–Y así fue nuestra historia.– concluyó Jackson.
–¡Fue una muy muy muy muuuy linda!– chillé de felicidad. De pronto el ambiente quedó en silencio
–No creí que fuera tan creisi.– susurró Karina.– ¡Me gusta!– concluyó con un gritó que sobresaltó a todos menos a su novio.
–¿Siempre es así?– pregunté a Mark.
–Sí, inclusó en clases, aún nos preguntamos por qué no la han expulsado.– terminó con un leve levantamiento de hombros.
–Es porque soy la ver...– en ese instante Yugyeom le tapó la boca. Me extrañó que lo hiciera y al parecer noto mi mirada.
–Lo dice tanto que tuve que buscar el significado.– explicó.
–Oh... Ahora entiendo.– justo cuando terminé mi comentario el celular del novio de Rosa sonó
– ¿Bueno?– contestó Youngjae. – Oye, oye, oye no, mira... No sé cómo conseguiste el número, por favor déjanos en paz... ¡NO! ¡La vuelves a tocar y...! – Entonces colgó, me espantó mucho el hecho de que un chico que pareciera dulce explotara a ese nivel.
–¿Quién era?– preguntó Rosa con miedo mientras se acurrucaba en los brazos de su novio, Youngjae bajó la vista en dirección a Rosa.
–¿Quién era?– preguntó Mark con un tono severo.
–Alejandra.– dijo Youngjae alzando la vista hacia Mark.
El ambiente se sentía tenso, no entendía lo que pasaba y eso me ponía preocupada.
– No... No entiendo qué pasa, ¿Me podrían expli...– Al instante mi teléfono sonó. Era Alejandra. – Es Alejandra. ¿Qué hago?– pregunté confundida y algo espantada.
–Contestale pero no le des nada de información. Nada.– Comentó Loida.
–No... No voy a dejar que se involucre con ella.– Replicó Mark.
–Va a sospechar si no lo hace.– por primera vez habló Jb.
Al oírlo y sin pensarlo más contesté.
–¿Bueno?
–¡Andrea!, Que bueno que te encuentro, fíjate que me quedé preocupada por ti, ¿Llegaste bien a tu casa?– hablaba con un tono extraño.
–Sí, muy bien, gracias.– contesté cortante por el miedo que sentía.
–¿Quién te llevó?– su pregunta había salido tan rápido como contesté. Al instante volteé a ver a Kari y a su novio. Karina se encontraba asustada en los brazos de Yugyeom.
–¿Google maps?– intenté decirlo con un tono tranquilo y jugueteo para que no sospechara.
–Ah... Okey.– se quedó en silencio por un segundo.– ¡Por cierto! ¿Quieres que vaya a tu casa para explicarte más cosas de la escuela?– preguntó haciendome brincar.
–Mmm. Muchas gracias Ale, pero ya estaba a nada de dormir.– respondí. Y lo único que recibí de ella fue que colgara la llamada.
Bajé el teléfono y todos comenzaron a hablar al mismo tiempo, no entendía que pasaba y ahora más que desconcertada estaba furiosa, necesitaba una respuesta.
–¡Necesito saber qué sucede!– alcé la voz atrapando la atención de todos.– ¡No entiendo nada y quiero buena explicación!
Nadie habló.
–Si no me dicen lo que pasa, le marcaré a Alejandra y le diré que están aquí.– Enseguida habló Mark.
–Está bien, te contaremos, pero baja ese celular y apagalo.
