Era una tarde fría. Me encontraba en las pobladas calles del distrito de Gangnam, vestía mi habitual gabardina beige que llegaba un poco más abajo de mis rodillas, todo parecía estar orden.
Caminé a la entrada del cabaré y le pedí a Yugyeom que me preparara un martini doble.
–¿Cómo va todo señorita Gress?– preguntó dándome el trago.
– Demasiado bien a decir verdad. Tengo un mal presentimiento.– Tomé un sorbo de mi trago.
–¿Usted cree que regrese?– preguntó Yugyeom mientras secaba las copas.
–Dijo que cobraría venganza.– comenté.
Al fondo se empezó a escuchar la dulce voz de Karina acompañada por la hermosa melodía de Jaeboum. En seguida alcé mi vista a Yugyeom que había dejado de hacer su tarea.
–¿Hasta cuándo le dirás que la amas?– pregunté con una sonrisa coqueta. Yugyeom suspiró y volvió a secar las copas.
–Hasta que ese tal Jaeboum se aleje de ella.– contestó con un gruñido. Está situación me estaba hartando.
–¿Sabías que Jaeboum está casado con Liliana?– comenté para que por fin se quitara esas ideas tan raras.
–¿Con Liliana?¿La bailarina más joven?– preguntó sorprendido.
–¡Claro! ¿Con que otra Liliana sería? No hay muchas en Corea.– le guiñé el ojo.– Y por ahí escuché que Karina se siente atraída por un alto y apuesto camarero.– Karina y yo siempre habíamos tenido una amistad muy fuerte, fue hace poco que me confesó que gustaba de mi hermano y que no me lo decía por miedo a perder nuestra amistad.
–¡Oh por Dios, Andrea!, ¿Por qué no me lo dijiste antes?– reclamó el alto.
–Creí que lo podrías averiguar por ti mismo.– dije en tono obvio.
–Pues entonces creo que mi momento ha llegado.– preparó un cóctel de medias de seda y salió casi corriendo al lugar en donde descansaba Karina. Observé desde la barra como Karina se ponía roja, ni cuando cantaba frente a personas importantes se ponía así de nerviosa. Sabía que Karina gustaba de mi hermano y estaba feliz de que mi hermano se fijará en ella, era una gran chica.
De pronto un sonido de disparo nos puso a todos alertas. Corrí hacía la parte trasera del cabaré y ví una gran mancha de sangre. Le habían disparado a mi gran amiga y bailarina principal Rosa. Llegó Yugyeom junto a Karina y Jaeboum.
–¡Llamen a emergencias!– Gritó Jaeboum. Alcé mi vista y al final del callejón una silueta femenina salió corriendo. Ella había regresado.
La policía llegó junto con la ambulancia y el hermano de Rosa.
–Por suerte recibió el disparo en el brazo.– comentó el paramédico.
–¿Se encontrará bien?– preguntó Samuel.
–Lo hará, no se preocupe.– concluyó con una sonrisa y una ligera palmada en el hombro de Samuel.
–Me voy en la ambulancia con ella, ¿Está bien?– preguntó mi amigo.
–No te preocupes, te alcanzo allá.– le sonreí. Me quedé observando como la ambulancia se alejaba.
–Jinyoung se va a enojar.– habló mi hermano.
–Como no tienes idea.– concluí.
Jinyoung era nuestro hermano mayor. Era prácticamente quién nos cuidaba desde que nuestros padres se mudaron a México. Él no estaba de acuerdo en seguir con el cabaré después de lo ocurrido con Alejandra. Una chica esbelta y de facciones finas.