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Abrio la puerta tratando de hacer el menor ruido posible y la vio ahí, acostada conectada a un montón de cables, las vendas cubrían la mayor parte de su cuerpo lastimado y tenía la mascarilla de oxígeno.

Sintió una punzada al verla en ese estado, aunque le hayan dicho que estaba bien.

Realmente no lo esta.

No si la ve ahí conectada a muchos cables.

Se acercó lentamente a la gata hasta quedar a lado de la camilla, y le empezó a acariciar la cabeza de una forma suave y tierna.

Sintió sus ojos picar, sin darse cuenta unas lágrimas traicioneras empezaron a salir hasta llegar al menton.

—s-silver...—fue apenas un susurro  que escucho que lo dejo estupefacto y miro a la gata quien apenas podía abrir los ojos.

—blaze—dijo después de reaccionar y se limpió las pocas lágrimas que habían salido.

—n-no llores.—le dijo, en un momento se hubiera parado si fuera por las punzadas que sintió al hacer el intento.

—no lo hagas, necesitas descansar—dijo el albino empujando suavemente a la gata.

—¿q-que paso? ¿En donde estoy?—pregunta mirando a todos lados pero solo vio paredes blancas y la maquina en donde estaba conectada.

—estas en el hospital.

—¿que?

—si—suspiro—Sonic y knuckles te encontraron y llamaron a la ambulancia. Desgraciadamente el chófer aceleró antes de que nosotros dijéramos algo—dijo con molestia en sus palabras al recordar todo eso.—lo importante es que estas bien...bueno un poco.

—me duele todo.

—lo se... —le acaricia la cabeza de la gata, la gata mira sus ojos que reflejan cariño y compasión.

—lo siento...—dijo antes de cerrar los ojos y caer en brazos del Morfeo

—no te disculpes—le beso la frente.

Todo estará bien”.

¡Oye Pinky! 我爱你 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora