capítulo 3

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Salté alegre de mi cama para poder arreglarme e ir a la uni y así poder ver al amor de mi vida... Jun-ha. Ese chico era perfecto por dónde lo vieras, alto, delgado, cabello negro, perforaciones, bueno con las chicas, buen hijo, ¡buen todo!.

Terminé de arreglarme y me miré por última vez en el espejo mientras me rociaba  un poco de perfume.–Wow... sí que eres bella Loida. Vamos, sin miedo al éxito.
–¿Otra vez hablando sola?–La voz de Lily me sobresaltó e hizo que tirará el perfume.
–Sí, ¿algún problema con eso, boluda?– pregunté con tono de diversión oculta con rabia falsa.
–No, no, no, ninguno, sigue siendo así, sin miedo al éxito.– dijo y luego soltó una carcajada mientras corría por el pasillo.
–¡Ven acá Lily!, ¡Respeta mis canas!– corrí tras de ella con un chancla en la mano.
–¡Ya omma!, ¡Basta!– gritó mientras volteaba a verme y después de eso fue como si hubiera visto todo en cámara lenta.
Ví como la puerta de Lin se abría, saliendo de ahí una tabla grande y gruesa, Lily giró su cabeza para seguir su camino y en cuanto gritaba su cuerpo chocaba con aquella tabla, Lin al escuchar el golpe salió a revisar con cara curiosa. Luego de eso Lin y yo comenzamos a carcajear mientras nos acercabamos a Lily.
–¿Estás bien?– dejó salir Lin la pregunta en una carcajada. Lily levantó su cabeza con expresión de odio.
–¿Lo ves? Te burlaste de mi éxito y eso fue lo que pasó.– dije con superioridad fingida.– vamos, levántate.– tomé a Lily de una mano y Lin la tomó de la otra.
–¿Por qué diablos tenías una tabla de ese tamaño en tu cuarto, Lin?– cuestionó Lily sobándose la cabeza.
–Hum... Me la pidió Jackson.– al momento Lin se sonrojó.
–No entiendo porqué Jackson querría una tabla así.– comenté extrañada.
–Creo que es algo para la obra que haremos en teatro.– Lin alzó los hombros.

–Aquí nos separamos todas, cuídense y nos vemos a la hora de salida. ¡Fighting!– grité emocionada y mis amigas se rieron.
–Hoy me toca en el mismo edificio que el tuyo omma, vamos.– Karina sonrió y me tomó del brazo.– omma...– la voz de Karina sonaba algo extraña.
–¿Qué pasó Kari?– pregunté preocupada
–Pues es que en el taller de repostería se metió Yugyeom...
–¿Qué hace ahí?– pregunté extrañada, no es como que un chico popular se meta en un taller de cocina.
–No lo sé, omma, no lo sé... A parte es horrible, se me quema todo por verlo pero si lo dejo de ver las arpías le hablan y no me gusta.– Karina chilló
–Ah... Kari, déjame pensar en una buena solución y por la tarde te la digo, ¿De acuerdo?– solté para tranquilizarla.
–¡Gracias, omma... Ahí viene Jinyoung– me apretó el brazo mientras que con su cabeza señalaba la dirección de donde venía el idiota de Jingyoung.
–Oye Loida, el profesor Kim quiere nos quedemos después de clases para ver lo del proyecto.– terminó y bufé con desagrado.– A mí tampoco me hace mucha gracia quedarme contigo.– habló Jingyoung malhumorado.
–Es que ni siquiera somos equipo.– dije fría.
–Pero somos los mejores de la clase... ¿Sabes qué? No importa, te veo en el salón.– terminó y se fue.
–Wow... Estoy estuvo intenso.– expresó Karina.– No entiendo porque se caen mal.
– Es que es muy agh...– hablé.
– Del odio al amor sólo hay un pasó...– canturreo Karina
–Y de Yugyeom a Karina igual.–dije y me fui corriendo mientras dejaba a mi amiga confundida con el chico de sus sueños. Me alejé un poco y voltee para ver cómo iban.

–¡Loida cuidado!– la voz de Jun–ha me hizo voltear en seguida pero fue demasiado tarde, para cuándo me di cuenta ya estaba en el suelo.
–No sé que pensar de tu Loida, eres muy estúpida.– habló Jingyoung.
–¡Oye! ¿Quién te crees que eres para hablarle así a Loida?– salió el amor de mi vida a defenderme de las garras de Jingyoung.
–Ah... Como sea.– habló Jingyoung enojado y se fue con la cara llena de odio.
–Debes tener más cuidado...– me comentó Jun-ha ayudandome a levantar.
–Si sí sí, gracias.– hice una exagerada reverencia.
–No hay de que.– Jun-ha sacudió un poco mi cabello y se fue después de darme una sonrisa.

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