Mis ojos se abrieron de golpe, ese sueño había sido muy extraño. Sentía como si tuviera una resaca de los mil demonios.
Me levanté de mi cama y fui directo a la cocina por una aspirina. – Estúpido sueño raro. — Murmuré. Esa pesadilla me había dejado los nervios de punta, seguía pensando y analizando cada momento del sueño, no podía parar. Luego de un rato miré el reloj y vi que se me estaba haciendo tarde, rápidamente, tomé un baño e hice mi desayuno, al final me cambié pues al ser tan torpe manché mi ropa y hoy ni quería pasar vergüenzas en la escuela. Tomé mi mochila y emprendí mi viaje, coloqué mis audífonos y me empecé a caminar al tiro de Obra direction. Sentí un golpe en mi cabeza y con los nervios aún muy sensibles volteé a lanzar maldiciones y me encontré con una grata sorpresa.
-¿Qué tranza, raza? ¿También entras tarde hoy o qué?- Karina me tomó del brazo y yo sólo reía por su acento naco.
-Así es, creo que me merezco por lo menos un día que entre tarde. - Le sonreí.- Por cierto, te voy a contar algo, soñé horrible.
-Oh no... ¿Qué soñaste? ¿Acaso fue que te quedabas sin salsa Valentina?- Al oírla hice un gesto de horror.- Porque yo he soñado con eso y es horrible, por suerte encontré una tienda donde la venden. En fin, cuéntame todo tu sueño.
-Pues mira... - Comencé a contarle el asqueroso sueño y entre más le contaba más emocionada se veía su mirada.- Y luego... Desperté, sin poder terminar el sueño. ¡Fue horroroso!
-¡Andrea! Tienes que volver a dormir y ver en qué acaba, los sueños son como los chismes y yo me alimento de ellos, amiga de papel.- Me reí por su comentario.
En el camino hablamos de más trivialidades hasta que nos encontramos con Mark.
Su presencia me ponía nerviosa, no sabía como actuar después de lo que había sucedido aquella noche.
-Hola Andy Pooh- me sonrió mostrando sus preciosos colmillos alborotando mi cabello con su mano.
-Se dice "Hola Marky Pooh" que vergüenza mujer.- La voz de Karina cortó aquel momento que parecía estar pasando lento.
-Déjala Kari, seguro que la dejé muda con mis encantos.- Mark me jaló hacia él y colocó su brazo sobre mis hombros. Y entonces regresé del trance.
-¡Oye! ¿¡Qué te pasa!? Me sé controlar perfecto ante esos encantos.- Me defendí creyendo que pararía.
-Claro... ¿Entonces por qué no reaccionaste?- Karina parecía divertirse de mi sufrimiento.
–¿Estás con la banda o contra la banda, Karina?– reproché.
–Tal parece que la novia de mi amigo está de mi lado, ¿Verdad, Kari?– atacó Mark.
–Oh... No me mal entiendan, me considero una persona neutral capaz de burlarme de ambas partes, hoy le tocó a mi amiga, mañana quizá te toque a ti.–Karina sonrió como si fuera una dulce niña traviesa.
– Creo que Yugyeom aún no conoce es parte tétrica.– Mark la miró con miedo.
–Al contrario, es lo que más le gusta a mi browniesito.
–Como... Sea... Deberíamos apurarnos, no queremos llegar tarde.– solté para alivianar la tensión en el ambiente.
Y así pasó todo el camino a la escuela entre bromas y risas.
Mark me dejó en mi salón y no me gustaron las miradas de las personas, me sentía intimidada, como si de verdad fuera algo tan importante. En el camino a mi banca una chica me vio y me dijo algo sobre que tenía pena por mi y que me cuidara, sinceramente no le entendí nada de lo que dijo.
La maestra llegó y con ella Alejandra, al verla sentí un tremendo escalofrío recordando lo que había estado soñando, dispuesta a no prestarle atención cerré los ojos y discretamente sacudí la cabeza, al abrir mis ojos nuevamente el sentimiento de susto me inundaba, tenía justo enfrente a Alejandra observandome con esos ojos macabros que ni el mismo diablo poseía.
-Escuché que Mark te trajo al salón.- Cada palabra que salía de ella se sentía como cuando vas sola por la calle y sientes que alguien te persigue. Intentando evadirla alcé mi cabeza para ver a la profesora, que para mí gran suerte salía apurada del salón.- Viendo que no hablas supondré que es verdad. Así que te diré esto. Aléjate de mi novio o si no...
- Cállate Alejandra.- Una chica coreana de cabello rubio cenizo apareció como un ángel caído del cielo.- Para empezar Mark no es tu novio, ni siquiera te hace caso y en segundo lugar... ¿Quieres que te haga recordar lo que viviste el año pasado?- Mi angel de la guarda se escuchaba tan precisa que me daba seguridad.
Alejandra torció sus labios y salió indignada del salón.
-Hola, me llamo Dahyun.- la rubia me sonrió.- Karina me pidió que te ayudara en caso de que estuvieras en problemas.
-Gracias.- sonreí viéndola como si me hubiera salvado la vida.
-Oh no hay de que, pero me debes cerveza y pollo frito.- me guiño el ojo y se fue a su lugar.
Luego de unas dos largas clases más, llegó la hora de salida. Era Jueves de Tteokbokki o por lo menos eso habían dicho Mark y Karina. Emocionada por una aventura más salí del salón sin esperar que Mark y Jackson estaban afuera.
–¡Hola Marki pho!– saludé feliz.– ¡Hola Jackson!
–¿Qué hay Andy pho?– saludó un risueño Jackson pero eso se le quitó al ver el ceño fruncido de Mark.
–No le digas así... Mal amigo.– Mark habló serio y no despegó la vista de su amigo, hasta hizo que Jackson tragara saliva.
–Entonces... ¿¡Qué hacen aquí!?– mi elevado tono de voz hizo que Mark me pusiera atención.
–Cierto, cierto. Pues la directora avisó que mañana no habrá clases, según habrá una junta directiva.
–Esta universidad es la mejor.– sonreí de alivio porque a pesar de ser el inicio de año los profesores eran muy estrictos y dejaban tarea como si eso fuera escencial para vivir.
–En ocasiones lo es.– La voz de Loida me hizo voltear a verla. – Hola Andy.– saludó.– Este es el itinerario que mi amado y yo hicimos para el fin de semana largo.– sonrió malévola.
–¿Tan rápido lo hicieron?– preguntó Jackson y yo lo voltee a ver consternada, inmediatamente entendió mi gesto.– hace medio año hubo una situación igual y La pareja de cerebritos hizo el itinerario en menos de medio día, pero esta vez lo hicieron en minutos.– explicó.
–Jackson exagera, esta vez nos tardamos una hora y media, nos enteramos antes porque Jinyoung estaba con la directora cuando dió el aviso a su secretaria.– sonrió.–Aquí tienen. Por cierto Mark, ¿Podrías prestarnos tu casa?– Dijo dándonos unos papeles perfectamente engrapados.
–Sabes que no hay problema, siempre y cuando cuiden a Yugyeom.– contestó el que probablemente sería mi novio. Loida y Jackson rieron demasiado fuerte.
–Ni su novia puede hacerlo. Pero trataremos.– contestó Jack limpiando las lágrimas de sus ojos.
Y yo seguía sin entender.
Por la tarde ya todas estábamos arreglandonos para ir a la casa de Mark. El tiempo se había pasado como agua entre los dedos.
–Tengo una duda, ¿Por qué nos arreglamos tanto si sólo iremos a la casa de Mark?– pregunté y todas pararon de hacer lo que hacían.
–¿No le has dicho, Loida?– Lin le preguntó a Loida.
–Quizá se me pasó decirle... Lo que pasa es que cuando pedimos prestada la casa de Mark significa que daremos una enorme y legendaria fiesta, por razones que desconocemos siempre que hacemos una pasan cosas extraordinarias, no hay manera de explicarlo, espero que sigamos teniendo esa chispa.– me guiñó el ojo y siguió con lo que hacía.
–Chicas...– Murmuró Rosa.– ¡Quedé increíble!– gritó viéndose al espejo y posando con su lindo vestido rojo.
–Entonces ya estamos listas. Vamos antes de que se nos haga tarde.