sea de verdad pensé que le ibas a cantar una canción o le ibas a contar cómo fue que te empezó a gustar.- volví a reír y Karina se unió a mí.
-Creo que ya es algo tarde y Loida me dijo que llevara a karina.- habló Yugyeom un poco avergonzado.
-Sí, sí... Ah...- dijo como pudo Kari aún con la diversión en su rostro.- Vamos. ¡Gracias Andrea!– Karina y Yugyeom se acercaron a la puerta hasta que Karina paró de golpe haciendo que chocara su novio con ella.
–¿Ocurre algo pequeña?– preguntó Yugyeom sobando su pecho.
–Sí, Andrea.– giró a mi dirección.– ¿Qué pasa con Mark?– preguntó curiosa.
–¿Qué pasa con Mark, de qué?– contesté nerviosa.
–Pues es que... En la escuela hay algo... Mmm se dice que...– balbuceo.
–Las chicas de la escuela están celosas porque piensan que tienes algo con Mark, mejor dicho que lo engatusaste.
–¿¡Qué yo qué!? ¡A penas si lo conozco!– reclamé enojada.
–Oh... De verdad no sé acuerda.– susurró Karina.
–Te lo dije.– contestó su novio con el mismo tono.
–Disculpen... ¿Qué?– dije entre molesta y desconocertada.
–Ah... Ya nos tenemos que ir Andrea. Cualquier cosa me puedes marcar a mi o a mi novio. Te dejamos nuestros números en la mesita.– habló Karina.
–Nos vemos Andrea, gracias por todo.– se despidió Yugyeom.
Cerraron la puerta y no pasó más de un minuto hasta que escuché carcajadas del otro lado.
–¡Andrea!– gritó la pareja. Me acerqué y abrí la puerta preocupada.
–¡Soy tu vecina!– habló y se hecho a reír junto con su novio. – ¡Y no me había dado cuenta!– sus carcajadas me contagiaron.– Por ir cierto... ¿Alejandra sabe dónde vives?– cambió su semblante a uno más serio; en seguida me incorporé.
–No, no le dije ¿Por qué?
–Porque si se entera que somos tus vecinas nos va a volver a acosar.
–¿Acosar?– pregunté confundida.
–Sip. ¡Nos vemos mañana vecina!, ¡Oh! Sí gustas nos vamos mañana juntas a la escuela.
–Eh... Sí, sí... Mañana. Nos vemos.– cerré la puerta confundida.
Pasó el tiempo y apenas terminaba mi primer tarea, no quería cargarla hasta el último porque chica con buenas calificaciones se nace no se hace.
–Sólo lo guardo y... ¡Listo!– justo en ese momento mi timbre sonó, extrañada tomé un sartén y me dirigí a la puerta, acababa de llegar y casi no tenía amigos, era raro que fueran a mi casa.
Abrí la puerta y en seguida me puse en posición para atacar.
–¡Hey!¡Tranquila!– Mark alzó enseguida sus brazos para quitarme el sartén.–Puedes hacerle daño a alguien con esto.– sonrió dulce.
–¡Mark! ¡Te dije que aún no!– el grito de un chico con grandes orejas y cabello negro me hizo quitar la vista de Mark.
–¡Ya la cagó! ¡Déjalo, Jinyoung!– Está vez una linda chica con tez blanca y un mechón rubio salió y jaló a Jinyoung.
–Oh... Entonces ella debe ser Loida.– Por un instante recordé cuando estaba comiendo en la cafetería y Alejandra los señaló y comenzó a contar su historia.– Oh...
–Síp, ella es Loida.– Mark interrumpió, como es de costumbre, mis pensamientos.– Y... Me dejarás pasar.– Volvió a sonreír dulcemente. Lo dejé pasar y cuando creí que estaba lo suficientemente lejos murmuré.
–Agh... Te odiaría si no fueras tan atractivo y lindo.
–Así que te parezco lindo y atractivo eh...
Al instante volteé y como si la vida me odiara quedé a nada de chocar con Mark.
–¿Algún problema con que lo piense?– decidí ser ruda y decidida aunque por dentro estuviera hecha vómito.
–No, ningún.– Mark se mordió su labio inferior haciendo una sonrisa de lado.
–Bien pues... Quizás seas mi crush.– seguí con mi tono decisivo. Mark estaba a punto de contestar pero el glorioso timbre me salvó.– Permiso crush, tengo que abrir.– me giré y abrí la puerta.
–¡Hola, Andrea! Soy Loida, y todas la personas de atrás mis amigos.– señaló con su dedo pulgar hacia atrás.
–Mentira, yo soy el novio.– Jinyoung extendió su mano.
–Ah... Como sea, Karina nos dijo que vivías acá enfrente y decidimos traerte una taza de azúcar como regalo de bienvenida.– dijo extendiendo una taza de azúcar. Mi mente estaba intentando procesar todo.
–Te dije que era una mala idea.– esta vez habló una chica con pecas.
–Cállate amor, no lo arruines.– le contestó un chico con voz gruesa y un poco rasposa. En seguida sacudí mi cabeza.
–Oh, lo siento. Gracias, eh... Pasen, por favor, están en su casa.– hablé aún sacada de onda. Al instante todos suspiraron de lo que parecía ser alivio.– Am... ¿Gustan papitas? Traje un poco de México– pregunté.
–¡SIIIIIII!– chilló de alegría Kari.– ¡Por favor!
–Claro... Tomen asiento. Voy por ellas.– sonreí. En realidad no había traído sólo un poco, traje una maleta llena de cosas que sabía que no podía encontrar en Corea.
Al ir preparando la botana, escuché muchos murmuros en la sala. Estaba nerviosa.
–Se lo diré hoy, ¿Qué más da?– fue lo único que logré escuchar cuando entré a la sala.
–¡Aquí están las papas!– sonreí nerviosa y el ambiente se puso un poco tenso.
–¡Si...! ¡Papas...!– volvió a chillar Karina.– Picioso, tienes que comer este manjar de los dioses.– Kari tomó una papa y se la metió a la boca a Yugyeom.
–Así que... Ya estás aquí Andrea.– comentó Mark.
–Eso parece... Y ¿A qué te referías con lo último que dijiste Mark.– pregunté extrañada. El ambiente se tornó algo incómodo.
–¡A la historia de amor de LinkedIn y Jackson!– contestó Rosa
–Ah... Está bien.– contesté.
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Disfrútenlo alv ♡
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