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—que bueno llegaron a tiempo, ese erizo no tenía intenciónes de dejarnos ir. —hablo la albina con el ceño fruncido.

—¡tu también estabas ahí!

—¡si, pero a aparecio derrepente y solo pensábamos en irnos pero el le seguía insistiendo a Pinky que le diera su numero, ella le estaba diciendo que no lo traía . Aunque eso no función.

—como iba a saber yo que me iba llamar Sonic.—dijo la eriza.

—solo diré que debiste ponerlo en vibrador y ya el problema se habria resuelto.—dijo knuckles poniendo sus brazos detrás de la nuca.

—igual knuckles, el no nos iba dejar ir.—hablo la eriza disgustada al acordarse  de lo que paso.

Hubo un pequeño silencio entre ellos hasta que amy sintió como Sonic se acomodaba un poco en su cuello.

—debería despertarlo—dijo el echidna viendo a la pareja de erizos. Amy frunció el ceño.

—no, esta mejor cuando esta dormido—dijo y acaricio las orejas de Sonic. El echidna y la murciélaga se sorprendieron al escuchar un ronroneo por parte del azulado.

Aunque hayan dicho nada, eso les causo ternura.

—vaya... Con razón a mi no me deja tocar sus orejas—dijo el echidna con una sonrisa.

—¿eh? ¿Porque?

—no le gusta que le toquen ahí, no me dijo la razón pero ahora me doy cuenta del porque—dijo el echidna con una sonrisa burlona.

—oigan creó que deberíamos irnos—dijo la albina levantándose.

—si tienes razon rouge—dijo la eriza mirando como el echidna y la albina ya estaban levantados menos ella.

—¿y ahora como lo llevamos?—dijo el echidna refiriéndose al azulado quien se había aferrado al cuello de Amy.

¡Oye Pinky! 我爱你 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora