¡Oye Pinky! 我爱你

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—¡chicos!

Ambos erizos voltearon a dirección a la puerta en donde se encontraron a una murciélaga albina de cuerpo muy formado, los mechones de su cabello peinados y arreglados, sus ojos de color aguamarina claro, sombras en los ojos, llevaba ropa deportiva; un pantalón negro con flores blancas y una blusa manga corta, guantes y zapatos de color blanco y detalles en rosa.

Se acercó hacia los erizos mirando a todos lados.

Como si estuviera buscando algo o alguien.

—oigan ¿han visto a un echidna rojo? Lo eh estado buscando por todos lados y... —dejo de hablar al mirar a ver a los erizos y dándose cuenta de lo que había en la paleta del banco.

—este...

—¡¡perdón no queria interrumpirlos!! ¡No debí entrar! ¿Debería salir verdad? ¡Bien!, no quiero interrumpirlos en su cita.

—c-cita—dijeron uno mismo la rosada y el azulado.

—¡si! Debería salirme espera... ¡OIGAN!—grito hacia el pequeño grupito que estaban al fondo del salón— ¡¿QUE MIERDA ESTAN HACIENDO AQUI?!

—e-espera...

—¡LARGO!—grito la albina y el grupito salió corriendo como si el mismísimo demonio les ubiera dado la orden.—¡suerte con su cita!—guiño la albina hacia los erizos antes de salir también.

—eso fue raro—dijo la rosada mientras seguía viendo la puerta por donde salió la albina y el grupito.

Se formó un silencio entre los dos esperando a escuchar algo del otro lado de la puerta.

—¡KNUCKLES THE ECHIDNA VEN AQUI!

—¡¡¡¡AHHHH LA LOCA!!!!—se escucho ese grito antes de que se escuchara un estruendo y luego silencio.

—y eso fue peor—dijo ahora el azulado.

mientras movía las orejas al igual que la eriza tratando de escuchar otra cosa.

Hasta que se escucho otro grito departe de “knuckles” que alcanzaron a escuchar y luego los pasos de este.

Si definitivamente no podrían almorzar con esos dos personas afuera.