Comienzo

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Llevas tres días sin aparecer, ¿estas evitándome?—Su tono comenzaba parecer frustrante, llevaba más de 15 llamadas por día a Kihyun pero este no aparecía o tan siquiera daba señales de vida.

Hyunwoo comenzaba a desesperarse, los días lejos de Kihyun lo estaban atormentando, lo extrañaba con demasía y el no saber la razón por la que este se fue empeoraba la situación.

Sin pensarlo un solo momento más salió de su casa camino a la del pelirrosa, no tenía idea de qué diría una vez allá, pero confiaba en si mismo de que podría hablar al menos unos minutos con su amigo.

Con un par de toques a la puerta de la casa del menor minutos después salió la madre de este —Hola cariño, ¿en qué puedo ayudarte?

—¿De casualidad se encuentra Kihyun? —Preguntó impaciente y con la mirada perdida en la profundidad de la casa, sus ojos alertas esperando ver al pelirrosa.

—Kihyun no se encuentra...—Habló la señora indecisa y con una sonrisa ladeada. Hyunwoo suspiró y se disculpó por la molestia.

Antes de poder irse un sonido en la segunda planta de la casa lo advirtió haciendo desconfiar de las palabras de la Señora Yoo. —Mamá, ¿puedes subir un momento? No me siento bien—La voz de Kihyun bajando por las escaleras se hizo presente logrando captar la atención del moreno.

El pelirrosa venía bajando con un short corto, medias hasta las rodillas y una camisa que dejaba ver la mayor parte de su lechosa piel. Tenía su frente con ligeras gotas de sudor, la respiración agitada y un fuerte sonrojado en su rostro. Parecía estar enfermo o haber hecho demasiado esfuerzo en alguna actividad.

—¿Kihyun? —Ver aquella imagen del menor le hizo preocupar, importándole poco la petición de la madre de no pasar a la casa. Al llegar al campo de visión del menor este lo miro sorprendido y completamente asustado. El color en su piel desapareció dejándolo completamente pálido y con expresión de pánico. —Kihyun...

El pelirrosa subió con rapidez las escaleras siendo perseguido por el moreno, logró entrar al baño encerrándose ahí y debido a la adrenalina y su estado sensible las ganas de vomitar llegaron en segundos. —¿Kihyun? Abre la puerta, ¿qué está pasando?

Vete, no quiero volverte a ver nunca más. —Grito del otro lado de la puerta logrando sorprender al moreno.

Hyunwoo comenzó a sentirse herido, la pregunta de ¿qué habia hecho mal? Atormentaba constantemente su cabeza. Forzó la puerta hasta que esta se abrió, ya no le importaba nada. Quería saber que había hecho tan mal como para que Kihyun le haya dicho aquello.

—¿Qué demonios te sucede? —Preguntó con su ceño fruncido, completamente preocupado de ver al menor tirado en el suelo del baño aferrado al inodoro.

Kihyun se sentía cada vez peor, la culpa lo estaba comiendo vivo y en su estado más sensible y fragil aquel poco de presión por parte del moreno lo hizo estallar en lágrimas. Pudo ver el ademán del moreno por llegar hasta el y querer abrazarlo pero el menor no se lo permitió.

Quiero que te vayas...—Dijo llorando a más no poder, intentando no ver al moreno a los ojos.

No me iré hasta que me digas qué pasa. Estoy tan preocupado y tú solo sigues diciéndome eso —escupió dolido, ver a su pequeño amante sufriendo de esa forma y no poder hacer nada al respecto lo estaba matando.

N-nosotros...Yo —Tragó con dificultad, las palabras no salian de su boca por más que quisiera gritarlas. —Estamos esperando un bebé —Y eso fue suficiente para que las lágrimas volvieran a estallar empapando sus mejillas sin tan siquiera poder mirar a los ojos al moreno.

Hyunwoo quedó inmóvil, miles de ideas llegaron a su cabeza y procesarlas era una tarea difícil. Pero todo se esfumó al ver la imagen del menor intentando levantarse del suelo, con sus piernas frágiles y su poca fuerza, cayendo en el intento y sintiéndose inútil.

Hyunwoo llegó hasta el pelirrosa agachándose e intentando ayudarlo a levantarse, ninguno dijo nada hasta que lograron llegar al cuarto del menor donde Hyunwoo sentó al pelirrosa en el borde de la cama. 

—Si no quieres a este bebé puedes irte ahora, yo quiero tenerlo y nada me hará cambiar de opinión. —Hablo por fin Kihyun, abrazando una almohada incapaz de levantar la mirada.

Kihyun, te amo. —Hyunwoo soltó de pronto llamando por completo la atención del contrario. — ¿Cómo tan siquiera pudiste dudar en que no querría formar una familia contigo?

Llego hasta el menor acostándolo sobre la cama, posicionándose sobre el. Se acostó sobre el vientre del menor gustoso, sentía una paz y una felicidad que nadie lograría arrebatarle. Besaba cada cierto tiempo el abdomen delgado del pelirrosa sacándole varias risitas chillonas.

Te extrañe tanto, no vuelvas a aparte de mi... —Su voz se había vuelto triste y subió hasta la altura del rostro del menor, besándolo con dulzura.

—¿Hablas en serio? — Kihyun nuevamente se había puesto a llorar aferrándose al moreno. Aquellas palabras tan reconfortantes lo habían hecho caer en cuenta la clase de hombre que era Hyunwoo.

Amaba con demasía a Kihyun, podía jurar que cada vez enloquecía más por el menor pero fue inevitable, estaban hechos el uno para el otro y ambos lo sabían, ambos se amaban y entregarían la vida por el otro, su relación era increíble y más ahora que habría un nuevo miembro en su pequeña y dulce familia.

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